Capítulo 4:

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—¿Ya estás bien?— le preguntó Jimin a Jin.

—Sí...Gracias— sonrió—. Jimin, puedo ir a casa.-

—No.—

—Pero ya estoy...—

—Que no.— lo interrumpió.

Jin soltó un bufido mientras pateaba una pequeña piedra del camino. Esta rodó de la acera hasta la calle.

—Sunhee de seguro no quiere que los acompañe a tu casa.—

La chica lo miró frunciendo el ceño.

—¿Por qué no querría?—

—Bueno...supongo que quieren estar solos.—

—No me molesta...—

—Pero estaban en una cita.—

—No era una cita.— dijeron Sunhee y Jimin al unísono. Aunque, Jimin un poco más bajo que ella y con algo de incomodidad.

Los dos se miraron y soltaron una leve risa.

—Fingiré que no escuché eso.— dijo Jin. Continuó pateando las piedras que se atravesaban en su camino.

~~~

En el edificio del departamento de Jimin, Jin atendió a la persona de la que ya tenía varias llamadas perdidas.
Jin explicó que era un compañero de clase. Éste había llamado porque el proyecto que Jin había mencionado era para dentro de dos semanas, era para la próxima semana. No llevaban ni la mitad, así que tuvo que correr y apresurarse para llegar temprano a su casa y avanzar al proyecto.
Claro, se disculpó por no poderse quedar; así que Sunhee y Jimin quedaron solos frente a la puerta del departamento.

—Mi departamento no es muy grande...— mencionó abriendo la puerta—. Tampoco muy espacioso.—

Abrió la puerta, dejándola pasar. Luego entró él, cerrando la puerta a sus espaldas con llave y dejándola en un porta llaves.

Sunhee admiró con sumo cuidado su estancia.

Al entrar, había dos buros a cada lado de la puerta con un porta llaves en uno de ellos. En el frente, casi al fondo, habían dos sofás cafés cara a cara junto con una pequeña mesita de madera en el medio de éstos. Justo al fondo, en vez de pared, había un gran ventanal que ocupaba todo el tramo donde se suponía habría muro. Por aquella gran ventana, se visualizaba la ciudad iluminada, dándole un toque lindo y cálido a la estancia.

—Wow...— Sunhee se acercó hacia el ventanal.

Jimin la siguió, quedándose detrás de ella.

—¿Es lindo, cierto?— sonrió. Metió sus manos a sus bolsillos del pantalón.

—Es hermoso.— dijo impresionada por la vista.

—Me encanta esta ventana. Es lo que más me gusta de vivir aquí.—

—Comprendo. Pensaría lo mismo si viviera aquí— se giró a verlo—. Tu departamento es muy lindo. Es cálido y...— observó a su alrededor—, muy acogedor.—

—Gracias...— sonrió—. ¿Quieres algo? ¿Agua? ¿Cualquier cosa?—

—No, no, está bien— pausó—. Ah...¿Me prestas tu baño?-

Strawberries & Cigarettes; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora