4. Bradley era encantador.

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Era el día de la verdad. Mi primer día de clases como una universitaria. Las primeras impresiones eran importantes, así que me levanté muy temprano para ducharme, elegir lo que iba a ponerme, arreglar mi cabello y maquillarme decentemente. Nada se comparaba con la emoción del primer día, estaba segura que el entusiasmo y mis ganas de arreglarme irían decayendo conforme avanzara la semana, pero por lo menos intentaría que nadie olvidara como lucía el primer día.

Normalmente ponía música mientras me arreglaba y este día no sería la excepción, el portero me había dicho que no tenía vecinos en el piso de abajo así que eso me daba la libertad de bailar y brincotear todo lo que quisiera.

Después de apenas diez minutos de baile y felicidad mientras me maquillaba, supe que era demasiado bueno para ser verdad cuando escuche que alguien tocaba la puerta, sabía quién era incluso antes de abrir la puerta.

-         ¿De verdad? – se quejó Caleb entrando al departamento como una flecha en llamas, ignore el hecho de que no traía una camiseta puesta - ¿Canciones de Taylor Swift a las seis de la mañana? Tienes que estar bromeando.

 Se acostó en mi sofá y se cubrió el rostro con las manos por el exceso de luz, me gustaba abrir las cortinas por la mañana para que la luz del sol iluminara todo. Me fije en sus abdominales por un nanosegundo.

-         No voy a quitarla, no es mi culpa que seas un holgazán que odie las mañanas. Además, Taylor Swift es mi placer culposo, me relaja escucharla por las mañanas…

-         Y pensar que alguna vez reconocí que tenías buen gusto musical.

-         ¿Quieres callarte? No me hagas nombrar las canciones de One Direction que tienes en tu iPod ¡Las he visto!

Caleb abrió los ojos completamente y se sentó en el sofá. Lucía indignado.

-         ¡Son para recordar a Laura! – exclamó ofendido.

-         Claro, culpa a tu hermana pequeña de tu vergonzosa adicción a “Story of My Life” – me burlé.

-         ¿De verdad planeas usar un vestido para tu primer día de clases? – preguntó cambiando de tema y mirándome de pies a cabeza – ¿Desde cuando eres tan femenina?

-         Caleb, largo de aquí.

-         Wuoh, alguien amaneció sensible el día de hoy.

-         ¡Largo! – grité arrojándole el objeto más cercano que encontré, que resultó ser un zapato.

-         ¡Bien, bien! Me voy – salió del departamento riendo y cantando el coro de Love Story a la par de Taylor Swift.

Una hora después me miré en el espejo satisfecha con el resultado, decidí dejarme el vestido color salmón que traía puesto, mi cabello se veía incluso más café de lo normal por la luz del sol y mi maquillaje no era muy exagerado. Podía salir tranquila.

Desayuné y después Caleb y yo caminamos hasta la estación del metro. Nuestras universidades quedaban muy lejos una de la otra así que tendríamos que tomar líneas diferentes. Nos paramos en la orilla de las vías, así que cuando el metro llegó el viento provocó que mi vestido se levantara. Inmediatamente escuché la risa de Caleb.

En el departamento de al lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora