CAPÍTULO DOCE

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CAPÍTULO DOCE.
VIDAS QUE SE APAGAN COMO VELAS


El grito ensordecedor de Charity envolvió el ambiente antes de que su cuerpo inerte fuera de bruces contra la larga mesa de mármol. Cordelia se sobresaltó cuando la cínica serpiente del Señor Tenebroso se deslizó a lo largo de la madera con la lengua siseándole y entonces la devoró frente a todos los presentes, haciéndole sonar cada una de sus extremidades.

La pelirroja no se atrevió a mirar cómo su anterior profesora de Estudios Muggles era despedida de una manera tan cruel. Entonces, muchos minutos después, cuando el festín de Nagini acabó, se permitió inspirar con tranquilidad.

Una tranquilidad que duró muy pocos segundos.

— ¿Cómo te sientes, Thorfinn, sabiendo que tu única sobrina posee sangre muggle en sus venas? Aunque no puedo negar que pasaría desapercibida por muchos, por supuesto. Cordelia posee el anillo de la dinastía en su dedo.

El Señor Tenebroso sonrió con malicia, posando sus orbes rojos encima del muchacho de cabellos rubios. Toda la atención sobre la mesa fue a parar encima de Cordelia.

— No tengo idea de lo que me está hablando, mi señor. Esa mujer no pertenece a mi pura familia. —respondió Thorfinn con claridad—. Mi hermana fue eliminada del árbol genealógico desde que se marchó con ese asqueroso nacido de muggles. ¿Sobrina? Cordelia Lockhart no tiene absolutamente nada que ver ni conmigo ni con mi familia. No tiene derecho de poseer el anillo de los Rowle en su dedo. Es una bastarda.

— ¿Qué deberíamos con esa bastarda en tu familia, amigo mío? —inquirió Voldemort posándose detrás de la muchacha, intimidándola con el solo roce de su túnica contra la piel de ella.

— Eliminar a la escoria, mi señor. —respondió Thorfinn sin culpa—. Podar el árbol de la familia.

Snape sintió miedo cuando Lockhart le miró pidiéndole ayuda, pero aun así no cambió en nada la expresión de su rostro, incluso le sostuvo la mirada sin remordimiento, como si no le importara que ella muriera en ese mismo instante.

¿Voldemort iba a tomarse la molestia de matarla en persona? Los ojos color miel de ella brillaban con intensidad, como si estuviera a punto de llorar, pero ninguna lágrima se deslizó por sus pálidas mejillas.

Inspiró profundo y después volvió su atención al frente, rompiendo cualquier tipo de contacto con él, ignorando por completo que Severus se encontraba en la misma habitación que ella.

Severus realmente quiso interferir, pero no podía hacerlo. Se sintió como un monstruo observando el espectáculo como si fuese lo más común en el mundo. Tembló en su asiento cuando Voldemort levantó la varita perteneciente a Lucius Malfoy y se la colocó a la pelirroja en el cuello, delineando su piel con la punta de la misma, trazando garabatos invisibles en su piel.

Aquellos cabellos escarlatas le impedían observar su rostro, pero podía apostar que se encontraba tan pálido como la cera, careciente del color rojizo en sus mejillas.

El Señor Tenebroso ya había probado su lealtad con la reciente muerte de Charity. ¿Experimentaría de nuevo su honestidad con el asesinato de Cordelia?

Un hilo de sangre brotó desde la herida del cuello de la muchacha hasta perdérsele en el aristocrático vestido esmeralda. ¿La asesinaría de esa manera, cortándole la garganta?

Ella no demostró ninguna dicción, y aunque lo hiciera sus bucles le impedían mirarla.

— Severus, ¿qué deberíamos hacer con ella?

The Queen & The Prince | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora