Se fue hacia la calle sin darme tiempo a reaccionar. Me levanté y le seguí, cerrando la puerta tras de mí. Estaba en shock por la noticia, no me agradaba la idea de que elijan por mí, pero tampoco el tener que vivir con Maison.
Montamos en el coche y en completo silencio volvimos al piso de Evan, el susodicho aún no había llegado, por lo que me limité a recoger mi mochila y comprobar que estaba todo. Fui a la cocina a beber agua y vi el post-it que había escrito para aquella chica, por detrás, ella había escrito una nota de agradecimiento y de despedida, decía que quería empezar de nuevo y tomar mejores decisiones, pero que quería hacerlo sola, que habia apuntado mi teléfono por si algo pasaba, y que nunca podría pagarnos.
Me quedé un poco preocupada por la chica, pero la decisión era suya, así que me limité a bajar de nuevo, y según me senté en el coche, donde me esperaba Eme, escribí un mensaje para Evan diciendole que teniamos que hablar, pero que yo estaba sin bateria y que llamase a Eme.
Si lo que decía Maison era cierto, era posible que mi nuevo móvil lo hubiesen pinchado ya, no podía fiarme de nada, así que una vez que lo mandé, desmonté el teléfono y le pedí a Eme que se desviase un poco para tirarlo por ahí, así me aseguraria de no dejar rastro.-Sigues tan avispada como siempre- Dijo tras verme lanzar el móvil por la ventana- No te preocupes, te conseguiré uno más seguro.
Asentí y suspiré, esta vida tenía cosas buenas, pero también había tantas tan malas que nunca supe si compensaba; vivir toda tu vida escondiendote por un poco de dinero y adrenalina era un precio demasiado caro.
Maison llevaba un rato largo conduciendo cuando entramos en una urbanización muy lujosa a las afueras de la ciudad, llena de casas enormes, blancas y con jardines perfectamente cuidados. De pronto, Maison paró frente a una,era gigantesca, llena de cristales, pero por fuera eran espejos, no se veía su interior, lógico si lo que querían era escondernos. Entramos y vi un inmenso jardín, piscina, aparcamiento para los coche; era una puta mansión.
Tampoco me extrañaron las decenas de cámaras que vi solo en el jardín, a lo lejos vi una gran caseta y supuse que nos traerían perros también, y supuse que acabarían trayendonos seguridad si la cosa se ponía peor. Esa casa era un fuerte oculto en un barrio de ricos.
-¿Impresionante verdad?- Maison se pusó detrás mia- Los cuartos están en la tercera planta, en la segunda están las salas extras de entretenimiento y estudio y en la primera, lo tipico, la cocina, el salón, un comedor y un baño- Me tendió un papel mal recortado- A las habitaciones se accede con un código, ahí están los de los tres cuartos, debes memorizarlos, así podremos ocultarnos juntos si algo pasa. Esta noche, vendrán a explicaros todo con detalle, no volvereis al bar hasta que los de arriba crean que es seguro, ahora, centraros en seguir ordenes y prepararos para lo que nos puedan mandar. ¿Entendido?
-Sí- Asentí aburrida de tanta orden
-Te recuerdo que estás bajo mi mando
-Sí, señor- Dije con los ojos en blanco
-M, esta vez está en juego tu jodida seguridad- Me agarró la cara bruscamente- No me hagas arriesgar la mia por una niñata.
Me aparté, asentí y entré a la casa, que creo que cabe obviar que era tremendamente lujosa, y estaba decorada con un gusto excepcional. Era demasiado grande para lo que necesitabamos, pero aquí se hacían siempre las cosas a lo grande. Escuchaba a Maison hablar detrás mia, me giré y le vi hablando por teléfono con el que supuse que era Evan.
Eme estaba muy serio, y es que siempre era igual, se tomaba su labor de lider muy en serio; en el momento en el que esto se ha convertido en una misión por ocultarme hasta que los de arriba arreglen esto, él había pasado a dirigirme de nuevo, debía acatar lo que dijese sin rechistar, la habían preparado para esto.
-M, ve a tu cuarto, organizalo, que sepas donde esta todo si lo necesitas- Me dijo cuando colgó
-Ahora no hay ningún peligro, deja las órdenes para cuando hagan falta.
-No me repliques
-Que te jodan- Dije antes de subir los escalones hacia el segundo piso; muy bien Liz, tan madura como siempre
ESTÁS LEYENDO
Por si tu cuerpo me llama
Teen FictionUn disparo, gritos, llantos y sus manos manchadas de sangre; esas son las imágenes que me acompañan cada día de mi vida y por las que salí corriendo aquella noche. Me alejé de todo y todos para dar a los demás la oportunidad de olvidar y empezar de...