<~26 Diciembre~>

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~¿Qué hubieses pasado
en CS si...? ~

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—Tenma, Shindou, Tsurugi, Fei, Nishizono, Nishiki, Kariya, Hamano, Kegeyama, Hayami y también Nanobana. Eso es todo.

Finalizó la lista de los elegidos Daisuke.

Kirino estaba en shock ¿no ser elegido?

Las palabras de Kariya en verdad eran ciertas, estaba celoso de su amigo, frustrado por no poder alcanzarle, por sólo poder estar tras de él y, al creer que estaría a su lado, este se adelantaba con impulso volviéndolo a dejar atrás.

Una hora para el salto en el tiempo, algunos se apresuraban, los que se quedaría debían de mantener todo en orden para su llegada, mantenerse para que nada fuera de lo normal sucede.

—Espera –todos dirigieron las miradas al chico que se lanzó frente a la gema que era Daisuke —¡llévame contigo!

Aquello tan repentino impresionó a todos, y más viniendo por parte del chico de colectas rosadas, el siempre calmado, tranquilo, el positivo, estaba ahora alterado.

Pero, esto impresionó más a su amigo de infancia Shindou —Kirino...

—¡Yo también quiero ir!

—Pero esta es mi decisión final...

—Perdón... –otra voz que atrajo las miradas, aquella bien conocida —mi estómago me ha estado doliendo desde esta mañana. Me ayudaría mucho si Kirino toma mi lugar esta vez...

—Kariya...

Unos minutos de silencio y fingido dolor por parte de Masaki. El chico solo quería atención, pero, esta vez, nació en el querer ayudar aquel chico que a leguas veía querer ser más fuerte, y de otra manera no podría.

—Tienes una hora, puede aliviarte. Aoi, dale médicamente.

La chica asintió dirigiéndose a Masaki quien, sacaba más y más excusas para no ir, Daisuke no desistia en su decisión final y no la cambiaría.

Tenma, Shindou e incluso Fei trataron de calmar y hablar con Ranmaru, al final este optó por irse cerrando de golpe la puerta. Aoi comprendió lo que Masaki quería hacer por Ranmaru y solo era una hora para irse.

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Hizo lo que pudo «lo siento...»

Llegando a la época de Juana, todo era demasiado diferente, tanto por la época en la que se encontraban, como por el lugar.

La guerra estaba viva y presente en esos momentos, debían ser precavidos y avanzar lo más rápido posible, el tiempo no se detenía para nadie, hablando del verdadero y no aquel que afectaba a los demás, aquel que el Dorado usaba.

Las tropas de Francia dieron con ellos, y entre estas, Juana apareció, una chica sencilla, nada parecida a lo que ellos pensaban. Y no era de esperarse que aquellos hombres de guerra se alterasen más cuando Kinako se lanzó a saludar muy campal a la joven que cambiaría la historia, una mujer que desempeño un gran papel aún ante su trágico final.

31 días con Masaki. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora