Volver al Caribe

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Sin poder controlar mis músculos faciales también le sonreí y se puso de pie.

Se dirigió a donde la encargada de recursos humanos y es que obviamente, tenía unas curvas envidiables y la invitó a bailar. La mujer no lo creía y asintió de inmediato.

Todo el mundo aplaudía mientras ellos bailaban y sentí un poco de celos. Pero y por qué?

Valentino me abrazó. - Esa mujer debe estar en las nubes.

Le respondí con un monosílabo afirmativo.

Cuando la canción terminó la banda en vivo tocó una balada de Bryan Adams. La pista se llenó de inmediato. Iba a grabarlos con mi celular y Valentino me pellizcó. Lo miré enojada y me señaló la razón de su pellizco.

Eliecer, el presidente, el hombre que podía enterrarme y resucitarme... si èl, estaba a mi lado con su mano extendida. -Deseas bailar esta pieza conmigo?

Sin pensar negué de inmediato y el asintió. -Si es por la multitud ellos no lo notaran, están todos bailando.

Era cierto.

Le sonreí de vuelta y acepté su invitación. Me llevó con gentileza a la pista y era cierto. Todo el mundo estaba bailando y el decidió elegir uno de los extremos justo en frente de la banda. Colocó su mano con decencia en mi cintura y yo en su pecho.

Era tan alto como Mateo. Unos 6 pies y 2 pulgadas. Sus ojos eran tan azules que podía perderme en ellos... y sus labios... y ví como me sonreía.

-Me miras como a una pieza de ropa. Como si me estuvieras estudiando.

Tartamudeé y otra vez me dejó ver esa sonrisa tan perfecta. -Pensé que te iba a dar algo en el escenario cuando te estaban premiando. Muchas gracias por tu ardua labor en la empresa.

Me sonrojé. -No me esperaba aquel honor.

Su olor era tan maravilloso, su presencia lo llenaba todo y el lo sabía.

Bajó su cabeza y me susurró al oído. -He soñado con tus ojos día por día desde aquel ascensor.

Aquello bastó para que mi yo interior se entregara a el de por vida. Estaba loca.

El notó mi sorpresa y me pegó más a el. Tanto que podía sentir los latidos de su corazón y su abdomen fuerte. No quería que me soltara. Nos olvidamos del tiempo y volví a la realidad cuando la banda dejó de tocar.

Me regresó a la mesa y me miró fijo. -Recuerda lo que te dije en el balcón.

Asentí.

Regresó a su mesa y ahora bailaba con Jackie. Yo no era competencia con todas esas mujeres. Todas lo querían a el.

-No lo puedo creer. Lo besaste mientras bailaban?

Valentino estaba casi encima mío totalmente impresionado. Lo miré rendida. -Eso sería un sueño. Pero y cómo podría con tantas personas interesadas en el siendo nuestro presidente.

-El destino es quien manda.

Tomé mi bolso y asentí perdida. -A qué hora es tu vuelo mañana Vale?

-10 de la mañana. Y el tuyo?

-6 de la tarde. Asentí mirando al suelo.

Lo abracé. -Nos veremos en Rep. Dom? Se que allá no nos conocíamos pero quisiera que no te desaparecieras.

-No seas boba Amelia. Claro que nos veremos, solo recuerda que me regreso en enero de inmediato.

-Lo se.

COMO EL VINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora