Cenicienta [MikaYuu] |Terminada|

★ Suegros

—Papá, deja a Mika en paz —musitó Yuu rodando los ojos—. No le prestes mucha atención, solo está celoso —dijo dirigiéndose al rubio mientras tomaba su mano debajo de la mesa—. No te hará nada, tranquilo.

—¿Que no le haré nada? Pruébame, mocoso —rugió Guren aún iracundo.

—¿Debería probarte? —repitió Shinya aparentemente tranquilo, a la vez que ponía sus codos en la mesa y apoyaba su rostro en sus palmas—. Dime, Guren —insistió con una sonrisa algo cínica.

Chasqueando la lengua, el azabache más alto jaló uno de los platos y se sirvió a sí mismo, empezando a comer en silencio; el menor de los Ichinose se carcajeó, dejando aún más confundido al rubio.

—Yuu me ha hablado sobre ti, Mikaela-kun —empezó el albino tranquilamente, a la vez que servía comida a su hijo y a su yerno—. Aunque no me dijo cómo se conocieron.

—Bueno... —murmuró nervioso, no estaba seguro de decir que fue en la discoteca; muchísimo menos cuando el ojiamatista dejó de comer para verle fieramente.

—Fue en el trabajo —respondió el ojiesmeralda tranquilamente, mientras servía refresco en los vasos de todos.

—Ah, sí —continuó un poco más tranquilo, al ser algo así como "autorizado" a decir aquello—. Mi mejor amigo me arrastró y terminé conociendo a Yuu-chan ahí.

—Chan dice... —refunfuñó Guren llevando un poco de pasta a su boca.

—Ya veo —sonrió Shinya dándole un codazo a su esposo.

—Mocoso, ¿tus padres saben de esta porquería? —inquirió ignorando el golpe.

—Guren quiere decir que si tus padres saben que salen juntos —gruñó frunciendo el ceño, y dándole un pellizco a su antebrazo, sacándole un quejido.

—Papá, no ne... —iba a decir Yuu.

—Sí, lo saben —aseguró el ojizafiro menor, apretando un poco la mano de su novio—. De hecho, me gustaría llevar a Yuu-chan a conocer a mi madre pronto.