O.S 🌸 [crewt]

7: Dulce Postre

¿Nunca les a ocurrido que tienen ansiedad por comer algo dulce? Pues Credence nunca a pasado por eso. Su madre era lo suficiente malvada para negarle los dulces a los niños que adoptaba, diciendo que sólo eran para "buenas personas" y no cualquier niñito.

A diferencia de Credence, Newt si pasaba por aquello.

Newt se encontraba saliendo de su trabajo, listo para ir a casa donde Credence y sus criaturas le esperaban y el ansiaba ver. Hacía más de un año que Newt salvo a Credence, y yace unas dos -casi tres- semanas que mantenían una relación. Newt no se podía encontrar más alegre en cuanto a su nueva relación con el Obscurial. Si fue algo difícil irse acercando a Credence, en un comienzo. Pero cuando Credence fue tomando confianza y dejo el miedo de lado, todo fue mejorando entre ellos. 

Newt giro en una esquina, ya le faltaba poco para llegar a su casa y su animo regresaba. Un olor a pan dulce recién horneado junto a chocolate, le llego a la nariz. Unas ganas inmensas de comer algo dulce, le llegaron de golpe. Giro su vista hasta toparse en una panadería del otro lado de la calle por donde caminaba. Sonrío al darse cuenta que no era una simple panadería Muggle. Dejándose llevar por las ganas de algo dulce, cruzo la calle con una enorme sonrisa en su rostro, mientras pensaba ya, en todas las cosas que compraría. 

Cuando entro, hablo con la cajera -que realmente, sin el glamur que la ocultaba al publico Muggle- era una elfina. Esta se sorprendió al ver a Newt Scamander, frente a ella en esa pequeña panadería que casi nadie conocía. Todo el mundo mágico conocía a Newt, por salir en El Profeta, y ser conocido como el mago que atrapo a Grindelwald.

-Señor Scamander, es un privilegio tenerlo aquí. ¿En que le puedo servir? -Sonriente y amable comenzó a pedir su extensa orden de postres y caramelos. Mientras la elfina le guardaba todo en un paquete para llevar, se pregunto si a Credence le gustaría alguno de los postres y caramelos que llevaba, sabía que nunca había probado alguno del mundo mágico, pero ¿Tendría algún favorito del mundo Muggle? Viendo que solo llevaba sus favoritos y al no saber cual le gustaba a Credence del mundo Muggle, decidió llevar un tarro de helado de chocolate con avellanas. Porque... ¿A quien no le gusta el helado de Chocolate?

Entrando en su casa, Newt dejo su abrigo colgado y su maletín en el sofá mientras caminaba en busca de Credence. Aun llevaba el paquete con caramelos en la mano y con la otra se quitaba la corbata, le estorbaba desde el minuto que se la ponía. 

Luego de un recorrido por la casa, y sin poder encontrar a Credence en ningún rincón. Supo de inmediato donde estaría; en la maleta. Con las cosas en mano, se dirijo de regreso a la habitación que ahora compartía con el neoyorquino. La maleta estaba en la cama y sin pensarlo se adentro en ella. 

La facilidad con la Credence se llevo tan bien con sus criaturas y como estas se encariñaron con él, le maravillo. Aunque también sintió algo de envidia, a diferencia de Credence, para Newt fue muy difícil acercarse a la primera.

Salió de la pequeña habitación que lo llevaba a las escaleras para salir y entrar de la maleta. No fue difícil encontrar a Credence, que se encontraba sentado en el suelo frente al nido de los Occamy, leyendo un libro infantil "La Bella y la Bestia". Newt, se fue acercando silenciosamente hasta quedar tras él, sin que Credence se diera cuenta, se sentó detrás de él, abrazándolo por completo y besando sonoramente su mejilla. 

Credence se sorprendió al principio, casi asustándose por la sorpresa, pero cuando sintió un sonoro beso en su mejilla y una risa ya conocida que le fascinaba, se calmo, dejo que el mago se acomodara mejor detrás de él, sentándose bien, dejando ambas piernas al costado de Credence. Aprovechando el momento, Credence se recostó del pecho del mago, cerrando el libro y dejándolo a un lado.