★ Expresiones

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E-Está todo bien —jadeó un alterado Mika que tuvo que carraspear para recuperar el tono normal de su voz—. No te preocupes.

—¿Estás seguro? Digo, no quiero ser insistente, pero puedes contarme lo que quieras —ofreció el ojiesmeralda.

Sin controlarlo, un par de lágrimas se deslizaron por las mejillas del rubio, y su respiración se empezó a hacer irregular, alarmando al más bajo, quien solo escuchaba esto acompañado de silencio de parte de su novio; definitivamente debió llamar antes, se decía a sí mismo.

—¿Qué pasó, Mika? —indagó preocupado—. Por favor dime, no te quedes callado.

—L-Le dije a mi padre... q-que tú y yo salíamos... —confesó con la voz rota; se sintió sumamente patético de mostrarle ese aspecto suyo al azabache—. Me sacó de mi casa y ahora estoy con Lacus —pudo decir controlando un poco su tono.

—Mika, no me digas que fue mi culpa, lo lamento mucho, yo no quería que te sintieras presionado y...

—No —le interrumpió antes de que siguiera haciéndose ideas—. No fue tu culpa, no pienses eso —le pidió—. Es solo que cuando llegué a mi casa, mi padre tenía todo preparado para presentarme a otras personas para casarme y me molestó mucho —suspiró secándose las lágrimas con su mano y sintiéndose más calmado—. No me pude controlar y estallé, si hasta le dije que tenía un piercing, dios —rió llevandose una mano a la frente.

—Mika, no puedo saber qué tan mal te sientes, pero siempre que necesites hablar estaré para ti —susurró un muy preocupado Yuu sin saber exactamente qué decir o qué actitud tomar—. También podrías quedarte en mi casa si lo necesitas, el punto es que quiero apoyarte.

—Eres un ángel, Yuu-chan —rió sintiéndose un poquito feliz desde que había salido de su hogar—. Estaré bien, mañana arreglaré todo y veremos qué sucede, no tienes que...

—Mika —le cortó antes de que siguiera hablando.

—Dime —expresó con una ligera sonrisa mientras salía de la tina ya sintiéndose un tanto mejor.

—T-Te amo... —murmuró avergonzado, tenía la cara roja a más no poder y sentía su corazón bombeando como loco; no sabía porqué, pero le había parecido que su novio necesitaba escuchar aquello.

Mika se sorprendió, y un ligero rubor se extendió en sus mejillas al tiempo que una sonrisa sincera y un poco más amplia ocupaba su boca; tardó un par de segundos en darse cuenta de lo feliz que le hacía que su adorado ojiesmeralda le dijera eso y lo rápido que iban sus latidos.

—Yo también te amo, Yuu-chan —contestó tras algunos segundos—. Gracias por animarme un poco, solo necesitaba oírte para sentirme mejor.

—No digas eso, si no hice nada —se avergonzó el aludido en su hogar, poniendo una mano en su rostro sonrojado; la risa del de tez pálida llegó a su oído—. D-Deja de burlarte de mí y trata de descansar, ¿quieres?

Sonriendo, ambos se despidieron y finalmente colgaron la llamada; Mika se secó aún sonriendo y con algo más de energía un buen ánimo se puso la pijama que su amigo le había dejado sobre el inodoro cuando se retiró para darle privacidad.

Al salir del baño, se fijó en que su mejor amigo estaba sentado en la cama y a su lado, había una charola sobre la que había un plato lleno de palomitas de maíz y dos vasos grandes con algo parecido a batidos de chocolate; pudo notar también que tenía el control del televisor en la mano y pasaba canales con tranquilidad, apenas si se percató de su presencia.

—Hey, luces mejor —saludó el ojirubí—. Te dije que sería buena idea hablar con él.

Al día siguiente debían ir a la universidad, esta vez para asegurarse de que les hubieran aprobado la tesis y finalizar detalles sobre la graduación; Lacus tuvo que prestarle ropa a su amigo para poder irse, ya luego pasarían por el hogar Geagles ...

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Al día siguiente debían ir a la universidad, esta vez para asegurarse de que les hubieran aprobado la tesis y finalizar detalles sobre la graduación; Lacus tuvo que prestarle ropa a su amigo para poder irse, ya luego pasarían por el hogar Geagles para conseguir de su ropa y ver si la situación se había calmado.

Las clases fueron aburridas para el rubio —pues el pelipúrpura se topó con su novio y hacía un mal tercio— hasta que encontró a Yuu, Kimizuki y Yoichi, que caminaban juntos por el pasillo tras finalizar una clase; cuando sus miradas se conectaron, todo en su interior se calentó y automáticamente le apareció una sonrisa en el rostro.

Con pasos largos se acercó a él, quien también le sonreía feliz de verle; se sentía como si hubiese sido un reencuentro luego de años de sufrimiento estando separados —aunque solo habían sido unas cuantas horas—.

Mika estrechó al moreno entre sus brazos con fuerza, tratando de fundirlo a su cuerpo, sintiéndose lleno con tan solo eso y pensando que si tenía que enfrentarse a su padre de nuevo por él, lo haría gustoso para poder estar con aquel que le hacía sentir pleno.

—¿Cómo estás, Mika? —preguntó el más bajo cuando se separaron unos centímetros y mientras veía los ojos ajenos.

—Mejor —"gracias a ti", completó en su mente; pero no lo diría, sonaría muy cursi y estaban rodeados de mucha gente.

En ese momento se fijó, por fin, en los demás; había rostros sorprendidos, asqueados, decepcionados, molestos, con todo tipo de expresiones, que les miraban fijamente criticándolo en silencio de una forma que no le gustó y se reflejó en su propia cara.

Yuu se dio cuenta también de que era el centro de atención y entendió lo que su papá le había dicho sobre soportar las dificultades; suspiró con paciencia, a él no le importaba demasiado lo que los demás pensaran, pero era diferente ahora.

Yuu se dio cuenta también de que era el centro de atención y entendió lo que su papá le había dicho sobre soportar las dificultades; suspiró con paciencia, a él no le importaba demasiado lo que los demás pensaran, pero era diferente ahora

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Los nenes charlaron por teléfono :'3

Les pido disculpas por la tardanza, es que con la cuarentena no sé ni qué día es hoy y bueno, eso n.n

Espero les haya gustado

Bye!

Cenicienta [MikaYuu] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora