Primer intento

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Evan había salido del coche, y estaba a mi lado sin decir nada mientras solo temblaba esperando que la puerta se abriese, aunque aun no sabía muy bien que haría entonces.

Pasaron unos cuantos minutos y nadie salió, no se oía nada, la puerta no se abrió. Fue entonces cuando el conflicto se apoderó de mí; una parte se alegró de que nada sucediese, de  no tener que enfrentarme a eso, pero también sentí la desilusión y la tristeza, había ido hasta allí porque esperaba poder verles, saber que todo estaba bien; aunque no hacía tanto que me había ido, se me hizo una eternidad al tener siempre la incertidumbre de como estarían.

-Liz, no se que hacemos aquí, pero no parece que nadie vaya a abrir esa puerta - Sentí mi cuerpo pesado- Quizás solo no están, podemos volver en otro momento- Me agarró el brazo- Yo te traeré mañana si quieres.

Fui con él de vuelta hacia el coche, no volvió a decir nada en todo el trayecto, solo condujo en silencio sin tan siquiera mirarme. La música invadía todo el espacio y yo solo quería llegar a casa y meterme en la cama. Por un momento, al ver a Maison, a Greg, estar de nuevo en ese mundo, sentí que todo había vuelto años atrás y que todo estaba bien, y por eso me precipité. Quizás Evan tenía razón y simplemente no estaban, no había oido tan siquiera un ruido, pero fui esperando verles, quizás arreglarlo todo, pedirles aun más veces perdón. Les echaba de menos.

Llegamos de nuevo al piso de Evan, y cuando abrió la puerta sentí que por fin podía soltar todo el aire que había retenido. Fui directa al cuarto de Evan y me senté en la ventana. Agradecí que no se pasase por allí. Lloré todo lo que necesitaba, solté todo lo que me había guardado y cuando ya me sentí en paz, acabé cayendo en un profundo sueño.

-Nena, he pedido comida china, ¿te la traigo aquí o vienes al salón?- Estaba sentada en la misma posición pero arropada como una manta, era ya de noche y me dolía la espalda de haber pasado tanto rato en esa posición.

Me levanté y sentí el frío al quitarme la manta y temblé. La sudadera de Evan seguía a los pies de la cama así que la cogí y me la puse antes de salir. 

Llegué al salón frotandome los ojos y vi a Evan preparando la mesa para comer, me sonrió, vino hacia mi y me abrazó. Le devolví el abrazo y le pregunté si necesitaba que hiciese algo.

Cuando ya todo estaba listo nos sentamos en el sofá y nos dispusimos a comer viendo una película mala de comedia. 

Con Evan estaba increiblemente agusto, sentía que eramos como amigos de toda la vida; no tenía que preocuparme de nada, solo pasar el rato. 

Me sentía mucho mejor después de haber llorado y descansado, más ligera, más tranquila. La película seguía sonando de fondo, y de vez en cuando comíamos de los restos frío de la comida china.

-Liz, ¿Cómo te sientes con todo lo del bar?- Me preguntó Evan en algún momento.

-Mejor de lo que creeía que me sentiría, a fin de cuentas es algo sencillo para todo lo que he hecho.

-Y ¿Con lo de Maison?- Reí, no sabía como me sentía al respecto

-Pues no lo se- Suspiré- Debí haberme imaginado q estaría allí, pero verle, fue como despertar cierta parte de mí que estaba dormida

-¿Sigues enamorada de él?- La pregunta me pilló de sorpresa

-No, ha pasado tiempo y todo se ha enfriado, pero no del todo. No voy a negar que he tenido pensamientos contradictorios cuando le he visto, pero se me pasará.

Me levanté y fui a por la cajetilla de tabaco y encendí  uno mientras miraba a Evan que ahora revisaba su teléfono con mala cara.

-Violet y Chris han discutido y quiere pasar la noche aquí- Bufó

-No te veo muy animado por la idea

-Porque no lo estoy- Me senté de nuevo a su lado y le pasé la cajetilla- Siempre hace lo mismo, viene llora un rato, intenta que nos acostemos y se enfada porque no quiero dormir con ella.

-La verdad no os entiendo, si esta con Chris, ¿Por qué luego te busca a ti?

-Nadie entiende nada, asi que no te comas la cabeza porque no llegarás a ninguna conclusión.

Finalmente recogimos el salón y fuimos al cuarto, ya ni me preocupé ni en ir al baño a cambiarme, tan solo me di la vuelta y me puse el pijama de Evan. Cuando me giré Evan estaba ya con su pantalón del pijama y echado en la cama.

-Mañana tenemos que volver al bar y aprender como va todo, porque al final no hicimos nada

-Lo se, Greg me escribió para decirme que teníamos que estar allí mañana a las nueve porque abren a las 7 de la tarde y dice que necesitaremos tiempo- Evan cambió su postura al oirme

-¿A las nueve? Son las tres de la mañana, cuando nos queramos levantar estaremos hechos polvo

Apagué la luz y situé la alarma las 7 y media de la mañana, me arropé y deseé con tozas mis fuerzas que los nervios no se apoderasen de mi y poder dormir bien aquella noche.

Por si tu cuerpo me llamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora