TRECE

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Escucho voces en mi inconsciencia no sabia que horas eran, no era capas de abrir los ojos un fuerte dolor de cabeza me lo impedía, hacia todo lo posible para poder lograrlo y saber en que lugar Estaba...no entiendo por que estoy aquí. No sabía si la humedad que bajaba de mi cabeza a mi cuello era agua o sangre.

En realidad sentía como si tuviera muy distante de la realidad.

Luego de varios minutos, quizás horas pude por fin abrir mis ojos. Abrí y cerré estos tratando de lograr enfocar algo, pero la oscuridad de donde me encontraba hacia imposible que pudiera ver algo de donde sea que estuviera.

Algunos pasos de mi podía visualizar un poco de luz que se filtraba debajo de una puerta a mi izquierda.

"Quizás este abierta "

Con ese pensamiento trate de pararme de donde sea que me encontraba, lo que se me dificulto totalmente al sentir dos cadenas en mis muñecas sujetas a un espaldar de hierro y es hay cuando me doy cuenta en la superficie en la que estoy sentada , una cama vieja y sucia con manchas de dudosa procedencia. Cierro los tratando de recordar como llegue aquí o quien me trajo pero el dolor de cabeza es insoportable y no me deja concentrarme.

Forcejeo con las cadenas para tratar de soltarme y es en vano lo único que consigo es que me lastime las muñecas, luego de algunos minutos en ver si consigo algo con que soltarme escucho como intenta abrir la puerta .entro rápido en pánico no se como es no puedo recordar a las personas que me trajeron. ¿Será por el golpe?, me siento confundida.

La luz que entra en la habitación cuando abren la puerta me ciega por unos segundos bajo el rostro para tratar de me calmar el malestar que me produce el enfocar la luz. Escucho pasos pero no me atrevo en mirar a las personas que entraron, se que son mas de uno por que puedo escuchar claramente los pasos y el respirar de cada uno confirmándome que están cerca.

-Mira Sergey, que muñequita más bonita tenemos aquí-dijo la voz de un hombre haciéndome temer por lo que me puedan hacer, no estoy en la mejor situación al estar amarada.

- Si. – Afirmó- es hermosa.

-¿Qué hago aquí? - Me atreví a preguntar sin tener contacto visual con ninguno de los dos hombres.

-¡Oh! Parece que la princesita no se a recuerda- dijo con un claro tono de burla.

-Si supiera por que estoy aquí no te estuviera preguntando, idiota.- conteste a la burla de este aun así la última palabra no la dije en apenas un susurro.

A los segundos de contestar no si hicieron esperar los pasos apresurados de los hombres a dirigirse hacia mi, y en ese momento me permití el subir la mirada para ver en el momento el que unos de ellos me tomaba por un brazo con la intención de acercarme mas a el.

-Si fuera tu mejor cerraría esa boca. Si no quieres que te la cierre yo.

-Suéltame- replique tratándome de soltar de su agarre.

-por si no te hubieses dado cuenta no estas en la posición de exigir nada-murmuro el segundo hombre por lo que se por el que me sostenía se llamaba Sergey.

-cuando estés con el jefe. No habrá replica ni gritos que lo detenga ante lo que tiene planeado para ti-añadió y como si no fuera suficiente con sus palabras me agarro el cabello para así acercare mas a el.

-Lastima que una chica hermosa termine así ¿verdad?- musito con fingida lastima.

-pero no te preocupes no te haremos esperar mucho, el jefe requiere la presencia de su mas querida invitada-al decir esto Sergey se acerco como tratando de infringirme miedo pero no lo iba a lograr.

Sabia a quien se refería mientras ellos se burlaban de mi logre acordarme de todo lo que paso antes de que todo perdiera la inconsciencia para horas después despertar en esta habitación.

No estoy asustada, estoy deseosa de conocer al responsable de que mi vida se haya vuelto un infierno.

Almas De Hierro © (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora