Capítulo 19:

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Sunhee guardaba sus últimos libros en la mochila cuando su celular vibró en su bolsillo trasero. Rápidamente empujó el que le faltaba con todas sus fuerzas y contestó a la llamada, sin ver previamente el contacto.

—¿Hola?— dijo y suspiró.

—¿Estás cansada?—

Reconoció esa voz.

—Sólo hice esfuerzo— rió leve—. ¿Cómo estás? ¿Pasa algo?—

Bien. No. Sólo quería saber si tenías algo que hacer esta tarde.

Guardó silencio unos segundos, eso fue directo.

—Nada además de tarea. ¿Por qué?— respondió relajada.

¿Quieres que pase por ti?

—¿Ya saliste de la universidad?—

Voy saliendo.

—¿A dónde quieres llevarme, Jin?—

Irémos a mi departamento. Bueno...si quieres soltó una risita—. Quiero distraerme, ya sabes de...

—Entiendo— sonrió, poniéndo la mochila en su espalda—. Está bien. Te veo en la entrada.—

¡Espera!

—¿Qué pasa?—

¿En dónde estudias?

La castaña viró los ojos divertida.

—Eres un bobo, Jin.—

~~~

—Hiciste trampa.—

—Que no.—

—Sí, lo hiciste.—

—No, tú sólo...—

—¡Eres una tramposa!— exclamó Jin riendo.

Sunhee no logró aguantar más la risa y la soltó, contagiando también a su amigo.
Jin miró el reloj en la pared de su cocina, llevaban ya mucho tiempo jugando.

—Ya hemos jugado varias rondas, deberías hacer la tarea.— mencionó el chico sin dejar de sonreír.

—Sí, padre.— la castaña frunció el ceño y subió su mochila a otra silla para comenzar a sacar sus cosas.

El chico guardaba el juego de mesa cuando Sunhee habló con un tono de voz cálido, pero a la vez feliz.

—Es lindo verte sonreír.—

Él alzó la vista hacia ella, viendo como sonreía para él.

Jin se preguntó internamente a qué iba eso, a qué se refería o qué quería decir, pero fue como si la castaña pudiera escucharlo mentalmente.

—La primera vez que te vi estabas triste, y verte sonreír ahora me pone feliz.— sacó sus cuadernos, los colocó sobre la mesa.

—La primera impresión no fue la mejor.— esbozó una sonrisa ladina.

—He tenido unas muy malas, la tuya fue...— buscó las palabras— me hizo sentir que necesitabas a alguien en ese momento más que nada en el mundo. Y tenías a Jimin, lo tienes, lo cual es muy bueno y también me hace muy feliz.—

—¿Puedo hacerte una pregunta?—

Asintió.

—¿Cómo pudiste sentir eso si apenas me conocías?— pausó un momento—. Yo no he sentido esa empatía por un desconocido.—

Strawberries & Cigarettes; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora