O.S 🌸 [crewt]

20: Acurrucándose.

Ternura, eso era lo que Newt sentía en ese momento. Junto a Credence habían bajado a la maleta para alimentar a las diversas criaturas que se hayan allí. Por un rato perdió de vista al Obscurial, sin preocuparse se enfocó en lo que hacía por su lado. Cuando lo encontró, Newt deseo poder tomar una foto al momento. Credence Barebone se encontraba sentado a un lado del nido de los Occamys, frente al gran árbol del Escarbato, tenía las piernas cruzadas y a los pequeños Occamys en el espacio entre ellas, al parecer habían hecho de ese espacio su nuevo nido. Las pequeñas se movían entre y sobre las piernas, mientras Credence intentaba no moverse mucho y las acariciaba con cuidado y lentitud cuando veía la oportunidad. Los Occamys, sus Occamys, eran seres muy tranquilos, por lo que Scamander no se preocupó por Credence. Sin embargo, cuando se acercaba, notaba el pequeño temblor que tenía.

-¿Estas bien? -pregunto el mago de inmediato, ya delante de Credence.

El Obscurial levanto la mirada, sonriendo tímidamente cuando noto la presencia del mago. Hacia rato se había alejado de él, acercándose para admirar a los Occamys, sentadondose a un lado del nido. Cuando menos lo pensó, ya tenía a todos los pequeños Occamys anidando entre sus piernas. Y era increíble, porque eso significaba que les gustaba, y eso le hacía sentir bien, pero ya llevaba un rato sentado allí y comenzaba a dolerle la espalda. El árbol detrás de él estaba un poco lejos y no quería moverse.

-Si -respondio Credence, pero Newt no le creyó de todos modos. Así que se quedó allí parado hasta que el otro cedió y le dijo que sólo le dolía un poco la espalda del tiempo que llevaba allí, pero no quería moverse y dejar aún a las pequeñas criaturas. Una cálida sonrisa se mostró en el rostro del mago, quien camino hasta rodear al neoyorquino, sentándose y comodandose lo mejor posible detrás de Credence, apoyando su espalda contra el árbol y al Obscurial contra su pecho, acercandolo un poco para que se apoyará en él. -¿Mejor?

Credence se acomodo lo mejor posible, sintiéndose cómodo y aliviado. Los Occamys no se habían movido casi nada por su propio movimiento. Asintió ante la pregunta del mago, sintió sus mejillas un poco caliente. Ninguno de los sabía cuando o en que momento se habían vuelto tan cercanos, pero a ninguno de los dos le disgustaba. Era algo cálido y sutil entre los dos.

Acurrucados allí, Newt comenzó a contarle a Credence todo lo que tenía que saber sobre los Occamys a petición del Obscurial, acariando los mechones negros de vez en cuando.