TREINTA Y CINCO

2.2K 100 5
                                    


Retomamos nuestro camino, ya se estaba de noche y podría ser muy peligroso el que nos quedáramos hasta que anocheciera, estábamos en un tranquilo silencio.

— ¿Como llegaste hacia aquí?

—Caminando.

—Se que tal vez que llegaste caminado, pero lo que quiero decir es como lograste pasar la seguridad de la entrada hacia este bosque. —dice

— No sabia que había que pasar un perímetro de seguridad para entrar en un bosque—digo mostrándome confundida.

Para de caminar para luego mirarme.

—No te ha parecido un poco extraño que todo esto—señala nuestro alrededor—  y  el que mi padre pueda permitirse tener su propio bosque, el que también este resguardado con múltiple seguridad.

—En realidad si—murmuro mirando con mas detenimiento todo.

—Mi padre, en realidad no es italiano, si no británico, vivió desde pequeño en Italia, y mi madre si es italiana

— ¿Entonces como tu padre pudo comprar todo este bosque?—pregunto incrédula, temiendo que su padre sea un mafioso.

—mi padre es el duque de Westminster, así como también dueño de un gran numero de empresas y... bueno mi madre también es dueña de muchas mas.

Estoy sorprendida.

— ¡estas hablando enserio!­­—exclamo escandalizada.

­—crees que jugaría con algo así— me dice serio.

Me quedo en silencio.

—no...pero ¡por dios!, es difícil de creer. Admítalo.

­—tienes razón—dice mientras sonríe de lado.

Seguimos caminado.

—y... ¿como fue que lograste entrar?

—En realidad, no se—me mira confundido— me perdí mientras acampaba con mi familia, después de caminar horas llegue hasta el rió, y bien el resto ya lo sabes.

—así que te perdiste.

—Si

No quedo muy convencido con mi escusa, nunca fui muy buena mintiendo.

—ya casi llegamos—avisa.

—Siempre eres así—cuestiono.

Suelta una risa divertida.

— ¿Cómo se supone que soy?

—muy confiado.

Alza una ceja, mostrándose divertido por el cuestionario.

—Y eso es malo. — me mira de reojo.

Pateo una pequeña piedra.

—No lo es—murmuro—cuéntame algo sobre ti.

—Bueno no hay otra cosa interesante que pueda decir de mi—suspira,  y parece pensarlo— bueno...me gusta mucho tocar guitarra.

— ¿Enserio?—digo sorprendida.

Nunca había conocido a un chico que le gustara tocar guitarra, a mis amigos y hermanos nunca fueron buenos tocando instrumentos, cuanto los extraño. Pero presiento que el y yo nos llevaremos muy bien.

—Si—desvía la mirada, pero aun así puede ver como un sonrojo cubría sus mejillas.

Es tierno.

— ¿Cual es tu canción favorita?—le pregunto.

—En realidad no tengo una canción precisa, no me puedo decidir por una —confiesa.

—Cuéntame de la que mas te gustan—digo mientras me siento en un tronco para escucharlo.

Suelta una risa nerviosa.

—Te lo diré rápido, por que tenemos que llegar antes de que anochezca—dice.

—Esta bien—acepto.

­—me gusta escuchar a Mozart, Raúl di Blasio, Beethoven.

Ladeo mi cabeza un poco incrédula.

—solo eso.

—no, no. Me gusta escuchar a The Weekdn, Maroon 5, Alan Walker y luego te digo los demas.

Me paro de donde estoy sentada.

—tienes unos gustos raros—admito—te lo han dicho.

—Si—admite.

—Pero eres un chico agradable—le digo sinceramente.

Almas De Hierro © (En Edicion)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora