Desde el principio supo que éste camino la expondría a una encrucijada más grave de lo que había vivido hasta ahora. Aun así la única resolución que tuvo fue comenzar a hablar, dejar de guardar silencio acerca de todo las desgracias que le estaban sucediendo. Sentía que se ahogaba cada minuto del día mientras luchaba incansablemente contra el peligro. Su desesperación se volvía cenizas, cimientos inútilmente construidos para detener algo imparable, necesitaba ayuda, requería el apoyo de gente en la que pudiese confiar y de la cuál tuviera nexos lo suficientemente fuertes.
No sabía la razón, quizá se trataba de que lo vio demasiadas veces en los últimos meses, o tal vez el simple hecho de ver a sus ojos oceánicos le proveía una paz y calma que no sentía en años. La respuesta al misterio que David Holland representaba para ella aún era incierto, no se sentía incomoda por toda la intimidad que habían compartido, a pesar de haber sido situaciones realmente inapropiadas, no sentía ni una pizca de arrepentimiento o vergüenza por haberlo besado o por haberse dejado abrazar a modo de consuelo.
De alguna manera confiaba de él, y la extensión de que él también pareciera confiar en ella la incitaba a poner en sus manos una gran responsabilidad que no le pertenecía, no se sentía correcto arrastrarlo en algo tan oscuro, pero no podía ir a la policía sin que todo se supiera al día siguiente.
—¿Ayudarte, está todo bien con tu familia? —La genuina preocupación en su voz casi le roba una sonrisa.
Con la mano temblorosa sacó de su ridículo la maldita nota que estuvo atormentándola toda la tarde. Ni siquiera necesitaba leerla para recordar lo que decía, las palabras seguían grabadas a muerte en su cabeza, sin duda alguna este día fue el más desastroso que pudo haber experimentado.
Él estaba tan cerca, podía oler su colonia, un movimiento y lo alcanzaría sin problema. Pero de alguna forma eso le agradaba, como anteriormente había dicho su cercanía la reconfortaba, David le brindaba tanta seguridad tan solo con una mirada. Así que sin pensarlo más colocó la nota en su mano.
Un poco confundido empezó a abrirla y Gabrielle esperó pacientemente a que le respondiera, pudo ver a la perfección la serie de emociones que atravesaron su rostro al leer; confusión, asombro, y enojo.—¿Qué es esto? —Su voz contenida en un murmullo la hicieron sentir inquieta.
—Es un chantaje, me llegó está mañana después de que... —Un segundo más y desbocaba el maltrato de William, justo ahora no tenía tiempo para acusaciones, necesitaba ese dinero—, después del desayuno.
Él se quedó en silencio un rato más, el ambiente íntimo y cercano de hace unos segundos se esfumó trayendo consigo la hostil seriedad del asunto.
—Mil libras al Marine John, a la media noche y sola —Repitió entre líneas aun observando la nota.
—Tengo que ir, puede ser mi oportunidad para liberar a Isabella —Él era mucho más alto, pero de alguna manera logró tomar su rostro entre sus manos—. Necesito el dinero, David, te prometo que voy a devolverte todo, si tú lo deseas puedes agregar intereses, pero necesito ir a ese lugar porque...
—¡Gabrielle, basta! Cálmate, por favor. Olvida el maldito dinero.
Se detuvo al instante, se dio cuenta de que había comenzado a hablar y hablar soltando palabras solo para llenar el silencio que la ponía de los nervios. Era verdad que necesitaba calmarse, ésta no era una referencia que pasara diariamente en la vida de cualquier persona, tenía que actuar con claridad y para saber cómo llevar el dinero hasta ese dichoso bar de costa.
David la tomó del antebrazo y la llevó hasta una de las sillas frente a su escritorio. Fue entonces que se percató del fuerte temblor en sus manos, en sus piernas, en todo su cuerpo. Sentía la piel fría y la vista comenzaba a fallarle.
¿Estaría pasando de nuevo? Quizá estaba sufriendo una horrible crisis de ansiedad como la de hace semanas.
Él la obligó a tomar asiento y desapareció unos segundos antes de volver con un vaso de alcohol.
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Razones para amarte W1 [𝐄𝐝𝐢𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨]
Ficción históricaWHITEMORE 1 Gabrielle Stanton, duquesa viuda de Worcester había pasado su juventud casada con un monstruo. Llena de traumas e inseguridades, teme volver a acercarse a cualquier hombre por miedo a su crueldad. Ella no cree poder ser feliz nuevamente...