Regresa a mí

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Alguien lloraba en mi habitación y no me permitía continuar durmiendo pero tampoco podía abrir los ojos. Hice todo el esfuerzo que pude para despertar y no pude. Intenté sacar del depósito de mi corazón los recuerdos bonitos con mi futuro esposo, mi familia y de mi pequeño frutito. Sonreí al recordar que en menos de 3 semanas me convertiría en la esposa del hombre de mis sueños. Mi Eliezer ha cambiado tanto para darme el primer lugar que es digno de admiración.

Y de repente sentí su fragancia. -Despierta cielo. Tienes 3 días sin reaccionar y ya no puedo más. Ayúdame a no enloquecer Amy, ven, regresa a mi lado. Eliezer estaba susurrando y a la vez acariciando mi cara. -No me dejes. Aquello había sido un lamento.

Y regresé a la realidad.

Abrí los ojos y me sentía tan débil como nunca en la vida. Gemí por el malestar que sentía y encontré la mano de mi amor entrelazada con la mía. Al parecer escuchó mi gemido porque abrió de inmediato sus cansados ojos.

Se encontraba con un abrigo y sus ojos estaban rojos. Al verme despierta se levantó de prisa y me llenó la cara de besos. -Gracias al cielo que has despertado Amelia, Oh no te imaginas lo difícil que ha sido mantenerse cuerdo sin tí. ¿Cómo te sientes?
Tengo que llamar a tu madre ahora mismo.

El desespero en su cara me partió el corazón y lo detuve. -Solo quiero irme a la casa y estar en paz con nuestro bebé.

Sus ojos se cristalizaron y se sentó perdido. -Amelia, el bebé, nuestro bebé no lo resistió.

Llevé mi mano hasta mi vientre y mi madre entró. Al ver mi llanto supo que ya estaba enterada y me abrazó con fuerza.

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Nora no sabía cómo ayudar a su hija en ese momento ni tampoco a su yerno. No podía permitir que los dos se desplomaran. Le besó la frente. -Dime que lo que él está diciendo no es verdad! Mi bebé...¿Qué fue lo que me hicieron?

El pobre hombre estaba al punto de colapsar y Amelia lo sabía pero tenía que saber la verdad y su madre terminó de informarle. -El bizcocho que comiste estaba envenenado. Un veneno tan mortal que estuviste a punto de irte de mi vida pequeña. Lo siento mucho hija pero el bebé no pudo soportarlo y tú estás viva gracias a Dios y a la rapidez de la ambulancia.

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Eliezer's POV

Amelia lloró por horas hasta que decidieron ponerle un calmante para tranquilizarla. Ella lo miraba con rabia y él sabía que era el único responsable de esta desgracia.

La maldita mujer no aparecía y su hija pequeña había estado detenida por dos días hasta que la policía hizo las investigaciones. Jenn había decidido dejar de comunicarse y lo único que hacía era llorar encerrada en su habitación.

Un hombre no llora pero aún el más fuerte si viviera mi vida ya habría derramado un río.

Nora se me acercó y me dio un abrazo. -Ve a la casa y descansa hoy yo me quedaré con ella.

Negué besando la mano de mi mujer. -No la dejaré sola aquí.

Ella se marchó y llamé a mi madre. -Mi Eli... Susurró. -Dime que Amelia despertó por favor.

Asentí como si ella pudiera verme. -Así es mamá. Tuvieron que sedarla cuando se enteró lo del bebé, no sé qué hacer. ¿Cómo está mi hija?

La mujer que me trajo al mundo suspiró y empezó a llorar. -Pobre Amelia, esa mujer pagará muy caro lo que le ha hecho a mi familia. Jenney aún no sale de la crisis. Jackie no la ha dejado sola ni un minuto pero ella no quiere hablar ni comer.

Apreté mi puño y oré para mantenerme fuerte.

Amelia se despertó al siguiente día y no paró de llorar. La abracé pero no me respondió. Comprendía su dolor y la ayudé a vestirse y peiné su cabello. -Estoy feliz porque nos vamos a casa.

COMO EL VINODonde viven las historias. Descúbrelo ahora