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Yoongi caminaba junto a Hoseok rumbo a su casa, un poco decepcionado ya que no había visto a Jungkook en todo el día, el hecho de buscarlo en todos los pasillos y lugares del colegio y no ver esa sonrisa que le iluminaba su día le resultaba triste.

-Oye? ya basta, estoy arto de esa cara-dijo su amigo golpeando el hombro de Yoongi -Oye tengo una idea -una sonrisa se formó en el rostro de del rubio- Tenemos tiempo de no pintar, tengo unos colores en casa, vamos a traerlos y nos vamos a la casa de la montaña qQué dices?

Yoongi sonrió demostrando que le agradaba la idea.

-El último en llegar es un culo -Yoongi corrió en dirección a la casa de Hoseok, este lo siguió gritándole a su amigo que era un tramposo pero aun así ninguno de los dos se detuvo.

El mayor dió un salto en la acera de la casa del castaño sosteniéndose en sus rodillas, respirando agitadamente esperando tomar un poco de aire, segundos después llegó su amigo haciendo lo mismo.

- Eres un tramposo, no es justo -el pelinegro se echó a reír.

- Anda, te espero aquí.

Hoseok asintió para salir corriendo a su casa, Yoongi lo vió desaparecer, se dió la vuelta viendo los autos que pasaban en la carretera ya que su amigo vivía en la orilla de esta, suspiró pensando en todo el aprecio que le había tomado a Jungkook en tan poco tiempo, para él era increíble como un chico se había robado su total atención después de pasar casi todo este tiempo huyendo de una relación seria como para decir que si en ese momento veía al castaño mandaría a la mierda todo y saldría corriendo a tomar su cintura, pero lastimosamente no todo era como el quería, estaba ahí gracias al cielo en compañía de su mejor amigo sin haber visto todo el día a ese chico y pensando que apenas conocía tan poco de él.

- Listo -salió de sus pensamientos cuando el castaño apareció con una mochila la cual suponía que el color estaba ahí dentro, se levantó para empezar a caminar con su amigo.

Treinta minutos después llegaron al fin, la casa de la montaña era una vieja casona abandonada obviamente casi en la cima de una montaña, el lugar estaba a unos minutos del bosque cerca de la ciudad, desde que Yoongi y Hoseok se conocieron siempre solían ir a ese lugar cuando querían desaparecer por un rato, era lo mejor que habían encontrado inclusive hasta tenían un colchón y comida en una caja, gracias a Dios hasta el momento nadie los había descubierto y trataban de mantener limpio el lugar.

La casa estaba compuesta por dos cuartos y las demás paredes están algo rotas que daba la vista al gran lago hermoso de la cuidad, de vez en cuando ambos se bañaban pero desde que el papá del mayor se dejó con la mamá de este casi no salían mucho por lo que casi solo quedaban los recuerdos.

En uno de los cuartos la pared estaba pintada con hermosos dibujos hechos por ambos, siempre después de pintar al siguiente día regresaban para volver a pintarla de blanco para así tener espacio de volver a pintar sus ocurrencias tal y como lo hacía en este momento.

Ambos empezaron a plasmar sus ideas en despues de sacar sus pinceles, Yoongi y Hoseok podían parecer chicos malos en la escuela pero solo alguien que los conociera mejor podía saber que en fondo eran de buenos sentimientos.

- Toma -dijo el castaño entregando una lata de cerveza a Yoongi quien la tomó con ganas.

-Ah, ya era hora -una sorbo enorme cayó en la boca del pálido.

-¿Qué es eso?-preguntó su amigo moviendo la cabeza para tratar de entender el dibujo-espera...¿Era Jungkook?- se echó a reír- No me jodas, Yoongi ni siquiera te lo haz tirado y ¿Ya le haces un dibujo? Ni yo que llevo tanto conociéndote nunca haz dibujado mi pito.

Ambos se echaron a reír.

- Aw ¿Estás celoso?

- ¿¡Qué?! No!, claro que no ¿Quieres un cigarrillo?

-No, gracias, suficiente- dijo dando un sorbo a su cerveza.

-Tú te lo pierdes -respondió Hoseok encendiendo su cigarrillo.

Ambos se sentaron a observar el paisaje mientras el dibujo se secaba, sus pies colgaban ya que la casa quedaba en un tipo barranco.

- ¿Recuerdas la primera vez que te cogiste a alguien? -dijo Hoseok dando una calada.

- ¿¡Qué?!-una carcajada salió de sus labios- obvio que sí, esas cosas nunca se olvidan.

-Tienes razón, fue con ese chico, mh...déjame ver... ¿como mierda se llamaba? ¡Ah sí! Choi, puto Choi después que ese imbécil se fuera al extranjero me tocó soportar tu corazón roto, luego llegó Laura, te dio una mamada y pareció que tu corazón se reparó como arte de magia -Hoseok rió al igual que Yoongi.

El pelinegro cambió su rostro a uno triste, el castaño lo notó y acercó más a él.

- ¿Qué sucede?

Unos segundos pasaron hasta que el mayor se atrevió a hablar.

- Tengo miedo.

-Lo sé -Un suspiro largo.

-No es tan fácil si, yo lo quiero, no sé si pueda vivir así.

- Oye -el menor puso su brazo encima de la nuca del mayor tratando de dar apoyo dio unas palmadas en la espalda- Tranquilo, cuando cumplas dieciocho te largarás con tu madre, trabajas y ves como haces para saber si puedes hacer algo por él, pero si en verdad lo quieres tienes que aguantar, hermano.

Yoongi no sintió el momento en que gruesas lágrimas salieron de sus ojos, era obvio que su tema principal era Jungkook, talvez no había hablado muy abiertamente con su amigo sobre el tema, pero había algo que el sabía, es que Hoseok lo conocía tan bien que no era necesario hacerlo, bastaba solo con que ambos vieran sus acciones para saber lo que le ocurría.

El rubio jaló la cabeza del pelinegro y la acomodó en su pecho en forma de consuelo, sabia que la situación de su amigo lo llevaba a tales extremos, su camisa terminó mojada.

De un instante a otro volvió a levantar la cabeza del otro uniendo sus rostros en un beso cálido y placentero beso, fue corto y de gran ayuda, no era primera vez que se demostraban apoyo de esa manera, los besos entre ambos sólo ayudaban a saber que su amistad no tenía límites ni barreras.













Memories •  [Yoonkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora