<~19 Diciembre~>

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Todos tenemos algo que nos apasiona, a Tenma, Endou y más les pasionaba el fútbol, otros el arte, bueno, infinidad.

Pero realmente lo que apasionaba a Masaki no era el fútbol, le gustaba en verdad, pero había algo más fuerte que ello: la música.

Antes de que lo dejasen en Sun Garden, Masaki practicaba guitarra, piano y violin, tenía talento en ello, uno que ninguna persona, nadie de los que ahora conocía sabía.

Las clases del día anterior las había pasado con el profesor de música en su salón, uno al cual agradecía Shindou no iba, ni nadie de su clase o club.

Tocaba la guitarra eléctrica a volumen considerable, dejando que los dedos hicieran su magia y el profesor fuera el público quien le diera la buena opinión o un consejo.

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Salió de clases, impidiendo que alguien le impidiera la salida o lo parara a hablar, de nuevo no iría al club, igual había suficientes. Si lo sacaban del equipo, no había problema. No para él al menos.

Pero a mitad del camino rehuyendo de todos entre la multitud de la gente, una mano lo tomo y jalo a un salón vacío, “que suerte” pensaron ambos, uno negativo.

Lo puso contra la pared —¿Qué te pasa? –preocupado y enojado, Tsurugi le miraba esperando respuesta, viendo como el otro le rehuia la mirada.

—Dejame, te lo advierto...

—Dame una explicación, al menos...

—¡Soy un idiota no lo entiendes! ¡Dejame!

El bullicio de afuera se escuchaba, Masaki con la mirada oculta viendo el suelo, Tsurugi empuño golpeando un banco con uno de ellos. Respiro hondo.

—¿Quién?

Responderle o no, Kyousuke encontraría al culpable.

—En mi culpa...

—No lo dirás, esta bien –salió con prisa, algo no muy bueno para Masaki quien le siguió intentando tomarle del brazo, pero no le alcanzó por el alumnado.

—Demonios...

31 días con Masaki. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora