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Jisung pasaba sus ojos de aquí para allá.

Sentía su pulso a mil, y era porque estar en el hospital lo ponía nervioso y el motivo aún más.

El cachorro se había adelantado dos meses.

- Van a estar bien.- Sonrió, las palabras de aliento de Minho eran reconfortantes.- Son fuertes.

- Lo sé, lo sé. Es solo que aún es pequeñito...

- Sunggie...¿Dónde están tus padres?

¿Debería decirle? ¿Confesar que sus propios padres y los de su hermano no habían querido ir? Eran tan crueles, incluso cuando más los necesitaban estaban siendo dejados de lado por el maldito trabajo.

- Rechazé de nuevo la propuesta de otra universidad...

-¡Han!

-¡No es momento! De verdad.- Suspiró. - Pronto vamos a graduados, Minho. Pero lo importante ahora son Dowoon y mi sobrino. Hablaremos de esto luego.

Minho obedeció, no era momento y Jisung estaba temblando de nervios.
No tuvo mejor idea que abrazarlo, el frío se hacía presente en la sala de espera.

-¿Será aún más aterrador cuando tengamos nuestros propios cachorros?- Sus palabras chocaban contra el hombro de su alfa, no sabría bien decirlo; pero no se creía capaz de poder pasar por eso algún día.

- Los tendremos solo si es seguro.- Y Minho, tan alfa que era, no podía entender muy bien el miedo de Jisung.

Lo amaba, demasiado. Esos 6 meses de relación oficial habían sido los mejores de su vida, sus padres estaban encantados con Jisung como yerno y ni hablar de él mismo. Minho iba cada día a su vivienda para verlo aunque sea 5 minutos, pasaba gran parte del día pensando en él y sintiéndose afortunado, el omega de sus sueños correspondía sus sentimientos.

Aunque el alfa tenía sus miedos, los padres de Han aún se mostraban en contra de su relación pero no hacían mucho para evitar ese romance prohibido. Lo máximo hasta ahora era postular a su hijo menor en diferentes universidades alrededor del mundo, rogando porque este acepté ir a alguna.

Pero Jisung siempre se negaba, no quería dejar su vida en Seoul aún.
Porque Han tenía amigos, tenía un hermano, un cuñado, un sobrino y un novio. Porque tenía su sueño de dedicarse a la música y también estaba el sueño de Minho de ser bailarín. Su mundo entero estaba en esa ciudad y no se sentía listo para dejarlo.

Rechazando universidades como Yale  o Harvard, endureciendo el cariño de sus padres por él, sabía lo que hacía; era una decepción para ellos pero poco le importaba.
Incluso si Brian era padre antes de los 30 o sí aún no se había casado, incluso si Jisung estaba enamorado de un chico al cual ellos odiaban, no importaba, eran felices.
Porque Brian tenía su propia familia, y Jisung tenía el amor de Minho y el cariño de sus amigos.

No entendía bien ese odio por el alfa, Minho había cometido errores como todos, pero ¿Quién tuvo realmente la culpa de su accidente?.
Jisung fue quien corrió en la calle sin mirar, Jisung fue quien insistió en ser marcado la primera vez, Jisung fue quien se empujó a sí mismo a negar sus sentimientos por su amigo.
¿Quién tenía la culpa realmente?

Apenas lo pensaba, no quería volver a esos tiempos difíciles.
Lo más importante en esos momentos era el cachorro.

- ¿Él está bien?

Ambos se separaron por el abrazo, sorprendiendose de quiénes se encontraban ahí.

- Ambos están en la sala de partos ahora.

Su madre, la omega menor de cinco hermanos, una mujer bajita y despeinada, se había vuelto una mujer de negocios, siempre arreglada y con zapatos de tacón.
Su padre, un alfa e hijo bastardo, producto de una infidelidad, siempre cariñoso, temeroso de su esposa; ese tipo seguía ahí, y tenía miedo.

¿Qué es lo que les estaba pasando?

- ¡Nació! ¡Ya nació!

Un felíz alfa, arrojando el barbijo a quién sabe dónde, apretó entre sus brazos a su hermano y al novio de este. Con un aroma a felicidad intensa, con lágrimas en los bordes de sus ojos y los nervios a flor de piel; habló emocionado.

-¡Es un niño! ¡Ellos están bien!

[...]

- Es tan pequeño.- Observando la incubadora que tenía por nombre Kang Beomgyu, Jisung miró a su pequeño sobrino. - Parece frágil.

- Lo es, pero es un niño fuerte.

Brian se mantenía firme, como todo alfa de familia. Su aroma irradian felicidad y paz, como si todas sus preocupaciones se hubieran esfumado.

-¿Cuándo podrán irse?

- Dowoon será dado de alta mañana en la tarde, pero el bebé necesita estar un par de días aquí.

- Debe estar descansando, ocho horas de parto, madre mía.

El silencio entre ambos era agradable, pero Jisung sabía bien que, por la forma en la que su hermano movía su pie incesantemente, iba a decir algo.

-¿Rechazaste Harvard?

- No quiero irme de Seoul aún. Escuela de ricos, pff.- Llevó sus manos al cristal, observando al cachorro.- Que suerte, es bonito, definitivamente se parece más a Dowoon que a ti.

El alfa rió, el humor de su hermano era extraño a veces. - Haz lo que quieras, no escuches a papá y a mamá.

- ¿Cuándo fue que cambiaron tanto?

- Supongo que se dieron cuenta de que ya no los necesitamos. Tal vez no quieren dejarnos ir. ¿Recuerdas cuando mamá decía que me ayudaría si tuviera un cachorro?... Ni siquiera quiere verlo. Creo que es todo.

-¿A qué te refieres?- Desvió su mirada hacia su hermano.

- ¿Crees soportar seguir ahí? ¿Que todo esté bien hasta que Minho llegue  a tu casa? ¿Hasta que mamá lo mire con odio?. Sigues siendo su bebé, y ese es el problema. Yo también sigo siendo el bebé, un bebé no puede tener otro bebé, así lo ve ella.

- Entonces, ¿Siente como si Dowoon y Beomgyu fueran una molestia?...

Asintió, estaba decepcionado. Definitivamente ninguno de los dos se lo esperaba.
Esa madre que estaba felíz por ellos, que siempre los alentaba a estar con las personas que amaban, esa misma madre se había vuelto una desconocida; una mujer que trataba de alejar a sus hijos de lo que ellos más amaban.

- Sólo piensa en qué harás luego de hoy. - Dio por terminada la conversación cuando vio a la pareja de su amigo acercarse por la izquierda, extendiendo una botella de agua al omega.

- Aquí tienes. Brian, el doctor dijo que Dowoon ya despertó.

- Gracias, iré a verlo.- Sonrió tratando de controlar su alegría, bien era sabido que correría por los pasillos hasta llegar a su prometido para luego llenar de besos su cara mientras trataba de contener el llanto, había sido un parto difícil.

Siguieron mirando a través del vidrio, admiraban al pequeño cachorro.

-¿Te gustaría tener uno?- Minho se sintió extraño luego de eso, y la mirada de Jisung lo hacía aún más extraño.- Quiero decir, dentro de unos años.

- Sí, tal vez...Realmente No lo sé.

-¿Estás bien? ¿Sucede algo?

Suspiró silenciosamente, no podía ocultar cosas de Minho, el mayor siempre sabía bien lo que le sucedía.

Marca ⟩ MinSung ⟨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora