Otra queja más, ¿por qué no?

21 4 19
                                    

Vivimos en unos tiempos donde, si no encajas, estás jodida. En femenino o en masculino. Vivimos en una gran urbe donde si no sabes la respuesta a una pregunta en un cierto tiempo, te puedes ir a la mierda porque peor no te va a ir en la vida.

Me acaba de pasar que mi madre me ha pedido la respuesta a ciertas preguntas. Unas de índole personal y otras que nos incluían a ella, a mi hermana y a mí.

Como este es un escrito mío y me importa un rábano si es relevante o no para vuestras vidas, lo contaré.

Las cuestiones familiares, por así llamarlas, eran a dónde nos vamos, si quisiéramos irnos, en un puentecillo que hay en febrero y en semana santa o unos días de abril, no lo sé con certeza. Bien, yo soy de esas personas a las que le gusta que los acompañantes se sientan cómodos y disfruten aunque yo me esté muriendo por dentro del asco. (No siempre, pero en casos como este sí. Lo aclaro para que luego no me vengan con sus imbecilidades a llamarme pasiva y promulgadora de los abusos por parte de los poderosos.) Como podéis imaginar, mi respuesta fue un "me da igual" bien clarito. ¿No? Vamos a ver, no tengo un lugar deseado al que ir. Viajar por el mundo es mi sueño pero para ello necesito primero dinero, trabajar, vencer mi vaguería extrema y acabar mis estudios. Actualmente, pues, es un sueño lejano.

Madres; ellas, con tal de tener la razón, te pueden culpar a ti incluso por la extinción de los koalas. Sí, de acuerdo, indirectamente hemos sido capaces TODOS de agravar el asunto del cambio climático. Pero, que yo sepa, no he ido a Australia (ojalá) con un arma acabando con los pobres animales.

A mi hermana el marrón este de elegir destino le pasa de refilón. Ella es feliz con su Play, su móvil, sus auriculares inalámbricos y su Fornite. A ella le chupa un ovario todo y todos.

Así que, nada, me toca a mí cargar con el muerto.

Pero pasemos a hablar de mis asuntos personales. Si no te importan o vas a comentar o pensar que qué pasa con esta tía que me cuenta su mierda, te invito a dejar de leer y tirarte por un acantilado. Es gratis y además no haces daño a nadie. Salvo a los peces que haya nadando plácidamente debajo.

A ver, no es solo porque estoy ahora mismo escribiendo esto súper hiper mega ultra enfadada, no es solo eso, sino que tooooooooda la gente de este planeta y de los satélites que orbitan a su alrededor, que tienen conexión a internet o un aparato o una vida (¿Referencia a los países a los que hacemos bullying internacional? Puede ser), ponen su vida en las redes. La razón evidente es para sentirse aceptados por alguien. Somos unas criaturas repugnantes, en serio.

La cosa es, que me desvío mucho del tema, que mi madre aquí no presente me hace ciertas preguntas a las que no tengo respuesta.

Y podríais estar pensando: "mija, pues piénsalas, que no es tan difícil".

La sencillez está sobrevalorada. ¿Qué es sencillo en esta sociedad? Es más, voy a dejar que pienses tú la respuesta. Perdón por tutearte, puedo, ¿cierto? Es que llegados a este punto me parece una falta de respeto hablar de un vosotros cuando eres tú quien me está leyendo.

¿Preferirías oponerte a la presión social y mostrar algo de coraje y fortaleza ante los estereotipos y asquerosidades sociales; o, por el contrario, sucumbirías a esa presión, solo por una vez, y seguirías mostrando tu oposición al patriarcado de mierda por otras vías?

Estoy hablando de un todo o un nada. Así de radical soy, señoras.

¿Me haría la depilación láser, yo, quien se ha opuesto firmemente a defender los pelos femeninos de nuestros cuerpos? Por mi madre. Por ella. Porque la señora que mi madre quiere que me lo haga se va a jubilar y no quiere que nadie más me lo haga. ¿O acaso prefiero perder esta oportunidad que se me está siendo otorgada, y todo por no querer apaciguar a la fiera que es mi progenitora cuando le digo que saldré de casa con pelos en mis piernas? 

Oh, Dios en mayúsculas mío, ¡horror!

Vello corporal. ¡TEMBLAD! Ya está aquí.

Tengo una cuenta atrás para tomar la decisión. Ahora que estoy en periodo de exámenes y por ende sin clase, es el momento perfecto.

¿Perfecto para quién exactamente? ¿Para mí? ¿Para mi madre?¿Para la señora que va a ganar un dinerito? ¿Cien puntos para la Sociedad machista?

Pero, chiquilla, tú no eres importante. Por una persona que se depile, por una persona que no... no va a pasar nada.

Permíteme discrepar, ignorante.

Uno más uno es dos. Más uno, tres. Y si seguimos contando, llegamos a los casi 50 000 000 habitantes que tiene nuestra amadísima España este año. (¡Que viva España! Sí, que viva un sustantivo, que viva).

Si mil millones de personas pensamos que una persona no va a afectar, me dirás tú.

Claro, mi incógnita es, cedo por "mi bien", por que luego no sufra acosos ni humillaciones por "tener pelo como un hombre", por estar "más cómoda" sin tener que depilarme a cuchilla (la cera es horrible, qué queréis que os diga), por poder ponerme "esos bañadorcitos tan monos" que parecen más tanga que ropa para bañarse (ah, mentira, tengo que medir el dramatismo) en vez de unos comodísimos pantalones acuáticos que no se bajan al tirarte de cabeza a la piscina ni al hacer volteretas ni al intentar quitártelos una vez mojados porque son tan ajustados que hasta se te marca el clítoris... admito que no son pantalones como tal, es más una gran braga que te cubre todo el culo y las ingles. Lo cual es maravilloso (ya ves tú el motivo de la alegría) porque no me preocupo por tener pelos en las ingles (y repito que el dolor de la cera en las ingles es INSOPORTABLE).

Ahora mismo me estoy odiando fuertemente porque toda mi ira barra frustración barra enfado se han esfumado. Solo me queda una mueca de desagrado que, para qué mentir, es la de todos los días.

La conclusión aquí de esta tesis tan fructífera es que aquí la servidora no tiene las respuestas que necesitas que te de, madre. Tú has estado insistiendo durante dos malditos años que me haga la láser. Una, y otra, y otra, y otra vez. Incansable. Intentando persuadir. Y conforme ha ido pasando el tiempo, me he dado las gracias mirándome en el espejo y amando cada uno de los jodidos pelos, por haber sido una cobarde. Porque esto, queridas, esto llamado rebelión que en verdad es femenino: LA rebelión, me ha servido para forjarme una nueva yo.

Antes me salía un pelito en el sobaco y era el fin del mundo. A tomar por culo el bañito con el calorón de agosto. Ahora me chupa un ovario que la peña me vea con mis piernas de osA.

Mi próxima meta es amar mi cara, sí. Ya os contaré si lo consigo. Porque esta es otra; una mujer con vello en el bigote ¡AUXILIO!

A veces me gustaría abandonar este mundo, sinceramente, pero luego recuerdo que nadie más daría por culo, y se me pasa.

Con dar por culo me refiero a molestar. A protestar. A poner un límite en lo que parece infinito (no me refiero a la estupidez humana, que todas ya sabemos que es infinita).

Y con esto y un pistacho que me voy a comer ahora, dejo este pedazo textaco.




15/1/2020 18:16

Popurrí de pensamientos, sentimientos y poemas que mejor no leer.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora