Capítulo Dos.

9K 827 100
                                    

Tuvo que hacer un verdadero esfuerzo por no levantarse de la mesa y salir a gritar como una desquiciada por los pasillos de la casa su odio contra la familia Stanton.

La misteriosa salida que William realizó tan solo el día de ayer le fue revelada dejando un profundo sentimiento de rabia ciega. Isabella aún no había tenido su fiesta de debut y el nuevo duque ya estaba iniciando negociaciones de matrimonio por la chica. Tal parece que las acciones del puerto de exportación de alimentos que Albert y su padre compartieron tenían una fecha de renovación que llegó a su fin. Las acciones de Albert vencieron y, por lo tanto, William no tenía ningún derecho sobre Seas & Cos a menos que el nuevo propietario se decidiera por firmar nuevamente.

Su hermano Benjamin, era el dueño totalitario ahora y el ducado tenía que recibir la ayuda económica extra para mantener el negocio de plantaciones principal con el cual suministraban la economía general de todas las propiedades.

Por dentro se sintió realmente contenta de saber que ahora sí los Whitemore y los Stanton estaban completamente rotos de conexiones algunas, pero ahora un nuevo problema se presentaba. William tendría que conseguir una importante sociedad y solo podía hacerlo si entregaba a Isabella a algún noble desesperado por conseguir un heredero próximo.

Gabrielle tembló con desagrado al imaginarse a su linda niña tener que pasar por todas las horribles cosas que Albert le hizo.

Ella tenía que hacer algo, tenía que convencer a William de buscar alguna otra alternativa.

-¡Es inaceptable, es una niña!

-Ya tiene quince años -contestó Caroline con calma.

-¡Aún no! -Se levantó irritada-. Ni siquiera ha sido presentada. Será extraño, la tradición dicta que mínimo a los dieciséis puedes hacer debut.

-Nadie conoce a Isabella completamente, ha estado lejos toda su vida, con la edad podremos mentir -William la miró con dureza y ella levantó la barbilla-, y con ser presentada en sociedad, eso va a solucionarse pronto.

-Al menos denme la paz de saber que no la arrojarán a los brazos de un hombre degenerado y con vicios -El diablo sabía que jamás dejaría ser infeliz a Isabella, quizá si fingía estar de acuerdo con ellos podría ganar algo de tiempo-. Busquen a alguien decente, existen nobles influyentes con buena reputación por ahí.

-Se casará con quien sea más conveniente, querida, es su deber -La mujer la imitó al ponerse de pie y sacudió las arrugas de su vestido-. Tú y yo sabemos eso mejor que nadie, la mujer se compromete con quién brinde más beneficios. Es mejor que aprenda su lugar desde ahora.

Una vez m Caroline abandonó el despacho de su hijo, lo miró con toda la súplica que fue capaz.

-Es una niña...

William se puso de pie y se acercó a ella lentamente, la sorprendió ver como tomaba una de sus manos entre las suyas y la miró con simpatía. Aquello era muy extraño, no había mostrado tanto afecto y familiaridad jamás.
Aquel cambio de acciones y actitudes la dejó completamente desconcertada, él siempre se había mostrado apático con ella. La ignoraba o sencillamente no hacía esfuerzo por mantener una relación cordial. Aunque siempre le dejaba en claro que la mantenía vigilada con sus miradas escalofriantes.

-Te recuerda a ti misma, ¿cierto? -A pesar de quererle prestar atención, sólo consiguió sentir las caricias distraídas de él en su dorso-. Es por eso que la proteges tanto.

-Yo la quiero, fue lo único bueno que obtuve de la unión con su tío, excelencia -concluyó tratándolo de manera formal. Él parecía muy cómodo hablando tan íntimo.

-Gabrielle, ella no es tu hija, te sugiero que comprendas que yo no hago más que mi trabajo.

-¿Hacerla infeliz? -preguntó con ironía.

Razones para amarte W1 [𝐄𝐝𝐢𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora