Disfrutar y Jugar

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No podía dejar de pensar en lo ocurrido aquella noche. Hoy hacía una semana de aquel hecho y no podía dejar de pensar ni un segundo en él.

Me había llamado día por día pero soy una mujer de palabra, no lo volvería a ver más en secreto. A partir de hoy me daría mi valor.

————-❤️
Jackie entró a mi oficina molesta y su celular sonó. Como si ese alguien pudiera verla ella mostró temor. -Buenas tardes Abuelo. Pues trabajando en su oficina. Sabes que no le gusta que irrumpamos en su lugar de trabajo. Me miró como si quisiese cerrar el teléfono de golpe. -Bien te dejaré saber cuando el regresa a Londres, deja que se quede por lo menos unos meses con nosotras y que le de calor a L.A. Hizo el gesto de lavarse la cara. -Si abuelo, se que para eso Mateo es el vicepresidente pero recuerda que también nosotras necesitamos de el.

Me miró enojada. -Mi abuelo acaba de enojarse conmigo y colgarme el teléfono. Se encogió de hombros. -La verdad no entiendo cómo mi abuela siendo una mujer tan dulce lo puede aguantar.

Recordé nuestra conversación en El Pasajero sobre su vida y sus sueños. Su padre fue quien le prohibió las carreras.

-Estás preciosa Jackie. Saldrás? La miré investigándola y se puso nerviosa.

-No. A ti qué te pasa estos días? No quieres salir ni a comer y me pediste irte 5 minutos antes durante toda la semana. ¿Quieres evitar a alguien de aquí?

Le mentí nerviosa. -No, es solo que tengo algo que terminar en mi casa y solo así me da tiempo. ¿Recuerdas mis vacaciones pendientes? Me voy mañana a mi país.

Mi teléfono empezó a sonar y vi que era Ruth pero seguí hablando con Jackie y me miró desanimada. -Si pudiera irme contigo me iría pero no puedo. Regresa bien descansada porque recuerda que tenemos inicio de las dos temporadas más fuertes a final de agosto.

Y su fragancia llegó hasta mi. Miré de inmediato y se encontraba en la puerta, para eso me estaba llamando Ruth. Jackie le hizo señas para que entrara y le cedí mi escritorio. -No es necesario. Indicó sin dejar de mirarme. Estaba tan precioso como siempre. Su mirada azul no se apartó de mi por varios segundos y solo asentía a todo lo que su hija decía.

-¿Qué hacen las dos charlando en horario de trabajo? Emitió pareciendo molesto.

Su hija le sonrió. -Señor Presidente solo vine a despedir a mi subordinada que se irá de vacaciones a su país.

El me miró molesto y bajé mi cabeza. -Bien, espero que disfrute mucho de sus vacaciones Amelia, recuerde pasar por recursos humanos para que le entreguen un listado de hoteles de los cuales somos socios, de esa forma tendrá menos gastos.

Lo miré agradecida. -De verdad muchas gracias, pasaré en cuanto termine con ustedes.

Miró sus zapatos y luego su hija lo tomó por el brazo. -¿Estás molesto padre? ¿Abuelo ya te llamó?

Asintió sin ninguna emoción en su rostro. -Vamos a mi oficina para que veas esta nueva carpeta, así se te va el enojo. Amelia síguenos.

Obedecí y nos sentamos los tres en la mesa de diseño de Jackie. Ambas le explicamos sobre la carpeta y un subgerente nos interrumpió y se la llevó a la sala de producción. -Amelia, cuando termines de mostrarle todo me cierras la oficina, te llamo más tarde.

Asentí y seguí explicándole sobre la carpeta. El tomó el control de la oficina y cerró las puertas. -¿Qué hace señor?

-Esta oficina no es en cristal como la tuya. Respondió a un molesto.

Los nervios me atacaron y él me abrazó. Dejé descansar mi cabeza 10 segundos en su pecho y luego me separé de él. Lo miré como siempre como si fuese la primera vez.

COMO EL VINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora