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—¿Cariño, no tienes calor?—

La madre de Jisung y Brian era demasiado despistada.

Han recordaba junto a su hermanastro que cuando niños, ella los había dejado en la bañera para ir a ayudar al padre de Jisung, al parecer, el hombre se había cortado la mano trabajando en la cochera.

Pero tan olvidados estuvieron los niños pequeños en ese lapso, que cuando su madre volvió, Brian trataba de sacar a su hermano pequeño de la bañera, pues se había puesto morado.

¡O cuando Brian tenía su primer amor con Dowoon-ah! El mayor de ambos le había avisado a su madre que la pareja predestinada de su corazón iba a cenar con ellos esa noche. Fue todo un total desastre con la comida desparramada por toda la sala gracias a que se habían olvidado el aderezo, no tuvieron mejor idea que utilizar la licuadora ahí mismo. Pero a la señora Kang se le olvidó poner la tapa y todos terminaron bañados en esa sustancia rara y viscosa.

Por suerte, Dowoon-ah era demasiado divertido desde la perspectiva de Jisung. El chico sólo rió luego de unos segundos de silencio, causando la risa del resto excepto de Brian, que estaba más que asustado de que el chico no quiera volver a verlo nunca más.

Aún recordaba que los espiaba a sus catorce años, cuando su hermano estaba cortejando al chico en el pórtico de su hogar. Se disculpaba una y otra vez por lo sucedido y no fue capaz de percatarse de las feromonas de alegría y amor que soltaba Dowoon.

Envidiaba de buena manera a ambos, eran el uno para el otro y se complementan de manera tan encantadora, Jisung quisiera tener a alguien así.

—No...¿Por qué la pregunta, mamá?— Bien estaba nervioso. Justo en pleno invierno comenzó a hacer calor suficiente como para que no sea necesario llevar una bufanda. Pero ahí estaba él, con una bufanda azul mientras moría de calor.

—Bueno...Te ves algo...

—¡Mamá la comida!— El grito de Brian alertó a ambos y la mujer corrió a apagar el fuego.

Ella no era buena cocinando, por lo que el señor Han se encargaba de eso, pero en esos momentos se encontraba limpiando el ático.

Pero era una salvación para Jisung.

—Uh... Pero que torpe.— La mujer se rió nerviosa mientras se decía eso a ella misma.— Bueno ¡No importa! Dime Brian, ¿Vendrá Dowoon-ah a cenar?

—Ahh...— El mayor se vió nervioso por unos segundos.— No creo que pueda venir. Le llegó su celo y no quiere salír de su casa.

—¿Y qué estás esperando aquí?— Se vió impactada.—¡Andá, ve! ¡Rápido!— entre balbuceos de su hijo mayor fue llevándolo hasta la puerta.— Ayúdalo a pasar su celo, si es necesario quédate con él unos días. ¡Y no vuelvas hasta que él esté mejor!— Inmediatamente cerró la puerta en la cara confusa del más alto.

—¿De verdad lo enviaste?¿Y si se pasa y te llena de nietos?— Jisung se veía entretenido con toda la situación.

—Entonces tu padre y yo los ayudaremos a independizarse y ayudaremos en los gastos que necesiten. Me encantaría tener nietos.— se encogió de hombros y ambos se dirigieron a la cocina nuevamente.

— El celo es demasiado difícil, ¿Verdad?— Recibió un asentimiento. Cuando supo que era un Omega se puso triste, soportar el celo, el hecho de que algunos alfas crean que son superiores o el simple hecho de tener feromonas atrayentes y demasiado fuertes era complicado. Pero al ver que un buen Alfa como su hermano podía hacer inmensamente feliz a un Omega como Dowoon-ah, le hizo ver que si estaba con la persona correcta, todo sería bueno.

Hasta entonces, trató de sobrellevarlo y sobre todo trató de ser feliz. El único problema era que no sabía quién lo había marcado hace poco tiempo.

—¿Y cómo te sientes tú con eso? Nunca hemos hablado sobre ese tema.— Bien, tal vez debió cerrar la boca y evitar que eso se volviese incómodo, pero no podía dejar a su madre hablando sola.

— Bien. No es tan difícil para mí.— Mentira, era horrible. Recordaba que a sus quince años el celo empezó a ser horriblemente doloroso e insoportable, y aún lo era. Cuando tenía doce nada de eso fue así, pero el simple hecho de empezar una vida social cambió todo. De amistades pasajeras pasó a tener amigos como Chan o Minho. Y de simples celos que podía controlar pasó a tener celos fuertes y que incluso ni sus dedos ni los supresores podían calmar.

—¿Aún no encontraste a esa persona?

— Um...No.

No mentía, nunca sintió atracción por alguien.

Tal vez sus padres estaban decepcionados por eso o tal vez no, no lo sabía.

—Bueno. A veces se tarda más.— La risa de la mujer aligeró el ambiente.— ¿No invitarás a tus amigos a cenar?

— Jeongin y Seungmin tienen una fiesta hoy y Chan se escapará por allí. La verdad dudo que puedan venir.

El silencio permitía oír las verduras ser cortadas.

—¿Y Minho?

— Minho...— pensó con su dedo índice sobre su mentón.— Minho está libre, supongo. Le preguntaré.

— ¡Perfecto!— La señora Kang se dió la vuelta emocionada. Ella era muy sociable y le gustaba que sus hijos traigan personas a su casa.— Llámalo y avísale que puede venir a las ocho. ¡Ayudaré a tu padre con la cena de esta noche!

—¿Y Brian?

—¡Oh, tu hermano no volverá!— le restó importancia con una sonrisa.— Tú aún no lo sabes pero cuando un Omega ya fue marcado y está en celo empieza a tener la necesidad de estar todo el tiempo con su pareja y sus feromonas incrementan hasta que con sólo ser tocado está sensible. Por eso Dowoon-ah necesitaría a tu hermano en su casa durante tres días al menos.

A veces tenía demasiado miedo de ser un Omega.

Pobre Brian, estaría agotado y tal vez medio muerto para las ocho.

[...]

Corrió escaleras abajo cuando escuchó el timbre. Se había vestido casual pero algo formal, claro, si un jean negro y una camiseta blanca eran formales junto a unas converse rojas.

Sus padres estaban en la cocina y sabía que ellos esperaban a que él abriera la puerta. Sin más lo hizo y su amigo estaba allí. Bien vestido con una camisa negra junto a un jean ajustado y unas zapatillas del mismo color, sin olvidar su reloj de muñeca.

—Hola, ardisung.

— Hola, Lino.— Bien, si quería jugar sucio, iban a jugar sucio.

— ¡Oh vamos! Tenía quince años.— Se avergonzó para luego entrar a la casa.

— Claro. Pero ya que Yo sé, y tú sabes, Lino sabe.— Rió pasando por alto la mirada fastidiada de su amigo.— Vamos arriba, la cena tardará un poco.

Olvidando su molestia, Minho lo siguió hasta su habitación y se sentaron para jugar videojuegos.

Una amistad entre un Omega y un alfa no es algo raro pero sí un poco inusual. La gente a veces se preguntaba cómo ellos podían tenerse tanta confianza y una amistad bastante fuerte. Tal vez Minho se alejaba totalmente de Jisung cuando el menor entraba en celo, o cuando sin darse cuenta soltaba feromonas.

Una vez, Seungmin y Jeongin estaban hablando con Jisung y Minho. Ambos se dieron cuenta de las feromonas que soltaba sin querer pero no les afectaba en lo más mínimo. Minho, al ser alfa, tuvo que correr hasta el otro extremo de la cancha de fútbol americano para evitar las feromonas que lo volvían una persona desequilibrada.

Aunque Jeongin y Seungmin sabían del pequeño secreto de Minho; Ningún Omega lograba desestabilizarlo como Jisung.

—¡Chicos, está la cena!— el tiempo les pasó volando en los videojuegos y para las nueve y media, fueron llamados por el padre de Han.

—Vamos. Omegas primero.—Minho abrió la puerta. Sabía cuánto le molestaba eso a su amigo, por lo que se cubrió con ambas manos al recibir un golpe no tan fuerte de parte de su amigo.

Marca ⟩ MinSung ⟨Donde viven las historias. Descúbrelo ahora