Capítulo 5:

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—Otro, por favor.— le pidió Taehyung al barman.

El joven se alejó de la barra para ir a servir su shot. Una vez que volvió con él en su mano, se la extendió al castaño. Éste lo tomó gustoso y lo tragó de una, cerrando sus ojos por el fuerte sabor que su garganta sentía por ya haber tomado varios.
Carraspeó y se convenció de salir de la barra para ir directo con Bogum, quien se encontraba en la pista bailando con una chica.

—¡Eh-Eh-Eh-Eh!— entró bailando, interponiéndonse entre ellos dos.

Se puso a "bailar" con Bogum, importándole poco la chica. Su amigo rió al ver el intento de Taehyung al bailar. El castaño tomó los brazos de su amigo, levantándolos y meneándolos en el aire.

Tonighhhhht, we are youuuuung...— cantaba Taehyung disfrutando de la música que retumbaba en el lugar. Bogum comenzaba a moverse junto con él, cantando al unísono.

La chica, se ofendió al ver que la dejaron a un lado, que terminó por irse de ahí.

—¿Ya estás ebrio?— preguntó Bogum bailando al ritmo de la música.

—¿¡Qué!? ¡¿Que se abrió!?— Tae no escuchaba con claridad por el fuerte ruido.

—¿¡Que si ya estás ebrio!?—

—¡Ahhh!, ¡no, aún n...!— se detuvo al sentir un mareo. Empezaba a marearse a tal punto que tuvo que sostenerse de Bogum.

—¡Es mejor que salgamos un rato!—

—¡¿Qué?!—

Su amigo viró sus ojos riendo mientras lo tomaba del brazo para salir de la pista e ir al patio trasero de la casa. Taehyung chocaba con algunas personas, ya que el espacio entre cada uno era muy reducido. Se relajó al ya no escuchar tan fuerte la música.
Lograron salir y lo primero que hizo Bogum fue dejar a Tae recargado en la pared.

—¿Aún estás mareado?—

—Ya no tanto, mi cabeza retumbaba con la música— deslizó su espalda hasta el suelo, quedando sentado sobre el pasto—. Si quieres vuelve adentro y diviértete, estaré bien.— le sonrió.

—Iré a traerte una botella con agua.— sin dejar que el castaño protestara, se fue.

Se limitó a mirar a sus alrededores. La gente bailaba fuera y dentro de la inmensa casa. Incluso, habían personas que ya invadían la alberca, divirtiéndose con inflables, bebidas y pelotas.
Miro a su derecha y su vista se centró en una esquina. Una esquina en donde no alcanzaba a llegar tanta luz y sólo yacía una mesa, una silla y un chico pelinegro con una lata de alcohol en su mano que miraba tristemente como las personas la pasaban bien. Tae frunció el ceño.

Chicos como él regularmente vienen acompañados de una chica o amigos, ¿qué hacía él ahí solo?, pensó; y sin dudarlo dos veces, se puso de pie en su lugar para encaminarse a ese chico solitario.

Cuanto más se acercaba, pudo ver como sus ojos estaban rojos y vió un leve brillo en sus mejillas. ¿Acaso el pelinegro desconocido estaba llorando? Se propuso a descubrirlo cuando se postró a su lado y comprobó que sí, evidentemente, estaba llorando.

—Hola.— saludó son una sonrisa Tae, ignorando el hecho de que estaba mareado.

El chico alzó la mirada un poco desconcertado, pero no dijo nada. Sacó un cigarrillo de una cajetilla en la mesa y un encendedor de su bolsillo del pantalón; deslizaba su mano por el encendedor intentando hacer chispas y prender su cigarrillo.

—Waah, no, no— se puso de cuclillas para quitarle ambas cosas—. Esas cosas matan, yo siempre le digo a Jimin que...— fue interrumpido por el chico, quien bruscamente se inclinó a besarlo.

Strawberries & Cigarettes; pjmDonde viven las historias. Descúbrelo ahora