11. Tu deprimente otra mitad

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Caleb apareció detrás de ella y me miró confundido. Terminé de levantarme y les sonreí a ambos.

-         Solo vine a dejar tus recibos – dije nerviosamente.

-         Gracias – contestó Caleb lo suficientemente cortante como para hacerme saber que quería que me fuera.

Hubo un silencio incómodo, sabía que Caleb se moría por hacer algún comentario sarcástico sobre mí llevándole los recibos, pero no lo haría mientras su atractiva invitada estuviera presente.

-         Soy Jane – me presenté con ella ante la falta de cortesía de Caleb – Vecina de Caleb y su mayor enemiga.

Caleb abrió los ojos alarmado pero para su alivio, mi comentario hizo reír a la chica.

-         Yo soy Danielle – respondió ella extendiendo su mano para saludarme. El rostro petrificado de Caleb me causó tanta gracia que supe que estaba mortificado de que yo dijera algo inapropiado. No había pensado en ello, pero pensándolo bien no podía dejar pasar la oportunidad de hacer pasar un pequeño momento de vergüenza a Caleb como él lo había hecho muchas veces con Bradley.

-         Y… ¿Qué hacen? – pregunté entrando al departamento sabiendo que Caleb lo odiaría - Escuché música no deprimente saliendo de este departamento, eso es nuevo – le sonreí a Danielle – Por favor dime que le estás mostrando a Caleb lo divertida que puede llegar a ser la música.

-         De hecho Caleb me estaba mostrando su repertorio musical – dijo ella mirándolo coquetamente. Caleb le sonrió de vuelta y en cuando Danielle dejó de observarlo empezó a hacerme caras nada amigables para que me fuera. Se sentía bien darle una cucharada de su propia medicina.

-         Wow… no sabía que Caleb era capaz de escuchar canciones de Grouplove sin tener un derrame cerebral. Quizá guarda su música alegre para personas especiales – le guiñé un ojo a Danielle.

-         Jane… – empezó Caleb pero lo interrumpí.

-         ¿Ya le mostraste tu colección de discos de Radiohead? Dios, eso sí es depresión pura.

-         Me gusta Radiohead – dijo Danielle.

-         Vaya, entonces ya veo porque son… ¿Amigos, novios? – pregunté con gesto inquisitivo. Casi podía sentir el enojo y vergüenza de Caleb.

-         Hmm… solo estamos saliendo – contestó Danielle sonrojándose.

-         Bien, Jane. Gracias por dejar los recibos y por tu… visita – me tomó por los hombros y me empujó hasta la puerta.

-         ¡Gusto en conocerte, Danielle! – exclamé antes de que Caleb me sacara al pasillo y me mirara con fastidio. Le sonreí satisfecha antes de que me cerrara la puerta.

***

A la mañana siguiente mientras Caleb y yo caminábamos hacia la estación, el clima frio de noviembre en Nueva York congelaba mis manos y cara. El invierno estaba por llegar a la ciudad.

-         Gracias por hacerme quedar como un sujeto deprimido anoche – dijo Caleb mirando al frente y esquivando a las personas.

-         Te lo advertí, te dije que me vengaría de ti por las cosas que me hiciste pasar con Bradley.

-         Hablo enserio, Jane. Gracias.

-         ¿Qué quieres decir?

-         Al parecer Danielle se siente atraída por los chicos deprimidos, inteligentes y atractivos – alzó las cejas orgulloso de sí mismo – Sin tu ayuda quizá no hubiera podido besarla…

Una ola de enfado me recorrió por completo.

-         ¿Quieres decir que ya son novios? – pregunté en shock.

-         No. Apenas estamos conociéndonos, no quiero apresurarme…

-         Wow, Cohen – dije realmente sorprendida - ¿Quién lo hubiera dicho? Tu deprimente otra mitad realmente está en nueva York. Felicidades. ¿Ambos se ponen a recordar todos los altibajos de su vida mientras escuchan a The Cure?

-         Debo reconocer que fue un buen intento, Jane – me dio unas palmaditas en el hombro que me hicieron sentir como si tuviera ocho años.

-         ¿Siquiera tienen cosas en común? Ella parece una chica… no te ofendas pero ella es amigable. Todo lo contrario a ti.

-         No me has visto intentando ser amigable – suspiró -  Danielle es diferente… es hermosa, amable, ambos amamos la medicina, en parte fue por eso que empezamos a hablar, después descubrí que ambos amamos el cine francés y la invité a…

-         Dios, detente… ¿Eres realmente Caleb? ¿El mismo sujeto que aborrecía la palabra “romántico” y se burlaba de mí?

-         Me sigo burlando de ti y de tu pretensioso novio con nombre de peluquero gay. En cambio Danielle…

Le di un golpe en el hombro. Ver a Caleb enamorado me desconcertaba, me sentía mal por mi actual situación amorosa y escucharlo hablar sobre como aterrizó en la película de Amelié y estaba realmente interesado en Danielle me hacía sentir peor.

-         Me alegro de que esta vez estás cambiando las cosas un poco y no hayas terminado enamorándote de una rubia, se estaba volviendo predecible.

Me hizo una mueca y yo se la regresé antes de despedirnos y caminar por líneas subterráneas diferentes.

Cuando llegué a mi primera clase, noté que Bradley no estaba sentado en el lugar habitual junto a mi banco. Estaba en el otro extremo, donde se había sentado el primer día de clases. Caminé lentamente a mi lugar sin mirarlo. Debía de estar realmente molesto para sentarse tan lejos de mí.

En el departamento de al lado...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora