En la mesa estaban sentados 5 hombres y una chica sobre uno de ellos; aquello me hizo girar la cara. Casi todas esas chicas eran victimas de algún tipo de extorsion y siempre me enfurecía tanto verlas ahí sonrientes con esos imbeciles tocandolas como si de un juguete se tratase.
-Vamos Liz, necesito que me prepares sus copas- Evan me tocó el hombro- Ahora quedate tú en la barra.
-No, dejame servir a mí- Le sonreí- Luego nos cambiamos.
Fui hacia la mesa con la bandeja hasta arriba. Me situé al lado de aquel hombre y su "chica".
-¿Puedes quitarte un momento? Es que no puedo colocar bien los vasos- Le dije con toda la naturalidad posible. Eme me chistó desde la barra, sabía lo que iba a hacer.
Entonces cuando iba a agacharme para colocar los vaso, "tropecé" y todos fueron a parar a los pantalones de aquel hombre.
-Oh, perdón.- Le miré inocente.
El hombre comenzó a vociferar.
-Joder M, no vales ni para llevar unas copas- Me gritó- Vete a por algo para secar a este hombre.
Fui a buscar alguna toalla o algo así, sonriente. Le guiñé un ojo a aquella chica que observaba la escena apartada, sin casi expresión; ella me sonrió de vuelta.
Cogí un trapo y lo llevé allí.-Perdónala, es nueva- Maison me miraba furioso- Se lo descontaremos de su sueldo
-Oh no, no- El hombre me miró- No hará falta, quizás la pequeña pueda pagarlo de otra forma- Me sonrió de forma siniestra.
-Vete a la mierda- Le escupí.
Entonces aquél hombre se levantó y fue directo hacia mí, me agarró de la muñeca con fuerza y me hizo volverme hacia él. Estrujó mi cara y entonces le escupí. Retrocedió pero en seguida volvio a cogerme.
-¿Qué coño te crees que estás haciendo?- Maison le apartó de mí- No vuelvas a ponerle una puta mano encima o te vuelo la puta cabeza.
Había conseguido tirar al hombre y estaba apuntandole a la cabeza.
-Vamos, todos fuera- Los demás comenzaron a moverse nerviosos- Y ella, se queda- Dijo señalando a la chica.
- Y una mierda, no vas a quedarte con mi chica- El hombre se levantó.
Maison disparó a la pared cerca del hombre haciendo estallar algunas botellas.
-Ya te digo yo que sí me la quedo- Se acercó aun más al hombre- Fuera he dicho.
Todos se movían nerviosos hacia la salida, mientras yo, de pie observaba la escena. Evan estaba conmigo pero no conseguíamos movernos.
-¿Estás bien?- Maison vino directo hacia mí- Joder, te saldrán moratones- Me acarició la cara y suspiró- ¿Es que no puedes estar sin liarla ni un puto día?
Me sentí tremendamente mal, estaba recordando tantas cosas de aquel mundo. Empecé a temblar y noté unas tremendas ganas de llorar, pero no quería que me viesen así, pero no era capaz de recomponerme.
-Van, recoge un poco esto, voy a sacarla fuera- Maison me cogió del brazo y me sacó fuera.
Y de pronto estabamos ahí los dos de pie fuera, sin decir nada; con el frío haciendome temblar más todavía.
-Quizás, no tenías que haber vuelto- Me abraza- ¿Fuiste a ver a un profesional después de lo que pasó?
Negué con la cabeza y me relajé mientras me abrazaba. Me acariciaba el pelo y de vez en cuando Eme soltaba un pequeño suspiro.
-Te echaba mucho de menos Lizbeth- Me aparté- ¿Vas a hacerte la sorprendida?
-Solo iba a volver dentro- Me agarra del brazo- Vamos Maison, no voy a volver a entrar en este juego.
Entré y ayudé a Evan a recoger las mesas y a limpiarlas, Maison limpió el estropicio de las botellas y cuando estabamos por irnos caimos en aquella chica que antes estaba con los hombres. Maison se acercó a mí y me dijo
-Te la llevarás tú ¿no?
-¿Y dónde la meto? Estoy viviendo con Evan
-Pues tú sabrás, los problemas fueron culpa tuya- Dijo mientras se iba
-Maison, ni siquiera tú eres tan malo- Se giró hacia mí sonriente
-Sabes de sobra donde vivo y no voy a meterla en cama conmigo- Me coloca un mechón de pelo tras la oreja- Sabes de sobra que eso es algo que me reservé y sigo haciendolo, para ti.
Se apartó y fue hacia la puerta indicándonos que saliesemos que iba a cerrar. Evan le indicó a la chica que nos acompañase y salimos los tres por delante de Maison, que no agusto con todo lo que ya me había dicho, me coge del brazo y me gira.
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Por si tu cuerpo me llama
Teen FictionUn disparo, gritos, llantos y sus manos manchadas de sangre; esas son las imágenes que me acompañan cada día de mi vida y por las que salí corriendo aquella noche. Me alejé de todo y todos para dar a los demás la oportunidad de olvidar y empezar de...