Latidos

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Me puse un jersey gris y un vaquero, recogí mi cabello en una cola de caballo y até mis zapatillas. Minutos depués sonó el telefonillo y bajé corriendo, justo en la puerta estaba el coche de Evan, así que no tardé en ir hacia él y me subí.

-Que mala cara traes ¿No dormiste bien?- Negué con la cabeza ante su pregunta- Si hubiesemos terminado lo de anoche, habrías descansado más.

Puse mis ojos en blanco y subí el volumen de la radio, hoy no tenía muchas ganas de escuchar los comentarios de Evan; estaba cansada porque aquel sillón no me había dejado dormir placidamente y además no paraba de pensar en si le habría hecho algo a Chris, aun no entendía porque me habló así.

-Estás muy callada ¿Ocurre algo?

-Oye, ¿Podrías acercarme luego a comprar tinte?-Me miró y rió- Precisamente para evitar esas risas, debo comprar tinte

Fuimos a un supermercado y compramos comida para su piso, todo muy sano y verde. Más tarde me acercó a una tienda especializada en peluquería, donde compré un tinte naranja y decolorante.

Fuimos al piso de Evan y nos sentamos a ver la televisión. La tensión seguía siendo palpable, de vez en cuando me permitía mirar sus labios, que se volvían divertidos en una mueca al notar mi mirada sobre ellos. Le divertía provocarme mordiendose el labio, y no podía evitar rodar los ojos al verle sonreir cuando se percataba de mi mirada extasiada.

-Te juro que pocas veces una chica se ha contenido durante tanto tiempo a mí- Evan interrumpió el silencio- Llevamos una hora aquí y aun no has intentado si quiera acercarte a mí, y tus miradas furtivas me tientan demasiado.

-Y ¿Por qué no lo intentas tú? Si tanto me deseas da el primer paso, prometo seguirlo- Susurré sobre sus labios.

-Le prometí a Chris no acostarme con ninguna chica que él me presentara, por si se terminaba enamorando de mí- Contestó en un tono seductor rozando mis labios con los suyos antes de alejarse- Aunque no tenemos porque acostarnos, hay muchas formas de hacerlo.

Y de un momento a otro sus labios estaban sobre los mios besandome con furia; sus manos se aferraban a mis caderas apoyadas sobre el sofá y su respiración se aceleró al compás de la mía, mi ropa ardía sobre mi cuerpo que deseaba despojarse de ella.

Desnudé a Evan dejandole solo en boxer, a su vez, él me quitó la ropa a una velocidad pasmosa. Mis labios latían debido al frenesis de nuestros besos y de nuestras bocas salía pequeños gemidos de deseo.

Me cogió y me llevó a la cocina donde me apoyó sobre el mostrador y continuó quitandome la ropa interior mientras besaba mi cuello.

-No voy a acostarme contigo, voy a follarte ¿Queda claro?- Le empujé antes de contestar.

-No, vamos a follar, tú y yo, como si hubiese un nosotros, no solo un tú, así que cuando quieras seguimos- Le musite recalcando la primera persona del plural de "seguimos"

-Como me pone que me lo compliques hasta segundos antes de hacerlo.

Y volvío a besarme dejando que la pasión fluyese y diese rienda suelta a lo que no pudimos terminar ayer y que tanto ansiabamos.

Por un momento pasó por mi mente la cara de Chris al ver la traición de su amigo por una tia cualquiera, pero era demasiado el placer que estallaba en mi interior que volví a centrar mis 5 sentidos en Evan que parecía completamente entregado a lo que hacíamos sin dejar de besarme con autentico furor.

La cocina fue cargandose de calor y nuestros jadeos se escuchaban por todo el piso de Evan, que no paraba de gemir mi nombre y acariciar mi espalda, mientras que no podía parar de sentir la sangre latir en mi zona agradecida de la cariñosa agresividad de Evan.

Por si tu cuerpo me llamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora