Un jodido capullo

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Evan

Me fui con Chris a la cocina, y durante el breve trayecto me planteé contarle a mi amigo lo que había pasado entre Liz y yo, pero solo pasó una vez y decirle eso podría debilitar nuestra amistad, así que decidí omitirle la informacion de que había disfrutado del cuerpo desnudo de la chica a la que había recogido hacía unos días.
Al entrar en la cocina, cerré la puerta tras de mí, y me dirigí al fregadero a llenar un vaso para regar las plantas que tenía en el lavadero que estaba junto a la cocina.
-Tio, ¿Vas a decirme qué pasa?- Su voz sonó preocupada y me hizo sentir culpable por engañarle.
-Entiendo lo que tienes con Violet, pero no puedes irte y dejar a Liz sola, primero, porque no la conocemos bien -una voz en mi cabeza me gritó "tú la conoces más de lo que él cree"- y segundo porque es tu invitada, si no vas a estar pendiente de ella quizás debería quedarse conmigo.
Noté su mirada incrédula a mi espalda y me costó girarme, por lo que me demoré un poco más de lo debido en regar las plantas.
-Aún es pronto, así que quiero pensar que no haces esto porque te guste Liz, pero me da que pensar que te preocupes tanto por ella cuando como tú dices, la acabamos de conocer.
Chris estaba en lo cierto, Liz era preciosa y una chica muy culta y agradable, pero aún no habíamos tenido tiempo de conocernos en profundidad (de nuevo esa voz de acusó), realmente no sentía nada por esa chica más que deseo, y creo que ella lo sabía; pero no por eso quería que estuviese sola a mercer de cualquier cosa.
- Liz no es más que la chica que tú  recogiste, si no te agrada diselo, pero no la trates mal, no creo que nadie se merezca eso.
Le ofrecí un cigarro y lo cogió con ganas, e ignorando el tema anterior se puso a contarme la noche que pasó con Violet tras que esta la llamase desesperada porque su novio la había dejado. No era ninguna sorpresa, Violet llevaba mucho tiempo acostandose con Chris a espaldas de su pareja, tarde o temprano, eso iba a pasar.
Mi amigo siempre me relataba que pasaba en la cama cuando estaba con una chica, una actitud que me molestaba tremendamente, era algo íntimo, pero las chicas nunca conocían esa parte de él y siempre asociaban ese comportamiento conmigo, lo cual me molestaba aún más.
-Chris, no necesito saber el color de las bragas de Violet, si quisiese saberlo las vería yo mismo.
Aquel comentario me salió sin pensar, Violet seguía intentando mantener nuestro rollete, pero yo habia perdido el interés en ella cuando comenzó a acostarse con mi amigo.
La mirada ligeramente enfurecida de Chris me dio a entender que mi comentario no le había sentado muy bien, así que di por zanjada la conversación dando la última calada a mi cigarro y apagando la colilla en el cenicero situado junto a mí.
Acto seguido, salí de la cocina y volví al salón donde Violet hablaba animadamente con Liz, mientras esta se recogía el pelo en una cola de caballo.
Estaban tan entretenidas hablando que me dio apuro volver al salón en interrumpir su momento.
Segundos antes de sentarme de nuevo en el sofá junto a Liz, mi teléfono vibró con un mensaje de Chris.
"Esta noche quedate con ella, he hecho planes"

Por si tu cuerpo me llamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora