La película no terminó de captar mi atención, Evan la miraba de vez en cuando pero pasaba la mayor parte del tiempo con su teléfono, así que tampoco sabía que decir. Solo estaba en algunas redes sociales viendo fotos, la mayoría de chicas en lencería.
-Menudo aburrimiento de pelicula ¿Jugamos a algún videojuego?-Asentí y me incorporé sintiendo un poco de frío tras abandonar el calor del cuerpo de Evan-Si me haces el favor, enciendela y trae los mandos, están en el mueble ese- Con su mano señaló el armario sobre el que descansaba el televisor.
Me levanté y fui hacia allí y agaché mi tronco para coger los mandos tras encender la máquina. Volví al sofá y cuando le tendí el mando, este se levantó y acercandose peligrosamente a mí, me preguntó:
-¿Quieres algo de beber?-Se alejó y desde la cocina me gritó- Déjame sorprenderte.
Minutos más tarde volvió con un par de vasos de contenido desconocido de color verde, puso uno de ellos frente a mi y me invitó a beber mientras él probaba el suyo. Se tiró al sofá y cogió el mando sobre la mesa y empezó a divagar por la biblioteca de juegos.
Su camiseta blanca de cuello en pico dejaba ver el blanco cuerpo con los tatuajes que ya pude ver la noche anterior sobre su torso, eran unos pocos, nada comparable a los mios, aunque los brazos igual tenían la misma cantidad de tinta que los mios. Su pelo estaba peinado hacia arriba de manera despreocupada desde esta mañana.
Recaí en mis pintas, el pelo enmarañado, de haber dormido, que llevaba recogido en una coleta; la camiseta vieja de Evan que había servido para evitar las manchas en la camiseta de Chris; los pantalones que cortaban mi circulación y el maquillaje que ni me molesté en quitar la noche anterior y que seguro que ahora yacía sobre mis mejillas.
Seguimos bebiendo, mientras reíamos de varias cosas. Observaba a Evan tragar con tranquilidad, mientras que mi vaso se había terminado hacía tiempo. Este se encendió un cigarro y el humo comenzó a salir de su boca, nunca mientras hablaba, siempre se tomaba una pausa para expulsarlo y luego ya reía o seguía la conversación.
Fue oscureciendo y el teléfono de Evan comenzó a sonar, él miró el nombre que iluminaba su pantalla y lo silenció repetidas veces; mientras reía de alguna especie de chiste privado.
No se como sucedió pero acabamos bailando en el salón mientras aun bebiamos, cuando me quise dar cuenta me tenía agarrada por la cintura y cantaba junto a mi boca, olía a tabaco y alcohol y desprendía calor.
Me giró y aun sujetandome la cintura se pegó a mi espalda y siguió cantando junto a mi cuello; en aquel momento todo había desaparecido, no tenía recuerdos, ni presión en el pecho, ni el peso de la culpabilidad; eramos Evan y yo haciendo lo que nos apetecía hacer, algo que llevaba mucho tiempo sin hacer y que me hizo sentir tan bien, que nunca pensé en parar.
Me volví hacia él, agarre su cuello y le besé, le besé con tanta intensidad que note su sonrisa bajo mis labios mientras afianzaba el agarre en mis caderas. Poco a poco nos desplazamos hacia el sofá donde me empujó y se colocó encima.
La música seguía sonando de fondo, los vasos a medio beber en la mesa y el teléfono de Evan recibiendo llamadas.
Pronto le quité la camiseta que lancé al suelo del salón, y el hizo lo propio con mis pantalones. Besó mi cuello y sonrió sobre este mientras susurraba mi nombre, lo que aceleró aun más mi pulso, que amenzaba con desbocar mi corazón.
Desabroché los cordones de su pantalon gris del chándal y cuando estaba por bajarlo, el telefonillo sonó. En principio ambos nos sobresaltamos pero Evan volvió a besarme con fervor, pero el sonido de la puerta aporreada y la pronunciación de su nombre al otro lado le hizó saltar.
-Mierda, coge tus cosas y corre a mi cuarto-
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Por si tu cuerpo me llama
Teen FictionUn disparo, gritos, llantos y sus manos manchadas de sangre; esas son las imágenes que me acompañan cada día de mi vida y por las que salí corriendo aquella noche. Me alejé de todo y todos para dar a los demás la oportunidad de olvidar y empezar de...