Capítulo 24:

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Tae llegó en un taxi al lugar donde Jungkook le había indicado que estaba. Habló con él durante todo el camino, le rogó que no le colgara y que siguiera hablando con él, que pronto estaría ahí a su lado. El lugar era un parque, ya era de noche y las farolas apenas le dejaban ver los autos parqueados. Entrecerró sus ojos para ver con mayor claridad el auto del menor.

—Estoy buscándote, Jungkook. Tranquilo— el chico hablaba para calmarlo puesto que aún lloraba. Tenía una idea en su cabeza de lo que podría haber pasado, y aunque desearía que no fuera esa la razón por la que el pelinegro lloraba, sabía que quizá lo que pensaba, era la principal o única razón. Caminó unos minutos más hasta estar casi del otro lado del parque y ver el auto de Jungkook. Corrió hasta él—. Mira por tu ventana.— le dijo en la llamada ya una vez que llegó a su lado.

El menor estaba en el asiento del conductor, mirando hacia el frente esperando por él. Una vez que giró y miró por su ventana tal y como Taehyung le dijo, sus ojos se iluminaron al verlo parado afuera de su auto. Salió de ahí rapidamente colgando la llamada y lo abrazó con fuerza.

—Tranquilo, tranquilo...— le susurraba Tae mientras sobaba su espalda en el abrazo. Sentía como su hombro se humedecía por las lágrimas del contrario. Espero en silencio hasta que pudiera hablar para poder preguntarle:— ¿Qué fue lo que pasó?—

Kook negó.

—No lo aceptaron.— pronunció la oración con voz temblorosa y luego se separó para limpiarse la cara con sus mangas del suéter.

A Tae le dolió el corazón.

¿Cómo es que un ser tan lindo sufría esto?

—Sólo Junghyun dijo que estaba bien. Tae, ni siquiera pudieron verme como su hijo cuando se los dije...— el llanto lo invadía de nuevo.

Era un sinfín de lágrimas para Jungkook. Su pecho, garganta y ojos dolían, debía parar de llorar, pero su cuerpo no se lo permitía, como si quisiera soltar todo el llanto de una vez.

—Ven aquí— Tae le ofreció sus brazos nuevamente y Jungkook lo rodeó sin dudarlo—. Sabíamos que esto podía pasar, Jungkook. Pudo haberme pasado a mí también, pero...¿recuerdas lo que te dije? Te dije que te amaría pasara lo que pasara, y que estaríamos juntos en esto. Si esto es lo que te lastima ahora, suéltalo, que tenga que doler lo que tenga que doler; pero no hay que quedarnos ahí, no voy a dejar que tu dolor se convierta en sufrimiento, ni mucho menos que esto lo enfrentes solo. Voy a estar contigo, pequeño. El tiempo que sea necesario para que cures esta herida y sigamos adelante. No dejes que esto te lastime eternamente, Jungkook— acarició su cabeza con una mano—. En este caso lo más importante eres tú, luego están los demás. Llora lo que tengas que llorar, que yo estaré aquí siempre.—

El menor soltaba sollozos ruidosos en el hombro de Taehyung, importándole poco si alguien ajeno los escuchaba. No se sentía nada bien, pues que tus padres te rechacen sencillamente por amar a alguien, es horrible.
La presión en su pecho aumentaba cada vez que salía de su ser un sollozo.

El único apoyo que tenía era el de Hoseok, su mejor amigo; el de su hermano y obviamente el de Tae. ¿Con tres personas es suficiente? ¿Puede soportar el carecer de amor por sus padres? Esperaba que sí, porque siempre había pensado que él era el único que debía aceptarse como es y que las opiniones de los demás podrían no tener valor, pero era inevitable no sentir el amor de las personas que le dieron la vida. Creció con ellos, lo vieron cada año de su vida y aún así no podían aceptarlo como es. Le rompía el corazón.

No sabe cuanto tiempo pasó desde que empezó a llorar y desde que Tae lo abrazaba con todas sus fuerzas en silencio, dejándo que se calme mientras el mayor acaricia su cabeza y espalda, pero seguro había transcurrido un buen tiempo.

Strawberries & Cigarettes; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora