Capítulo 9:

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Sunhee rió apenas audible por última vez en todo el día. Ya había reído tanto, que creía que mañana su abdomen dolería como si hubiese hecho ejercicio.
Pasó el resto del día con Jimin. Pasaron un agradable tiempo juntos mientras iban a la heladería y entraban a diferentes tiendas de libros, ropa, y uno que otro puesto de comida. Jimin se mantuvo al tanto de ella todo el tiempo. De que estuviera bien, de que no volviera a recordar los malos tiempos. Claramente, notaba cuando la chica se acordaba de Jungkook, pero Jimin sólo se encargaba de hacerla reír o de entretenrla de alguna u otra forma. No quería verla triste, también le dolía a él verla así; por lo que haría lo que fuese por verla sonreír aunque sea un poco con su esfuerzo.

Dicho y hecho, Jimin la hacía reír casi todo el tiempo, ya sea haciendo comentario fuera de lugar o contando anécdotas graciosas que sabía que la harían sacar una sonrisa. Pero, al final del día, al llegar la noche, se postraron sobre una manta en lo inclinado de una pequeña colina. Miraron la película que se reproducía para todos en el parque. Muchas personas iban con comida y mantas para verla, como un picnic. Ellos sólo compraron una y con eso les bastó para admirar el filme. A mitad de éste, Jimin caía ya dormido sobre sus brazos, pero Sunhee tocó leve su hombro y él abrió los ojos. Le dijo que era mejor que se fueran, que si podría lo cargaría y pediría un taxi, pero no puede y no quiere despertarlo cuando ya éste completamente dormido. Jimin le cuestionó sobre la película, pero ella dijo que no importaba y que era mejor irse, pues, al igual que él, ella ya estaba cansada.

Ahora se encontraban fuera del edificio donde el rubio vivía. Sunhee no lo dejó que la llevara a su casa, él ya estaba muy cansado y además ella quería ir al baño, la casa de Jimin quedaba más cerca, así que decidieron ir. Pediría un taxi o a sus padres que la recogieran, pero conociendo a Jimin, sabía que a él le agradaría más la segunda opción.
Bajaron del taxi y caminaron dentro del lugar. Para su suerte, sus prendas ya no estaban mojadas, pues también compraron suéteres, él un pantalón económico y ella un vestido para mejor comidad. Así evitaban un resfriado. Una vez dentro, tomaron el ascensor hasta el piso correspondiente y fueron en dirección a la puerta. Entraron dejando sus bolsas con sus prendas anteriores en la entrada.

—¿Puedo ir a tu baño?— preguntó Sunhee.

—No tienes que preguntar, sólo ve.— Jimin sonrió cansado. Su agotamiento lo consumía y le pedía ir a la cama ya.

Ella sonrió soltando un bufido y se fue al baño. Por otra parte, Jimin se quitó la chaqueta, la dejó en el parchero y fue a su habitación. Prometió sólo recostarse en su cama unos segundos hasta que Sunhee saliera. Grave error. Esos segundos se volvieron eternos para él, cayendo dormido de inmediato.

Sunhee salió del baño, buscando a Jimin con la mirada porque la puerta de la habitación estaba abierta y podía ver hacia la sala; cuando se percató de que él estaba acostado en la cama, sonrió. Caminó sin hacer mucho ruido hasta él y lo tapó con una manta que se encontraba cerca, también retiró su cabello rubio despeinado de sus ojos. Estaba a punto de retirarse de ahí, pero sintió como el chico la agarraba débilmente de la muñeca. Giró para verlo y asegurarse que estuviera bien. Él la miraba con los ojos entrecerrados, casi cerrados por completo. Se notaba que sus párpados le pesaban demasiado y no tardaría en cerrarlos.

—¿Podrías quedarte?— soltó muy suavemente Jimin, apenas pudo escuchar con claridad lo que dijo, parecía un susurro.

—¿Yo? ¿Por qué?, ¿te sientes bien?— musitó bajo Sunhee.

—No quiero...—pausó debido al cansancio— quedarme solo ésta noche...Por favor, sólo hoy...— luchaba por mantener sus ojos abiertos. Sus párpados se cerraban constantemente.

Jimin había estaba practicando mucho ésta semana para la competencia de baile. Saliendo del instituto, él debía ir a practicar con el grupo, incluyendo que algunas veces se quedaba él solo para mejorar sus pasos; luego iba al trabajo y cuando caía la noche y salía, hacía su tarea. Especialmente esa semana había hecho todo más rápido debido al tiempo, esperaba con ansias el fin de semana para descansar como debía. Gracias a lo que fuese, ese día era sábado y ya podía dejar que su cuerpo se relajara, he aquí su cansancio.

Strawberries & Cigarettes; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora