Cap. 30: El Plan, parte 1

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Este capítulo es un poco gráfico.

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Morgana y Arturo esperaban a que el Rey Uther viniera a cenar. Se sentaron en silencio, cada uno deseando estar completamente en otro lugar. Uno asustado por su vida, el otro asustado por la vida de sus amigos.

Arturo hizo un gesto a uno de los sirvientes para que se acercara. Ellos cumplieron.

—¿Dónde está el Rey? —Preguntó Arturo.

—El Rey se está arreglando su nueva armadura. Llegará pronto.

—¿Nueva armadura? —Preguntó Morgana. —¿Por qué necesita una nueva armadura?

El sirviente se inquietó y dijo: —No lo sé, mi Lady.

Arturo agitó la mano y el sirviente volvió a su posición original.

—¿Lo sabías, Arturo? —Preguntó Morgana.

—No, no lo hice. —Respondió.

La puerta se cerró de golpe. —¡El Rey ha llegado!

Uther entró en el pasillo, la luz brillaba en su nueva armadura.

Arturo palideció cuando Morgana contuvo un grito ahogado.

El pectoral, los espaldares y los guanteletes tenían enormes escamas familiares de color negro-cuervo en el acero, mientras que el centro del pectoral tenía tres escamas doradas incrustadas.

Arturo iba a estar enfermo.

—Padre. —Arturo saludó, de pie.

—Señor. —Dijo Morgana, haciendo lo mismo.

El Rey tomó asiento, y también sus hijos. —¿Cómo estuvo el entrenamiento? —Preguntó Uther, mientras los sirvientes ponían la mesa.

—Bien. Fue bien. —Dijo Arturo, mirando a su plato. —Los nuevos Caballeros definitivamente están mejorando.

—Bien.

Morgana miraba fijamente la mesa.

—¿Morgana? —Preguntó Uther.

—Lo siento, —Dijo Morgana, levantándose. —no me siento bien. —Ella salió rápidamente del pasillo.

—¿Qué fue eso? —Preguntó Uther.

—No sé. —Dijo Arturo. —Iré a averiguarlo. Disculpe, padre.

—Puedes irte.

Arturo se inclinó y siguió a Morgana.

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Arturo encontró a Morgana en una habitación vacía, una que a menudo no recibía visitas. —Morgana-

—No puedo, Arturo, ¡simplemente no puedo! Lo odio, odio a Uther y todo lo que él representa. ¿Cómo podría él, ese... ese monstruo que se pavonea con las escamas de Emrys en su pecho como una especie de trofeo enfermo? ¡No puedo mirarlo a los ojos sin pensar que puede ver dentro de mi alma, ver mi magia, pensar que me despertaré en una celda, esperando la pira! ¡No puedo estar en la misma habitación con él, Arturo! Yo-

Las lágrimas brotaron de sus ojos y se derramaron antes de que ella pudiera detenerlas. Se giró, tratando de ocultar su rostro, no queriendo que Arturo la viera desmoronarse; pero Morgana rompió a sollozar, cayendo al suelo. Pronto ella había perdido el control de sí misma por completo cuando Arturo la atrapó en sus brazos.

Emrys el Dragón (Traducción)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora