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— Gracias por sacarlo de ahí. Felix no podía más de la vergüenza.

Escuchó una risa del otro lado, y acomodó el teléfono celular para estar más cómodo, mientras veía por la ventana de su habitación el estrellado cielo.

— Changbin está un poco loco.— Chan acompañó la risa de Woojin, como si ambas fueran una hermosa melodía.

— Woojin, los chicos están sospechando...

Sobre lo nuestro, ¿Verdad? Sabía que no debía ir a buscarte al salón de tus amigos.

— No, no.— Se apresuró en aclarar.— Creo que los inhibidores no funcionan bien. Hoy casi sintieron tu aroma en mí.

Cariño, no creo que sean los supresores.— Kim soltó una pequeña risa.— Tú sueles soltar feromonas cuando estás distraído o emocionado, por eso al liberar tu aroma también, el inhibidor no pudo esconderlo.

—¿De verdad hago eso?

Sí, es un hábito que tienes.

— Santo cielo, debería tener cuidado con eso...

—¿En qué pensabas en ese momento cómo para liberar feromonas?

— En que...— Con su mano libre, jaló el borde de su camiseta blanca y la miraba con adoración.— Me gustó lo de la otra noche... Como me cuidaste y eso.

El silencio al otro lado hizo que el corazón de Bang Chan se agite. Apretó entre su puño la camiseta perteneciente a su predestinado y la llevó a su nariz, sintiendo el aroma de su alfa.

—¿De verdad?

— De Verdad.

Y...¿Qué te gustó?

Rió nervioso.— ¿De verdad me estás preguntando eso, Kim Woojin?

Vamos, responde. Y luego puedes preguntarme lo que quieras.

Suspiró, sentía sus mejillas arder y una sonrisa bailar en sus labios. Se alejó de la ventana y se dirigió a su cama.— Tus besos, realmente no me puedo cansar de eso...Me encantan.

¿Tan buen besador soy?

—No te aproveches de mi debilidad, tonto.— Ambos rieron.— Y tus caricias; son muy suaves.

¿Algo más?

— Sí, me sentí especial entre tus brazos. Eres distinto a otros alfas, delicado y dulce. De verdad estoy cayendo por tí, Woojin.

Un suspiro se oyó de parte del pelinegro.— Yo también estoy enamorado de tí, Bang Channie.

Sintió su garganta secarse rápidamente y no pudo contener la tos.— ¿Ena-enamorado?

Sí, enamorado.— Sintió su corazón acelerarse.— Llevo seis meses conociéndote y realmente caí por tí y eso para mí es enamorarse.

—Y-yo... Woojin...

No creas que pido que sientas lo mismo. Sé que me quieres, con eso me haces más que feliz. Pero yo soy sincero con mis sentimientos.

[...]

— Jisung.— Brian abrió la puerta de la habitación de su hermano menor, este estaba sentado en su cama, con sus rodillas al pecho mientras abrazaba sus piernas; en total oscuridad.— ¿Estás bien?

Han observó como su hermano mayor se acercó a él y se sentó frente a frente.

— El alfa se siente mal, Brian.— Suspiró pesadamente. — Me duele la cabeza y el corazón también.

Su hermano le miró con lástima, Jisung conocía esa mirada y realmente la detestaba.

— Sung...

— No, no lo haré. No dejaré ir el lazo.— Negó una y otra vez, acabando con la paciencia de su hermano.

— Jisung, te hace daño.— Tomó las manos del menor y lo miró fijamente.— Eres mi hermano, me preocupo por tí. Por eso te lo digo con seriedad; déjalo ir.

No pudo evitar dejar ir un par de lágrimas por sus mejillas y un lastimero sollozo salió de sus labios.— N-no puedo, de verdad quiero pero me es imposible.— Llevó su mano derecha a su ojo y trató de limpiar las lágrimas.— Él piensa en mí.

Abrió sus ojos con sorpresa. — ¿Lo sabes? ¿El lazo te lo dice?— Recibió un asentimiento de parte del menor.— Oh...

— Él también quiere verme, pero no se atreve. No tengo idea de quién es y aún así lo quiero.

Brian no tenía idea de que hacer, era un alfa dulce y tranquilo, el mejor apoyo emocional para muchas personas; pero no sabía qué hacer para calmar a su hermano.

— Sung, calma. Mamá y papá podrían oírte.— Llevó sus manos al cabello de su hermano y comenzó a hacerle caricias ahí, como hacía la madre de ambos cuando eran pequeños.— ¿No puedes recordar su aroma?

— É-él limpió todo rastro de aroma antes de irse, es imposible que lo recuerde.

— Entonces...¿Nunca pensaste en tu pareja predestinada?

—¡No!— Sollozó más fuerte, no quería hablar de ese tema, lo odiaba, odiaba que el destino lo tratase así.— No tengo pareja, es imposible. La luna está equivocada.

— La luna nunca se equivoca.— Esa frase salió suavemente de los labios de su hermano, como si el viento se lo dijera.— Si te puso una pareja, es por algo, Sung.

Reprimió el llanto mientras observaba la seriedad de su hermano. ¿Qué podría hacer? El sentimiento de que todo salga a la luz era un enorme peso en su espalda. Sí todos lo supieran...¿Algo cambiaría?

Tenía miedo de que la luna esté equivocada.
La luna decidió que el amor de Jisung, jamás sea correspondido.

— No tengo. La luna decidió que nunca me corresponda...

Algo dentro de él y, dentro de su hermano, se rompió.
Era como si la tranquilidad se esfumase, siendo reemplazada por el miedo y la angustia.

Un omega con un destino no correspondido, corría el riesgo de morir de amor, amor no correspondido.
Iniciaba como un pequeño dolor, algo que podían soportar, pero con el pasar del tiempo; ese dolor se volvía depresión, por último; la muerte.

Cada noche deseaba que eso sea una pesadilla, añoraba ser un omega sin destino; que podría enamorarse de cualquier Alfa o beta, sin sufrir por su predestinado.

— Minho nunca me amará.

El llanto se hizo más fuerte y soltó la mano de su mayor para cubrir su rostro con sus manos, ahogándose en llanto entre ellas. No quería que las cosas fueran así, pero el destino era cruel.

Brian también quiso romper en llanto, su hermano tenía pocas opciones para salir bien de eso.

Y todas se basan en lo mismo: Desobedecer al destino.

Lograr encontrar al alfa que lo marcó e iniciar de cero.

O lograr que Minho corresponda sus sentimientos.

Y ninguna era fácil.
Y le quedaba poco tiempo.

Marca ⟩ MinSung ⟨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora