VEINTICINCO

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Capitulo 25

Mi mente trataba de procesar lo que Alexandro había dicho, no entendía de todo lo que quiso decir o simplemente trataba de negar que había oído lo que dijo «Si fuéramos sus hijos» nunca pensé en la posibilidad de que las personas que me vieron crecer no fueran mis padres, a pesar de todo lo que ha hecho mi progenitor nuca negué su paternidad, si de el amor que nos decía tenernos.

— ¿Qué es lo que quieres decir?—le cuestiono, necesito una explicación de lo que había dicho, tal vez no sea lo que estoy pensando.

El estaba apunto de responderme pero la voz de mi padrino lo interrumpió.

— ¿Quién es el?

A pesar de estar buscándolo no lo reconocía a simple vista, nadie de la DEA y el FBI conocía su rostro, solo su nombre. Nunca llegarían a pensar que el mafioso mas buscado es solamente un joven de 24 años, que logro ser mas astuto e inteligente que personas con mas edad que él. Personas que ahora están haciendo lo posible por verlo  tres metros bajo tierra.

—Padrino te diré quien es él pero tendrá que tranquilizarse y prometerme que no intentara nada—le digo mirándolo directamente a los ojos, se que si me lo promete no lo intentara por lo menos no delante de mi.

—Lo prometo—contesta dudoso.

—Soy Alexandro Ivanovic, diría que es un gusto conocerlo pero no me gusta conocer al enemigo—se presenta Alexandro, ruedo los ojos por lo que dijo, no podía ser cortes por lo menos una vez en su vida.

— ¡Alexandro! — lo regaño.

Veo que mi padrino hace el movimiento de querer golpearlo, pero soy mas rápida y  lo tomo del brazo  antes de que lo golpe, si llega hacer eso se que Alexandro no será demasiado tolerante y se irán a los golpes.

—Les diré una sola cosa si se llegan a dar un solo golpe se la verán conmigo ¿Entendido?—les advierto viendo como asienten rápidamente.

—Ahora que veo que entendieron—suspiro antes de volver hacer la pregunta— ¿Qué quisiste decir Alexandro?

Los dos están tan concentrados mirándose uno al otro, con sus cuerpos tensos en alerta, que no son capases de escucharme. Son peores que unos niños cuando están peleando por un juguete, pero en este caso no es sobre un juguete. Si no algo mucho más serio.
Por más que les hable no entiende. Tendré que hacerlo de otra manera.

—Auch, pero que…

—les dije que se comportaran no les da vergüenza que YO que soy mucho menor que ustedes les ande llamando la atención a dos que si no me equivoco son adultos—les digo mirándolos acusatoriamente.

— ¿Por qué nos jalaste la oreja?—pregunta Alexandro acariciándose esta que se encuentra roja por el jalón.

—por que estoy preguntándote algo a ti y no me prestas atención. Ninguno de los dos.

—yo si te estaba prestando atención… el también—dice señalando a mi padrino quien asiente en afirmativa.

—si me estaban prestando atención… ¿que dije?—pregunto y veo como se mira uno a otro sin saber que responder.

— ¡Ven les dije que no lo estaban haciendo!—exclame.

—Hija, ¿Que era lo que estabas preguntando?— dice mi padrino tratando de calmar mi enojo, o mejor dicho para que no les saque en cara que tenía razón.

—la pregunta era para Alexandro, ¿Qué fue lo que quisiste decir cuando llegaste?—la pregunta hace que el rostro de Alexandro cambie a uno mucho mas serio del que tenia, haciéndome saber que no me gustara nada la respuesta.
Suspira y mira a mi padrino para luego mirarme a mí.

—por eso no pude venir antes, mi mano derecha había conseguido información sobre John Collin, es decir tu “padre”—no me paso desapercibido el sarcasmo que uso al decir la ultima palabra— antes decirte esto prometeme que no te vas a alterar, todavía no estas bien de salud para alterarte.

—No me voy a alterar—al ver su mirada seria en mi no me quedo de otra —Lo prometo.

—John y Marianne Collins no son tus padres biológicos. Cuando tus padres aun Vivian en Italia y John comenzaban su carrera como Agente se le fue asignado su primera misión importante la cual fue el desmantelar la mafia más importante que había en ese país, de lo que nadie estaba informado era que los jefes tenían tres hijos. Dos gemelos de 8 años  y una pequeña niña de 7. Collins lideraba la misión cuando lograron entrar a la mansion esta estaba vacía no había nadie o eso era lo que ellos creían. Dieron la misión como fallida. Collins no creyendo que nadie se encontraba en esa mansión decidió seguir buscando por su cuenta, hasta que llego a una habitación donde los 3 niños estaban dormidos en  la habitación de sus padres. El sabiendo de quienes eran hijos, mando a todos a abandonar la propiedad. Llevándoselos consigo hiso a todos creer que los había adoptado en un orfanato de los Ángeles.

¿Qué?

— ¿Pero por que nos dejaron solos? , acaso nos abandonaron.

—Ellos no los abandonaron,  tenían otro hijo  tenia 3 años se encontraban mal de salud y tuvieron que dejarlos a ustedes al cuidado de sus hombres, creo que no tengo que mencionar que fue lo que paso con ellos.

— ¿entonces que fue lo que lo hizo cambiar?

—Con los años tu padre se volvió ambicioso antes ya lo era pero se volvió mas, no entendía el por que de su actitud hasta que lo entendí. —Añadió mi padrino—su propósito siempre fue el utilizarlos a ustedes de una a otra manera, el quiere desatar una guerra entre bandos haciéndole creer a tus padres que la familia de Alexandro fue quienes lo mantuvieron todos estos años.

—Eso no sucederá le acabo de informar a ellos sobre todo lo sucedido, están ansiosos de tener a sus hijos devuelta.

— ¿Quiénes son mis padres?

—Tus padres son Amalia y Ernesto Lombardi los jefes de la mafia italiana, lo que los hace a ustedes los proximos jefes.

~°~


Almas De Hierro © (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora