Ante mis ojos habia un gran chalet abarrotado de jovenes besandose y bebiendo.
La música se colaba en el coche a pesar del volumen de la radio y hacia retumbar a este.
Empecé a sentirme mal, los nervios se estaban empezando a apoderar de mi.
Me sentía muy insegura sabiendo que los chicos dependían de mi, y mis tripas sonaban como si estuviesen de fiesta.
Teníamos que salir del coche y buscar a Evan, pero mis piernas no querian moverse.
Las alarmas comenzaron a sonar en mi cabeza y el panico comenzó a invadirme, siempre que me ponía a recordar algo de mi pasado, la seguridad en mi misma disminuia.
Quise contarle a Chris lo que me estaba pasando pero no fui capaz.
Me limité a salir del coche y desear con todas mis fuerzas no cagarla; mi acompañante me miraba sin saber si preguntar, al final, solo me condujo hacia donde debía estar Evan y me dio un smartphone.
- No me mires asi, no puedo dejar que vayas por ahi con ese telefono que tienes, con este podremos comunicarnos mejor.
Estuvimos esperando a Evan pero no aparecía, asi que Chris se alejó un momento para llamarlo.
Y fue ahí, viendome sola, rodeada de alcohol, sexo y drogas, cuando me sentí de nuevo como en aquellas viejos almacenes mientras trataba con clientes.
¿La diferencia? En aquel momento mi pelo y mi ropa distaban mucho de la que lucía en esos días, además de que no tenia apoyo de nadie, nadie me protegía, mi vida nunca volvería a ser la misma.
ESTÁS LEYENDO
Por si tu cuerpo me llama
Teen FictionUn disparo, gritos, llantos y sus manos manchadas de sangre; esas son las imágenes que me acompañan cada día de mi vida y por las que salí corriendo aquella noche. Me alejé de todo y todos para dar a los demás la oportunidad de olvidar y empezar de...