Epílogo:

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Jin entró en la cafetería, siendo ya una noche agradable y tranquila. Namjoon le siguió por detrás y cuando ambos estuvieron dentro, tomaron asiento en la mesa más cercana a la ventana, la cual estaba al lado de la avenida. Miraron a los autos y las personas pasar mientras esperaban a sus amigos. El sonido de los cubiertos chocando entre ellos, la gente hablando y el increíblemente fuerte olor a café, era algo que Jin extrañaba.
Luego de varias semanas de estar mejorando, logró llegar al lugar sin un sentimiento de culpa, de odio a su persona y sin los ojos llenos de lágrimas.

Namjoon, Jimin...sus pesos en la balanza que lo ayudaban a tener un equilibrio, nuevamente estaban presentes en su vida. Ahora mejor que nunca. Lo acompañaban siempre que lo necesitaba, estaban ahí para él.

Namjoon lo acompaña a la mayoría de sus citas con el psiquiatra, y aunque Jin está consciente de que puede ahora hacerlo sin él (puesto que estuvo consciente de que tenía que poner de su parte para lograr ver un cambio), no se opone, pues sabe que su amigo sólo busca acompañarlo y que se sienta cada vez mejor.

Jimin ya no trabaja de más, tiene un trabajo fijo en la empresa y un buen sueldo como coreógrafo que los demás trabajos sólo ocupaban tiempo y esfuerzo. Ahora puede dedicarse a lo que más le gusta mientras continúa con sus estudios universitarios. Visita a Jin al menos una vez por semana, para hablar, salir, simplemente para pasar el rato juntos y convivir mutuamente al igual que con Namjoon.

Mientras Jin y Nam se encontraban en la cafetería, Jimin y Sunhee salían de la casa de la chica luego de tener una deliciosa cena con ambos padres de la pareja. La familia Park y Yoon se habían conocido formalmente; gracias a las pláticas divertidas que tuvieron, todo fue risas la mayoría del tiempo, pasándola realmente bien juntos.

Tomaron un taxi y se dirijieron al café, donde al entrar y llegar a la mesa con sus amigos, saludaron felices.

—Espero que no hayan pedido nada aún.— sonrió Sunhee, abrazado a Jin y luego a Namjoon.

—Controlé a Jin para que no pidiera nada hasta estar todos juntos.— dijo Namjoon.

—¿Y los novios?— habló Jimin al terminar de saludar, también con una sonrisa en su rostro.

—Tae dijo que ya venían en camino.— afirmó Jin.

Taehyung fue a recoger a su novio a casa de sus padres. Sí, a casa de sus padres, pues, hace unos días el hermano de Jungkook lo había buscado para hablar con él, diciéndole que lo aceptaba y amaba tal como era, sin importar de quien gustara. Pero, también le confesó que no había ido a visitarlo antes debido a que quería darle su espacio, así como también tiempo a sus padres para pensar las cosas y finalmente poder hablar todos juntos. Seguido de eso, fueron a casa de sus padres, con quienes hablaron un buen rato y llegaron a la conclusión de que necesitaban un poco más de tiempo para acostumbrarse; sin embargo, que amaban a Jungkook y que pronto, cuando ya se hayan mentalizado lo suficiente como para no cometer un error, podría Jungkook invitar a Taehyung a conocerlos. Sin duda, sus padres pasaron por un largo proceso que tomó meses hasta llegar a esto.

Esto le hacía muy feliz a Jungkook y no dudó en contarle a su novio apenas supo. Estaba con sus padres porque ya había vuelto a tener su antigua conexión y quería pasar más tiempo con ellos. Como tenían que ir con sus amigos, Taehyung se ofreció a pasar por él en el auto de sus padres.

Por otra parte, los padres de Taehyung estaban encantados con Jungkook, y la verdad es que, ¿quién no? Muestra una actitud respetuosa, educada y dulce cuando está con sus mayores y menores, siendo estos los hermanitos de Tae. Ah, y Yeontan.

Cuando Tae paró en frente de la casa de Jungkook, el pelinegro salió y para su sorpresa, la madre de Jungkook saludó a Taehyung con la mano, sonriente. El castaño abrió los ojos de manera incrédula, devolviendo el gesto con una sonrisa. Jungkook no pudo evitar sonreír y soltar una suave risita al entrar al auto, se despidió de su madre antes de que Tae tomará rumbo a la cafetería.

~~~

—¿¡Un año!?— Jin casi se atraganta con su propia saliva.

—Deberías verlo, es increíble. La verdad que siempre esperé que debutara en poco tiempo, y bueno...Namjoon no decepciona.— Jimin le sonrió a su amigo.

—Jimin es muy perfeccionista en cuanto a los bailes y, pfff...es el mejor coreógrafo de todos.— halagó Nam.

—Nah, no creo.—

—No te hagas el difícil.— Sunhee rió mientras se recargaba en su hombro.

—No es que me haga el difícil, sólo que...—

—¡Eooo!— exclamó Namjoon al ver a Tae y Jungkook entrando— Productor Jungkook y Taehyung.—

—Señor Taehyung, para ti.— corrigió Tae con una sonrisa.

Namjoon se llevaba bastante bien con él ya que Taehyung siempre visitaba a su novio en el trabajo, BigHit, por lo que habían veces en las que mientras arreglaba asuntos con Jungkook sobre música y otras cosas, Taehyung se la pasaba merodeando y curioseando en el lugar.

—Hasta que llegan, estaba a punto de morir por desnutrición.— Jimin saludó a Tae con su saludo de mano y a Jungkook le dedicó una sonrisa.

Los chicos se sentaron luego de que los demás rieran y Sunhee llamó a un mesero.

Así es como una amistad perdura a pesar de los problemas que puedan haber. Mientras esta esté fuerte y se mantenga firme en todo momento con las bases del amor y el apoyo, la amistad será duradera, además de una sincera y leal.

Cada uno de estos chicos, pudo enfrentar sus propios obstáculos, los que les tocó vivir y los que la vida les dio a cada uno. Algunas veces les tocó tener el apoyo mutuo para estos, pero otras veces, los obstáculos tuvieron que ser pasados por sólo una persona, ganando fuerza y seguridad al superarlos.

Cada quien tiene una historia que contar, cada quien tiene su manera de enfrentarla.

Strawberries & Cigarettes; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora