NUEVE

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Rusia 10:35 PM / 19 de agosto de 2018

En la oscuridad de aquel despacho se encontraba uno de los hombres más temidos de su país, pero no tan solo de este si no de muchos otros. Donde su nombre era respectado y el simple hecho de mencionarlo infringía respecto y absoluto miedo, el lo deseaba así y el saber lo que provocaba lo llenaba de una satisfacción inigualable, se consideraba un hombre frió y sin sentimientos en su mundo no había espacio para ellos.  Y no le hacían faltas le encantaba como era su vida, tenia absolutamente todo desde  el dinero que cualquiera pudiese nunca imaginar , poder y todas las mujeres a su disposición... no le faltaba nada.

-jefe.

Unos de sus tantos hombres interrumpió el legumbre silencio en el que se encontraba,  haciendo que se girara en la gran silla de cuero negro detrás de un gran escritorio de madera oscura y con un gesto impasible lo hizo pasar.

-espero que lo que tengas que decir sea sumamente importante. – le hizo saber en su habitual tono frio.

-tengo toda la información del agente Collins- el escuchar el apellido de la persona que lo estaba haciendo salir de sus casillas, no pudo evitar poner una expresión de fastidio. Aquel hombre ya lo había hecho perder un negocio sumamente importante y eso no se iba a quedar sin consecuencias; debía de actuar rápido no se podía permitir una segunda a vez.

-dame los papeles y retírate- al terminar lo que acababa de decir el hombre que se encontraba delante de el obedeció y mediantemente prosiguió a dejar un gran sobre amarillo delante de su jefe para después restirase rápidamente del lugar.

- vamos haber cuales son sus puntos débiles.

Al abrir el sobre encontró toda la información personal. Nombre, ocupación pero no era eso lo que en realidad le interesaba .Así que prosiguió en a adelantar las paginas hasta encontrar lo que en realidad quería...su esposa e hijos.

Dos hijos gemelos y una sola hija.

Mandaría la primera advertencia al traer hacia el a sus dos hijos

Y sin no entiende después de esta tendré que adueñarme de su única hija a ver si así entiende que con el Rey de la mafia nadie juega.

(...)

30 De Agosto Del 2018

Llevaba haciendo la misma rutina todos los días desde hace unas semanas no podía creer que ya había pasado una semana desde que ellos nos están no era la misma rutina tranquila y feliz si no completamente vacía no tenia el interés de seguir con mi vida mientras no se sabia el paradero de mis hermanos .

Se me hacia tarde para ir al instituto pero por mas que insistiera el no querer ir a este mis padres me obligaba a asistir las cosas habían cambiado mucho desde entonces no podía salir de mi casa sin ser seguida por un grupo de agentes que había dispuesto mi padre.

Aunque no lo veía necesario

Me dispongo a salir de mi habitación y al caminar por los pasillos lo hago lentamente para que no se notase mi presencia al bajar por las escaleras y no ser llamada por algunos de mis padres para desayunar.

Había estado toda esta semana evitando a toda costa la presencia de mi padre el solo pensar verlo a los ojos es un modo de recordar que el culpable de que todo esto este pasando es únicamente el y prefiero seguir evitándolo a decir algo que después pueda arrepentirme.

Pero supe que no podía cumplir mi objetivo al oír desde el comedor a mi madre llamándome.

-Amanda ven a desayunar antes de que vayas al instituto.

-No puedo madre llegare tarde desayunare allá- conteste tratando de librarme esta vez con mas facilidad que las otras veces.

-Pero...- no le deje tiempo a replica ya que había salido rápidamente por la puerta.

Hoy no estoy lista para hacer como si nada estuviera pasando delante de ellos.


Almas De Hierro © (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora