Enamorado

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Eliezer Me había sorprendido quedándose una semana en L.A. después de regresar de Alaska para celebrar el cumpleaños de su hija menor, fiesta a la que obviamente no fui invitada.

Mi madre me miró y sonrió. -La verdad que no me acostumbro a encontrar un carro del año diferente todos los días en mi parqueo. Te estás aprovechando que yo estoy de turno en la noche para dejarlo amanecer aquí.

Le señalé el sofá. -Te juro que no pasamos a las habitaciones, nos quedamos en el sofá. Hoy está celebrando el cumpleaños de su hija pequeña con la mujer que toda su familia quiere para él. 

Ella acarició mi hombro. -Pero a quién el eligió aunque todavía no termino de procesarlo y lo estoy vigilando día y noche, fue a ti.

Y como si lo hubiésemos invocado me llamó por videollamada. Sin dejarme ver su cara me mostró la fiesta y a sus hijas bailando en el centro con Mateo. Y de la nada se acercó Camille.

-Eli, querido. ¿Qué haces aquí solo?

-Respirando aire puro, me dejas seguir disfrutándolo? Le contestó mi amor con su diplomacia cortante.

-¿Cuándo dejarás de rechazarme? ¿Crees que eso es bueno para tus hijas? Contraatacó irritada.

-Bien Camille, te daré 20 segundos para que desaparezcas de mi vista o me olvidaré del respeto que te tengo.

La mujer se fue de inmediato y el ahora me mostraba su cara irritado. -Esa mujer...

-Está precioso mi señor Eliezer. Le susurré coqueta y esbozó una sonrisa perfecta.

-¿Ya mi novia está acostada? Pensaba en pasarla a recoger en 1 hora para llevarla a cenar.

Me senté de prisa en la cama. -Son las 12 de la noche y mañana ambos tenemos que trabajar.

Me mostró su mirada llena de deseo y no me pude resistir. -Solo me quedan 4 días aquí y quiero cansarte de mi para que cuando esté allá no me extrañes tanto gatita.

Y así lo hizo. Creo que no había nadie tan puntual como este hombre. Mike entró a mi casa primero y saludó a mi madre avergonzado (se encontraba en pijama). Nora lo miró sin gracia y luego señaló al amor de mi vida que me sujetaba por la cintura y le indicó que se sentara en la mesa.

Eliezer la abrazó con respeto y la obedeció. -Buenas noches suegra.

-Nuero, crees que estás son horas para llevarte a mi hija? Está lloviendo mucho y no es el mejor clima para ti.

La mirada de Eliezer era una poesía y le sonrió de lado. -Le prometo que la traeré de vuelta antes de las 3 de la mañana. Es solo que en pocos días tengo que regresarme a Londres y la quiero aprovechar.

Caminamos de mano hasta el vehículo y me besó con fuerza cuando estuvimos dentro. -Mis manos queman por tocarte y hacerte mía. Hoy no te dejaré dormir preciosa.

Gemí al sentir cómo me había subido encima suyo. Agradecía a Dios que había venido en un vehículo con división y Mike no podía ver nada pero quizás si oír. Echó a un lado mi panty y se hundió dentro de mi. La adrenalina de ambos subió y me sonrió al ver todo el deseo dibujado en mi cara. 

Ambos llegamos al climax y se quedó allí conmigo abrazada. Daba besos pequeños en mi frente mientras mi respiración agitada era todo lo que se oía en el vehículo.

Atrapé su cara en mis manos y lo miré seria. -No usamos protección amor, es la primera vez que lo hacemos.

Besó mi frente y me ayudó a acomodar mi vestido. -Mañana te esperaré a las 12 en el parqueo, gestionaré tu permiso para llevarte al doctor.

COMO EL VINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora