Cenicienta [MikaYuu] |Terminada|

★ Relajación

Temprano, el lunes en la mañana, Lacus pasó a buscar a Mika a su casa como cualquier día, sin embargo, esta vez era diferente, pues tenían que recopilar la información necesaria para que el rubio conociera la identidad de ese delicioso chico de preciosas piernas; era muchísimo más fácil buscar ahora.

Lo complicado venía en tener que ingresar al sistema y todo lo que había que hacer para filtrar, y no deseaba pedirle ayuda a su padre, y el padre del pelipúrpura estaba de viaje, cosa que no ayudaba mucho; así que estuvieron charlando sobre formas para conseguir su objetivo hasta que llegó el almuerzo.

Para sorpresa del rubio, Rene y su mejor amiga, Horn, se sentaron en la misma mesa, al principio le resultó extraño y luego se acordó de la babosada que había hecho su mejor amigo al aceptar salir con el ojeroso y todo tuvo sentido; fue un poco raro, la rubia era muy genial, y le hizo platica mientras el par de tontos charlaban en voz baja.

—Se veían muy serios cuando llegamos, ¿de qué hablaban? —inquirió la ojirubí tranquilamente.

—Mikaela quiere buscar a un chico en la base de datos de estudiantes de la universidad —contestó Lacus como si le hubiesen preguntado a él; el rubio lo miró molesto.

—¿A quién? —participó Rene mirando al par de amigos de manera intercalada—. Ah, ¿al de la discoteca?

—Acertaste —rió el ojirubí más bajo.

—Pero nunca has visto su cara sin un antifaz, ¿o sí? —continuó el ojeroso—. ¿O le has preguntado si te deja verlo sin eso?

—Sí, pero dice que no —respondió el ojizafiro.

—¿Sabes? No soy una experta ni nada, pero si no te deja ver su rostro es porque no quiere ser encontrado, ¿no te has puesto a pensar en ello? —opinó la única mujer del grupo—. Creo que, si de verdad te gusta, puedes darle tiempo y permitir que él solo te muestre su rostro —dijo—. Eso si quieres, es tu vida y tu decisión —añadió.

Mika se quedó pensativo, estaba tan emocionado pensando en lo genial que sería saber la identidad de Yuu que ni siquiera consideró lo que Horn dijo, y ella tenía razón; suspiró cansado, tendría que dejar las cosas fluir y relajarse un poco, después de todo, la entrega de su tesis y su graduación estaban cerca, así que tendría otras cosas en qué enfocarse.