Capítulo Veintiocho.

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Días de espera que figuraban insoportables.

Ya le era imposible fingir que refugiarse en el trabajo lo distraería de todo los problemas que tenía encima. No sentía ni el más mínimo impulso de leer reportes o hacer las malditas cuentas del hotel cuando tenía la desesperación tan latente en sus venas, lo que realmente necesitaba era salir y exigirle a Dika que se apresurara con su búsqueda. Desde el día en que dejó a su cargo la tarea del paradero de su hermano y su madre, sentía una inquietud creciente, como si algo estuviera aproximándose y él no tuviera oportunidad alguna de detenerlo.

Además, estaba el hecho irrevocable de que sus días se estaban convirtiendo en cenizas sobre sus manos. Por mucho que fuera impecable en su trabajo, la monotonía era una enemiga peligrosa. En ocasiones tenía que observar a su hija y pensar que todo era por ella, sus días, sus tardes y sus noches en solitario obsequiando su tiempo a trabajo que podrían hacer otros, solo para llenar el espacio de ocio cuando no estaba con Phoebe o cuando no salía a montar.

Cerró los ojos imaginándose una y otra vez una de sus más recurrentes fantasías, tener a Gabrielle rodeándolo a él y a su vida constantemente. David era absolutamente consciente de que ya no era un chiquillo al que sus emociones pudieran confundirlo. Tenía treinta y dos años, se supone que podría manejar correctamente sus emociones sin desvelar su corazón nuevamente, pero le fue imposible no encariñarse con Gabrielle de una forma prácticamente perpetua.

Una parte de su corazón sentía que traicionaba la memoria de Theresa al sentirse tan atraído y sobreprotector con ella, pero también sabía que su esposa deseaba que él fuera feliz nuevamente. Ella se lo dijo, lo hizo prometerlo.

Él problema era él.

Tenía un miedo irascible a volver a amar una mujer y perderla después de haber probado el dulce alivio que sus brazos pueden ofrecer. No podría volver a soportar perderse de esa forma, y sin duda alguna Phoebe no merecía que su padre se abandonará de nuevo.

Gabrielle era completamente opuesta a Theresa en cualquier sentido práctico. Gabrielle a pesar de haber demostrado en incontables ocasiones su gran corazón, seguía tendiendo una actitud retraída y temerosa; como si en el fondo aún necesitará sentirse arraigada a su pasado doloroso para no olvidar algo. En eso podía comprenderla, él jamás olvidaría el día en que abandonó a los Red Conquers para buscarse una vida decente. Ese día se perdieron vidas que marcaron no solo la suya, si no la de muchos que seguramente siguen odiándolo a pesar de no haber sido el culpable directamente. Tenía el presentimiento de que ella podía entenderlo como nadie antes pudo hacerlo, pues, aunque nunca tuvo dudas del amor de Theresa, siempre intentaba ser cuidadoso de no mostrar demasiado de su antigua vida para no martirizarla.

No sabía a la perfección en qué momento las cosas parecieron tornarse más complicadas, solo sabía que cada vez que estaba separados, solo podía pensar en volver para tomarla entre sus brazos y besarla hasta que dejara ese aire tan correcto que la caracterizaba.
Oh como deseaba él corromperla por completo.

Era como un maldito interruptor que se activaba con facilidad. Cuando veía lo frágil y suave de su personalidad. Lo delicadamente hermosa y la cantidad de brillos que escapaban de su mirada cuando le sonreía a él, solo a él. Gabrielle no era una mujer a la que podría poseer una vez y olvidar que estuvo a su lado. Sabía por los besos que habían compartido que una vez habiéndola hecho suya él no podría detenerse hasta que lo fuera por completo.
Ella ya tenía problemas propios con los cuales lidiar, no quería ser una carga innecesaria.

Desearía tener la suficiente fuerza de voluntad para mantenerse alejado y mantener su relación lo suficientemente formal por el bien del hermanastro de ambos. Sólo esperaba que cuando la viera de nuevo, pudiera contenerse. Con buena suerte ella sería quién intentara detener su carácter.
Si, seguramente ella sabría detenerlo.

Razones para amarte W1 [𝐄𝐝𝐢𝐭𝐚𝐧𝐝𝐨]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora