<~11 Diciembre~>

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Masaki x Shindou

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¿Qué si tener un amigo con dinero era suerte?

Si, lo era. Masaki no era interesado, pero ¿por qué no aprovechar cuando se tiene la oportunidad?

Por el club de soccer conoció a Takuto, aquel de padres con dinero, talento para el piano y un buen compañero en el campo. Con una gran mente de estratega, la cual competía con la de Yuuma, claro, el ex capitán era insuperable.

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Kirino había faltado por el terrible catarro que había tomado por la lluvia de la semana pasada, en la cual se fue corriendo a casa. Todos esperaban su regreso para reñirlo.

—¿Quieres venir a mi casa? –pregunto el mayor a Kariya.

Como si tuviesen un radar, Matatagi, Tsurugi y Hakuryuu se giraron, sin saber en realidad la conversación del par, pero si detectando un “peligro”.

Por su puesto que acepto, y terminando el entrenamiento, llamar a sus padres, los dos fueron recogidos por el chófer de la familia Shindou y llevados a la mansión.

Ya no le sorprendía aquella gran casa, y es que el ir con Kirino a visitar al chico, bueno, se acostumbra.

Un cuarto el triple de grande que cu cuarto con Hakuryuu, con variedad de juegos que, terminaba regalando a Kariya, estantes con libros y más adornaban la habitación.

Se recostaron en la cama mirando al techo, estaban cansados y sucios, pero, era mayor su cansancio. Ya la ama de llaves les riño al llegar, ordenando que se ducharan inmediatamente.

—Por estos días comienzo a envidiar a Ranmaru –comentó Masaki. Shindou le miro esperando la continuación —estos días de fuerte entrenamiento él está descansando.

—No es un descanso estar enfermo –rió Shindou. Se alzó de la cama y extendió la mano al otro, vamos a ducharnos, que si tardamos más nos ira peor.

La señora ama de llaves era una buena mujer, hasta que la desobedecias. Tomando un cambio de ropa limpia, y es que Shindou le presto un cambio, se metieron al cuarto del baño, dejando en el canasto la ropa sucia y comenzar a limpiarse primero entre platicas variadas.

—Masaki –llamó el mayor al otro a quien le limpiaba la espalda, después de que este le limpiará la suya —tú... ¿Estas saliendo con Hayato o con Tsurugi?

Como si le hubiese dado una descarga eléctrica, Goenji le miro con interrogación y sorpresa como nervios en el rostro.

—¿A que viene eso?

—Es notable a simple vista, solo que, en verdad no se con quien estas realmente.

Aquello dejo pasmado al menor.

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Terminando la cena en silencio, escuchandose sólo la charla entre los padres de Shindou, quienes les agradaba la amistad de este con Takuto.

Recostados ambos, Shindou debía decir algo que regresará a Masaki —disculpa si mi pregunta fue inapropiada, no debí hacerla.

Masaki quien le daba la espalda con las colchas hasta las orejas, suaviso su agarre a estas —no lo se...

—¿Eh?

—No se en verdad... Yo... Tsurugi me pidio ser su novio, lo soy, pero...

—¿Sientes algo por Hayato? –asintió. Shindou suspiro —solo, no salgas lastimado.

—No deberías de decir: no los lastimes.

Negó —Tsurugi a tenido otras relaciones, y tiene prohibido hacerte daño, así como Hayato, solo que este último...

—¿Qué tiene Hayato?

—No soy el indicado para decirlo.

—Tu empezaste, habla.

Tomo aire —todos hablan de que... Bueno... Le gusta una chica...

Hasta ahí quedó.

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Llegaron sin problema ni retraso al instituto, Kirino se encontró con ellos con un cubre bocas y bufanda, pero, estaba mejor que la última vez que lo vieron, aunque aún no podría practicar.

—¿Todo bien?

Masaki le saludo y fue directo al edificio rumbo a su salón, no se quedó a burlarse o esperar al toque de la campana.

—Seguro tiene algo importan en la cabeza.

Ambos continuaron su andar con tranquilidad, charlando sobre las clases que Kirino no se presentó.

31 días con Masaki. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora