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Me senté en el escritorio de mi habitación a terminar la colección de invierno. Todo debía estar listo en una semana y yo lo lograría aunque me costara amanecer diariamente.

Llamé a mi madre y no me contestó. Suspiré. A veces me sentía tan sola, que a la misma vez no sabía si en la vida era necesario esforzarse tanto. ¿Para qué? Los ricos también mueren, aunque en mejores ataúdes. Estaba Loca.

Mi celular sonó y era mi Ángel. -¿Pero doña, dónde andaba usted?

Rio tiernamente. -Paseando al perrito y olvidé el celular.

Era tan hermoso escucharla contarme todo acerca de su día. Mi madre es lo más tierno del mundo.

-Yohanna anduvo por aquí dando órdenes como siempre. Sacó tu vehículo y me llevó al mall a comprar un vestido para una cita que tiene hoy. Le pregunté que cuantos novios ha tenido en lo que va de año y se puso a contarse los dedos y se perdió.

Ya conocía los chistes de mi alocada mejor amiga. Gracias a Dios ella no había descubierto la sorpresa que hemos planeado para ella.

-Pronto estaré con ustedes, estos meses no han sido fáciles aquí. Mi garganta se atrabancó.

-Amy, tranquila. ¿Todavía estás enojada por la colección?

No le contesté y prosiguió. -No sabes qué eso pueda añadir a tu vida profesional.

-Mami, odio hasta caminar por los pasillos para que le gente no me vea, porque amo ser invisible. Pero ahora todo el mundo me conoce en la empresa y no de la mejor manera.

Al parecer se dio cuenta que yo tenía razón porque duró unos segundos para contestar.

-Las personas que tienen ese hermoso Aura que tú traes desde el día de tu nacimiento nunca pasarán desapercibidos.

——
Le entregamos nuestros diseños a Marley y me coloqué mis lentes recetados para poder leer. ¿Habría alguna cura para la Miopía?

-Desde que te pones esos lentes pareces una nerd. Bufó abrazándome. Marley nos observó como a dos niños y rio. -Han hecho un excelente trabajo otra vez. Mañana lo presentamos a nuestros directores de diseño y ventas.

-¿Estará la fruta fina de ventas? Cuestionó mi compañero.

Edith asintió entregándonos el listado de asistencia.

-Mierda. Esa mujer me quita toda la inspiración.

Esperé a que todos se fueran y me senté con Marley. Mis manos me sudaban.

Ella notó mis nervios. - Se que me quieres decir algo desde ayer. Te escucho.

Me sonrojé. -Es solo que me gustaría saber si después de esta presentación puedo regresarme a mi país.

La vi sorprenderse. - Te refieres a las vacaciones por navidad o... Pensó lo otro que iba a decir. -... Quedarte en tu país?

Tartamudeé. -Pensé que solo estaríamos aquí por 8 meses y ya lo cumplimos. Mi madre está sola en mi país y eso me preocupa.

-Es cierto que debían ser 8 meses incluso menos, pero ahora tenemos dos clientes nuevos que como sabes son muy exigentes y por ello la directora extendió un poco más su viaje. Pero desde que terminen la presentación regresarán a su tierra.

Sonreí aliviada.

Antes de irse agregó algo más. -Pensé que te había gustado el estado de Los Ángeles.

Se marchó y quise que la tierra me tragara.

Nos pusimos nuestro mejor atuendo para la presentación de la última temporada y nos sentamos en la sela de conferencias. Observé bien el lugar con los nervios a flor de piel. Agradecía a Dios haberme dado esta oportunidad de aprendizaje y crecimiento en esta empresa, me sentía confusa respecto a regresar a mi casa pero yo no pertenecía a aquí.

COMO EL VINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora