Agotamiento

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Por fin, pudimos hacer una pausa para comer algo. Me dolía los brazos de preparar tantos cócteles, ni siquiera sabía si podría moverlos esa noche.
Maison apareció con unos bocadillos y una ensalada.

-Sin salsa y sin pepinillos- Me tiró en envase de la ensalada.- Y para ti, un bocadillo de vete a saber que.

Me senté en la barra, mientras les escuchaba de nuevo discutir en las mesas. Llevaban toda la mañana así y empezaba a estar cansada de oir insultos y voces, así cogí mi ensalada y salí fuera y me senté en un trozo de césped donde daba el sol, pues ya había empezado a despejar.
El sol daba fuerte así que me quité la sudadera y dejé que la luz de este diese en mis brazos, hombros y espalda.
Estaba increiblemente agusto hasta que noté a alguien sentarse a mi lado.

-¿No piensas volver dentro?-Maison- ¿Ya te has rendido? Antes eras mucho más dura.

Aun con los ojos cerrados contesté- No me he rendido, solo estoy cansada de escuchar voces, sabía que llevabas mal que alguien fuese mejor que tú, pero no sabía que tanto.

-¿Perdón?

-Bueno digamos que si tuviese que elegir entre Evan o tú para que me sirviese, le preferiría a él de camarero- Me miró sonriente, sabía que ahora soltaría algún comentario arrogante de que a él le preferiria en la cama o algo así, pero me adelanté- Me gusta tener camareros atractivos, y él tendría más posibilidades de llevarse mi número esa noche.

No dijo nada, solo me tendío la mano y me ayudó a levantarme y me acompañó dentro.

De nuevo Jaque mate.

Evan estaba sentado en una de las mesas, y sobre esta un par de cajas de color negro. Fuimos hacia allí y nos sentamos.

-Dentro de estas cajas teneis los uniformes- Lo abrí encontrando una americana negra y un par de bodies de encaje y pantalones del mismo color.- La talla de M estará perfecta, la tuya niñito, puede que falle, si tienes algún problema diselo a Lion.

Nos tendió un par de tarjetas con nuestros nombres en clave, colgadas de un cordel negro y amarillo. En la mía ponía M, y en la de Evan, Van. Fuimos hacia los baños y nos cambiamos.

Mi bodie era de encaje pero elegante, y la americana terminaba de completar la idea de mujer elegante . Cuando salí, Evan ya estaba cambiado con también un pitillo negro y una camiseta ceñida del mismo color.

-En una hora abrimos- Maison habló desde el otro lado de la barra- Dejadme recordaros que no todos lo que vienen aquí es para hacer negocios oscuros, aquí también viene gente con intención de tomarse una copa e irse a casa, no todos saben lo que aquí se cuece.

Mientran Eme seguía preparando las cosas, Evan y yo salimos fuera a fumarnos un cigarros para relajar tensiones.

-Te sienta increiblemente bien el uniforme- Dijo Evan agarrandome de la cintura

-Ojala pudiese decir lo mismo de ti- Reí y besé su mejilla

-No mientas, si hemos tenido que fregar las babas que se te han caido al verme.

Evan era increiblemente prepotente cuando se lo proponía y me recordaba mucho a Maison cuando lo hacía, aunque creo que no llegaba al nivel de este.

-¿ Me das un beso de buena suerte antes de esta noche tan larga que nos espera?

-Está bien, pero no te acostumbres- Y así reí antes de darle su beso de "buena suerte"

Ambos estabamos centrados en repartirnos esa "suerte", cuando oimos una tos de fondo. Nos separamos y sin darme la vuelta y ver quien estaba en la puerta, apoyé mi cabeza en el hombro de Evan.

-Dejad los besitos de pareja para después del trabajo y entrad a hacer lo que teneis que hacer.- Maison habló en tono serio

Por si tu cuerpo me llamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora