★ Fiesta

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—¡Ya quisiera ser yo un auto para recorrer esas preciosas curvas! —exclamó Goshi, un compañero de trabajo de Yuu, a modo de burla cuando este salió del cuarto de descanso ya bien arreglado y con su uniforme puesto.

—Muérete —gruñó el moreno yendo hasta la barra, donde estaba su mejor amigo, el cual le miraba burlón—. Dices una palabra y te asesino, Shiho.

—No pensaba decir nada —murmuró el pelirrosa—. Pero te queda bien el traje, supongo.

—Mejor dame un trago —renegó.

—¿Un trago? —la voz cantarina de Ferid, el dueño del lugar, llegó a los oídos del azabache, el cual se giró rápidamente a verle—. Ni siquiera hemos abierto y tú ya estás pensando en beber —el moreno se rascó la mejilla apenado—. Ayuda a Narumi y a Goshi con las mesas.

Obedeciendo, y observando a sus compañeros de trabajo burlarse de su persona, Yuu hizo lo pedido por su jefe y pronto el local estuvo listo; el dj estaba en su lugar, los meseros estaban predispuestos para empezar y los guardias estaban en sus puestos también, pronto, la discoteca fue abierta y la fiesta dio inicio.

[...]

El resto del viaje hasta la discoteca fue en un silencio algo tenso, pero que se evaporó fácilmente cuando llegaron al lugar, pues el semblante de Lacus volvió a ser el mismo en cuanto aparcaron el auto, se pusieron sus antifaces y entraron en el local; Mika se sorprendió un poco, pues el lugar estaba muy bien y tenía un ambiente bastante llamativo.

El rubio no pudo evitar mirar a los meseros que se paseaban por ahí con un uniforme que dejaba ver mucha piel, pero que los hacía lucir sexys; pero lo más interesante es que habían todo tipo de empleados, desde mujeres usando el pantalón de tela brillante que llevaba el uniforme de los hombres junto con el pequeño corbatín, adicionándole un top negro para que cubrieran sus pechos; hasta tiernos chicos utilizando el body que llevaba el uniforme de las mujeres junto a esas provocativas mallas.

Y claro que todos los empleados llevaban antifaces de color negro con bordes dorados.

—Te dije que te gustaría —canturreó el pelipúrpura en un ligero grito, pues el ruido de la música era fuerte; el rubio lo miró—. Solo trata de no lanzarte sobre uno de ellos.

—No soy como tú —rodó los ojos.

—Mikaela, Mikaela, actúa natural, ahí viene Rene —chilló repentinamente viéndose desinteresado, pero en un tono de voz emocionado, lo que hizo que el ojizafiro sonriera un poco enternecido de la reacción de su amigo.

—Hey, ¿qué tal, Mikaela? —saludó el ojeroso; el aludido asintió—. Hola, Lacus —murmuró sonriendo de lado y mirando al pelipúrpura.

—Hola —contestó el ojirubí más bajo con una sonrisa.

—Vengan, aún no empezamos a beber, los estábamos esperando —expresó el azabache empezando a caminar en dirección a una mesa—. No sabíamos si preferirían un chico o una chica para que les sirvieran.

—Chico sexy —informó de inmediato el ojirubí más bajo sin vergüenza alguna—. Y un chico tierno para Mikaela —añadió; el aludido le dio un golpe en el brazo.

—¿Te gustan los hombres, Mikaela? —inquirió el azabache.

—Soy bisexual —expresó secamente el rubio.

—No lo sabía —mencionó el ojeroso—. Pero con que no te acerques a Yoichi estoy bien —espetó divertido y un gesto de enojo surcó el rostro del pelipúrpura; entonces la mesa que estaban ocupando los amigos de Rene se hizo visible—. Hey, chicos, aquí están los que faltaban.

El grupo de amigos saludó tranquilamente y Rene se sentó junto al castaño que había mencionado antes, acomodándolo sobre sus piernas; entonces Mika entendió porqué la expresión de Lacus se había puesto seria antes y se sintió mal por el masoquismo de su amigo, pero decidió no decir nada.

[...]

—Dios, cada vez hay más gente —se quejó Narumi poniendo una charola sobre la barra de bebidas mientras Kimizuki acomodaba los tragos en esta—. Yuu, ayudame a llevar estos —pidió al ver que el azabache regresaba de servir en una mesa—. A la siete.

—Me debes una —suspiró el ojiesmeralda.

Yuu tomó la charola y caminó tranquilamente hasta la mesa mencionada por su compañero, encontrando un montón de chicos que no reconoció muy bien por sus antifaces, pero que le miraron extrañados.

—¿Dónde está el chico sexy? —inquirió Lacus al verle dejar las bebidas en la mesa.

—Me pidió algo de ayuda; es que ustedes son geniales y le dio un poco de vergüenza verlos tanto —sonrió el moreno en una descarada mentira para cobrarle el favor a su amigo.

—¿Cuál es tu nombre? —inquirió Mika rápidamente al mirarle.

El azabache dirigió su mirada al rubio que le hablaba, no logró ver su rostro por obvias razones, pero sus ojos le encantaron; el pelipúrpura miró interesado a su amigo, porque él nunca preguntaba algo con tal indelicadeza.

—Sin nombres —murmuró el moreno con una sonrisa y le guiñó al de tez pálida, que lo quedó viendo hipnotizado; luego se retiró del lugar.

—Mikaela se interesó en un mesero —se burló uno de los chicos de la mesa—. Aunque no te culpo, tiene un buen trasero.

El Geagles hizo un gesto de asco hacia el sujeto que había dicho aquello y solo se dedicó a beber una copa más mientras miraba atentamente trabajar al chico que les había servido; el cómo movía sus caderas al caminar, cómo ese body resaltaba sus redondos glúteos, cómo esas mallas hacían lucir apetecibles sus piernas y cómo le sonreía coquetamente cada que lo descubría mirándole.

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Espero les haya gustado

Bye!

Cenicienta [MikaYuu] |Terminada|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora