**Juntos**

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No podía creer que el estaba arrodillado a mi lado. Me miraba con esos ojitos azules entrecerrados por su amplia sonrisa y me lancé encima suyo. Caímos los dos al suelo y miró a todos lados preocupado por algún paparazzi y lo besé. -Lo siento! Lo siento! Lo siento! Debí confiar en ti mi amor, perdóname. Le supliqué aún con lágrimas en los ojos. No te vayas por favor, tenemos que hablar, tenemos que arreglar las cosas Eli.

Me ayudó a levantar acomodando primero mi ropa y luego la suya. -De la única forma que te perdono es si te vienes conmigo a este viaje de trabajo. Arreglaré todo para que puedas trabajar desde tu laptop.

No podía negarme a él y me abrazó. -Dios! Mi gatita! No me hagas sufrir de este modo.

Acarició mi cara con sus dedos y se detuvo en mis labios. -Te quiero tanto Amelia.

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No podía creer que iba de camino a Europa con el amor de mi vida. Me llevó a la habitación de su jet privado y me desnudó sin dejar de mirarme. Cerré los ojos al sentirlo arrodillado y abriendo mis piernas. -Hoy te pondré de castigo, disfrutaré tanto de ti que no podrás pensar en nada más durante el viaje.

Le asentí con mi cabeza rendida a el y sentí su lengua jugando con aquel botoncillo. Me pegó más a él e introdujo dos dedos dentro de mi.

Me estaba llevando a las nubes y yo solo podía acariciar su abundante cabello. Supo que estaba a punto de llegar al orgasmo y se detuvo con una sonrisa torcida. -Te dije que hoy te voy a castigar por desobediente.

Me mordí los labios y me subió encima suyo. Enredé mis piernas en su espalda y me penetró. Todas las células de mi cuerpo lo conocían y con solo sentirlo dentro de mi y verlo así de acalorado, exploté de placer.

Me besaba mientras me penetraba con rudeza pero sin dejar a un lado su ternura y delicadeza conmigo. -No quiero que te alejes de mi nunca más Amelia! No te lo voy a permitir. Solo yo provoco que te pongas en este estado. Solo yo te vuelvo loca.

Asentí fuera de mi. Había tanto placer y amor en nuestro acto que mis ojos picaban de la alegría y lo pegué más a mi. -Amo todo lo que me haces mi amado profesor. Yo no quiero la vida sin ti.

Me depositó en la cama y abrió mis piernas. Se introdujo dentro de mi y me dejó ver aquella mirada que amaba. -Me vuelves loco! Me das vida! Me llenas de paz y tranquilidad solo con oírte gemir! Solo con sentir tus manos sobre mi.

Nuestra respiración agitada ambientaba la pequeña habitación y besó mis pezones. -Amo todo de ti cosita rica.

Me dejó tan agotada que supo que no me movería del mismo sitio hasta aterrizar. Me enjauló en sus brazos y nos quedamos callados solo viéndonos. Tenía su pecho rojo con las marcas dejadas por mis manos. Sus labios estaban hinchados al igual que los míos y me mostró su sonrisa. -¿Qué piensas pequeña?

Lo besé. -En lo mucho que te amo. Mi hombre perfecto.

Rió bajo y me besó. -Mi mujer perfecta.

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Llegamos a Londres y nos recibió Mateo en la empresa. Jackie tapó mis ojos y creo que no la había visto tan feliz como hoy.

Se sentó en las piernas de su Papá. -Pa' ya harán público que se aman? ¿Cuándo se mudarán juntos?

Eliezer miró a su hija y le besó la frente. -Todo depende de ella, nuestro antiguo plan solo esperaba a que la diseñadora nos entregara la casa para mudarnos.

Todos me miraron a mi y Jackie se me acercó caprichosa. -¿Cuándo piensas mudarte con mi Papá? Seguirán peleando como niños? ¿Le permitirán a otros que dominen una relación tan linda? Los dos se quieren...

COMO EL VINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora