CAPÍTULO TRECE

1.6K 112 4
                                    


CAPÍTULO TRECE.
VOLVER A DONDE TODO COMENZÓ

Snape detuvo la hemorragia en cuestión de segundos después de haber culminado de la reunión que trató sobre el control del Ministerio de Magia junto con el tema del momento: Harry Potter.

La de cabellos escarlatas no se dignó en ningún momento a observarle a los ojos, simplemente mantenía la cabeza ladeada mientras que el profesor, callado y frío, le echaba un poco de díctamo en el cuello, ambos sin mediar ni una sola palabra.

Y es que no tenían mucho que decir.

Por otro lado, Severus apenas podía procesar el macabro asesinato que había cometido la muchacha sin temer a las consecuencias y, aunque en realidad no importaba la magia que usase, era evidente que los mortífagos la mirarían con otros ojos. Nunca fue su intención permitir una catástrofe que carcomiera la inocente alma de ella. Suspiró, de nuevo.

— No realices movimientos bruscos. –dijo Severus con frialdad, terminando de vendar la herida—. La lesión sanará en cuestión de días, aunque es probable que quede cicatriz por las aberturas en la misma, hubo hemorragia.

— Lo tomaré en cuenta.

Cordelia lentamente enderezó la cabeza y le miró con un nudo gigante en la garganta, sabiendo que si pronunciaba una palabra más rompería a llorar en cuestión de segundos. Por lo que se levantó de la cama para sacudirse el vestido color azabache de cualquier residuo que hubiera en él.

— ¿Hay algo más?

— No... —él suspiró.

La señorita Lockhart se sentía triste y un poco decepcionada, pero aun así no dijo nada. Entendía a Severus, claro que lo hacía, porque después de todo nadie sería tan estúpido como para enfrentarse al Señor Tenebroso únicamente para salvar la vida de otra persona. Ella fingió que no le importaba, cuando en realidad, todo le mataba por dentro.

Cordelia se encontraba hecha pedazos, con el cuerpo cargado de cicatrices que estaba obligada a mirar todos los días de su vida, y para suprimir esa aflicción esbozaba una sonrisa muy insignificante hacia sí misma. Lo quería tanto que incluso después de que él le lastimó, intentó entenderlo.

Humedeció sus labios, perdiéndose en sus propios pensamientos para ignorar por completo la presencia del mayor junto a ella. La primera vez que estuvo a punto de morir, fue cuando cumplió quince años y decidió no hacer ningún tipo de celebración, para ese entonces no había recibido la Marca Tenebrosa, no hasta tres horas después.

Intentó cortarse las venas, quiso acabar con su vida el mismo día de su nacimiento. Ahora mismo se sentía perdida, sola y completamente vacía, desanimada. De no haber sido por el grito de Amelia, ¿ella estaría muerta ahora mismo?

Le dolió volver a caer contra la realidad de una forma tan abrupta, le lastimó volverse a equivocar de una forma tan patética, se arrepintió de ser una niña tan insensata como Snape solía repetirle cada vez que se le daba la oportunidad.

Si prestaba atención, podía escuchar la respiración pausada del profesor a metros de ella, como si él estuviese batallando consigo mismo también. Todavía podía recordar la mirada indiferente e impasible de Severus encima de ella, observándole como si nunca significó nada importante para él, como si todas sus palabras de la noche anterior solo fueron simples blasfemias.

¿Fue culpa de ella? Lo único que Cordelia había hecho era brindarle su amor y comprensión; pero él le respondió con un falso amor y su traición.

Severus Snape era seguramente el mortífago más leal que poseía Voldemort, si le hubiese pedido que le perdonara la vida... ¿él le habría hecho caso?

The Queen & The Prince | Severus SnapeDonde viven las historias. Descúbrelo ahora