Tensión

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Cuando pasamos por la puerta, Maison me agarró del brazo y me apartó cerca de la barra.

-Cuando ha venido Lion, os ha visto y me ha llamado la atención- Me pegó a la pared con los brazos a los lados de mi cabeza y visiblemente enfadado- Te recuerdo de nuevo que aquí estás bajo mis órdenes- Se acercó aun más a mí- Si te vuelvo a ver cerca de ese en mi presencia, no pienso responder de mis actos- Se dio la vuelta- Sabes lo enfermo que me ha puesto siempre verte cerca de otros- Volvió a acercarse a mí con el rostro entristecido y me acarició la cara- Te juro que lo estoy intentando, pero aun no estoy listo para verte besar a otro.

Mentiría si dijese que no se revolvió algo en mi cuando le oí decir eso. Y ahí nos quedamos mirandonos el uno al otro sin saber que decir, ni que hacer. No me quería mover, ni  a la vez quedarme quieta sin hacer nada. La pólvora dentro de mí amenazaba con buscar su fuego para detonar.

Me aparté y suspiré, me recompuse tan pronto como pude y fui hacia la barra, no salude a nadie, solo cogí las botellas y las coloqué de la forma más bonita cromáticamente.  

Poco a poco, la sala se iba llenando de gente alegre. La luz de las ventanas cada vez era menor y el ruido en la sala mayor. Evan se movía nervioso de un lado a otro del bar, estaba visiblemente agotado y solo acababamos de empezar. Su trabajo era mucho más cansado que él mio, no podía parar, mientras yo me limitaba a preparar lo que me pedían sin apenas moverme.

-¿Puedes centrarte?- Maison me paso una botella vacía- Ve a tirarla y coge otra del almacén, y despierta, no estamos aquí para ver las horas pasar.

En cierto modo tenía razón, no estaba aportando demasiado, pero estaba aun asimilando todo lo que estaba pasando y me costaba dar cualquier paso; pero tenía que moverme, despertarme como decía Eme, no podía estar todo el asimilando el suceso; así que fui a por la botella y volví dispuesta dar más de sí.

-Escuchame, mete a Evan aquí, voy yo a las mesas- Maison me agarro para impedir que me fuese- No me mires así, está agotado, dale un respiro.

-¿Y pasar los dos aquí horas?- Me miró amenazante.

-Bueno- Volví a entrar en la barra- Pues espero que se te de bien servir mesas

Fue entonces cuando bufando me dio una bandeja y se dio media vuelta de nuevo hacia la barra. De nuevo te gané Maison.

La verdad es que era muy estresante, todos querían las cosas deprisa y perfectas, siempre había alguna pega con el tipo de refresco, la cantidad de alcohol o la falta de una pajita. Estaba completamente agotada, ahora entendía a Evan. Poco a poco la gente se había ido yendo hasta que cerramos para el público y solo quedaron los participantes de una timba de poker ilegal.

Maison y yo aprovechamos la nueva tranquilidad para salir fuera a fumar. Hacía un frío tremendo fuera comparado con la alta temperatura de ahí dentro.

-Esto es muy cansado- le miré- La próxima vez podías servir tú mesas.

-No, eres tú la que has desaprovechado la oportunidad de estar en la mejor posición.- Me mirá con una media sonrisa.- Además, estabas conmigo, lo tenías todo- Se dio la vuelta y se metió para dentro mientras decía- Pero como siempre, te fuiste.

Suspiré, trabajar con él iba a ser muy complicado. No quería volver pero tampoco podía quedarme fuera para siempre, así que apagué el cigarro y entré.

Por si tu cuerpo me llamaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora