También lloramos

14 3 7
                                    

Yo pertenezco a esa minoría de personas que encuentran el alivio en la llorera. Llamadme extraña o mentirosa, me da igual. Hay personas que siempre están sonriendo, riendo, alegrando la vida de los demás... seguro que has oído hablar de que quienes son más felices son los que sufren más. Con eso te digo todo.

    Me sé de gente que tiene un brillo especial en los ojos. Un desliz positivo en los labios. Una risa que encanta. Y unas palabras que enamoran.

    Me sé de muchos que rien y luego lloran. Pero no lo segundo por lo primero. Sino lo primero por lo segundo. Y aquí el orden de los factores sí altera al producto.

    Están tan hartos de sus vidas, que quieren mejorar las otras para que no sufran lo que sufren. Intentan sonreir aunque estén destrozados. Intentan vivir aunque estén muertos. Intentan mejorar aunque han caído a lo más profundo.

    Me sé de aquellos que por las noches no pueden dormir. Que estudian por no sentirse vacíos. Que se colocan fuera de la realidad para huir de ella. Que escuchan, leen y ven  tristezas porque lo demás ya no les llena. Que se miran al espejo y no se reconocen. ¿Quién eres y qué haces ahí enjaulado?

     Sé de ellos que están rotos, por dentro y por dentro. Por dentro al cuadrado, una exponencial. De nuevo mates.

    Sé, como tú, que los hay a miles. Una raza de caras sonrientes y sentimientos... que por no alzar sus voces, no se sabe que existen. Yo —horrible pronombre— me encuentro en ocasiones ahí, en ese saco heterogéneo. Quizá escriba esto desde aquí. Aquí. Y dime tú, ¿por cuánto tiempo has llevado esa máscara? No te la quites, te queda bien. Pero, ya sabes, a veces uno necesita respirar.

2/4/2019 0:30


En multimedia: Six feet under; Billie Eilish

Popurrí de pensamientos, sentimientos y poemas que mejor no leer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora