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Se mantuvo quieto mientras observaba a su omega.
Jisung mordía su labio inferior mientras trataba de acallar sus gemidos, los dedos del alfa entraban y salían de él haciendo varios movimientos, volviendo loco al menor.

Han reemplazó su labio por el borde de la camisa blanca, estaba temblando. Su mano libre era sostenida por la izquierda del mayor, entrelazados sus dedos.

-Relajate.

-E-es...Uhm.

El lubricante natural era eficiente, no sentía dolor, pero estaba demasiado excitado y su respiración era errática. El celo era más intenso gracias al aroma y a la testosterona del alfa.
No pudo evitar cerrar las piernas cuando sintió el orgasmo, gimió alto y profundo cuando sintió los dedos salir y su cuello fue atacado a besos nuevamente.

Tenía la camisa abierta, un hombro al descubierto, su espalda contra el respaldo de la cama de madera y su torso adornado con un camino de marcas dejadas con mucho cariño, marcas que llegaban desde su cuello y clavícula hasta sus muslos.

Minho seguía viéndose como en un inicio, a diferencia de que el pantalón de cuero lo estaba matando de calor y su espalda tenía ciertos rasguños, Jisung era un poco incontrolable estando en celo.
Cuando su cuello fue dejado, reclamó los labios del alfa, tomando posesión de ellos con los propios, creando hermosos chasquidos y cerrando sus ojos para sentirlo aún más.

El mayor se había quitado el pantalón, había arrojado la prenda lejos y tomó al omega por la cintura, subiendo el delgado cuerpo a su regazo. Han lo abrazó por el cuello y se frotó contra él, gimiendo durante el beso, juntando aún más sus cuerpos, dándose más calor.

Despeinó el cabello del alfa, arqueó su espalda y lo miró a los ojos, estos seguían con el llamativo color que decía que sus instintos estaban encendidos.

-Te necesito.

-No tienes idea de cuanto me gusta oír eso, Sung.

Dio la primer estocada, sacando un grito de placer de parte del omega, logrando que se abrazara aun más a él.

Continuó con el ritmo, siendo ahora ayudado por el omega, el menor saltaba con rapidez y al mismo ritmo de las estocadas, Minho volvió a gruñir repetitivas veces, logrando liberar placer mediante el movimiento.
En cambio, Jisung lloraba de placer, no pudo evitar dejar que las lágrimas escaparan con rapidez.

Para cuando el clímax estaba llegando, se dieron otro beso, más especial que cualquier otro, pues sus lobos habían decidido formar un lazo real.

El momento llegó y el nudo fue hecho, Minho abrazó la espalda de Han y mordió su propia mano, de manera profunda y fuerte, la sangre escurría  pero fue limpiada por la boca del alfa.
Jisung había enterrado sus garras en los hombros del mayor, sacando el dolor momentáneo en eso, si a Jisung le dolía, a Minho también debía dolerle, ese era el trato imaginario que el omega hizo en su mente.

Finalmente pudieron separarse y observarse mutuamente, sintiendo una corriente eléctrica por todo su cuerpo, algo familiar y a la vez lejano.
Lo habían experimentado la primera vez.

Han seguía temblando, recibir al alfa era extraño. Minho los arropó a ambos y se abrazó al omega, teniéndolo frente a frente; calmaba sus temblores.

Una vez estuvo tranquilo, Jisung le sonrió y se abrazó a él. Tenía su rostro escondido en el cuello del alfa, suspirando con satisfacción.

-¿No es raro?

-¿Qué cosa?

-Hace unas semanas estaba en el hospital, con un yeso en la pierna, odiandote tanto. Y ahora estamos así, abrazados y dandonos mimos.

Marca ⟩ MinSung ⟨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora