Capítulo 17

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Capítulo 17

Estoy aquí, finalmente, en frente de mi futura casa. La casa de mi primo Ian. Estoy con el señor Lightwood, en frente de la casa. Ya timbramos, aún no abren, pero ya se escuchó ruido en el interior. 

Finalmente la puerta se abrió. 

Y entonces, lo vi. 

–Hola Ian. –Se apresuró a decir el señor Lightwood. 

–Hola, señor, un gusto en verlo. 

–Igualmente. –Un pequeño momento incómodo. –Ah, ella es _____, tu prima. 

–Hola ____ –me sonrió cordialmente mi primo. Le devolví la sonrisa, un poco penosa. –Soy Ian. 

–Mucho gusto –dije con un hilillo de voz. 

–Bueno, pásenla muy bien, conózcanse y vendré por ti en dos horas –dijo James. 

– ¿Qué? ¿No te quedarás? –Pregunté algo sobresaltada. James iba a dejarme sola con un extraño, claro que sí estaba sobresaltada. 

–No, lo siento, hubo un pequeño percance en mi trabajo, pero vendré por ti en una o dos horas. Si necesitas algo, llámame. –Sonrió y se despidió con un apretón de manos de Ian y de mí con un leve asentimiento, como diciéndome “cuídate” o algo por el estilo. 

Luego, él se fue. 

–Bueno… ____, bienvenida, pasa. –Se hizo a un lado para que yo pasara. Lo hice y le sonreí. Agradecí con un extraño ademán. Diablos, estoy nerviosa. –Bien, ésta es mi casa, después de comer te puedo enseñar tu habitación. ¿Te apetece? –Asentí y le sonreí. Oh, vamos ____, deja de sonreír y habla, pareces muda. 

Suspiré. 

–Claro. 

–Bien, toma asiento… –Señaló la mesa, con los platos y cubiertos puestos. Elegante. 

Me senté mientras él iba supongo que a la cocina y admiré la casa. Era bonita. Digo, parecido más a un departamento. Pero acogedor. Las paredes blancas, los sofás de la sala de un color naranja y la cocina con sus alacenas de madera. La verdad es que creo que esta casa es muy grande para uno solo. Quizás no viva solo. 

Entonces él llegó, dejó mi plato sobre mi mantel, y el suyo en su mantel. Sirvió jugo de naranja y luego se sentó. 

Admiré el plato y vi que en él había un pedazo de carne y vegetales. Vi el suyo y había puros vegetales. ¿No le gusta la carne? 

–Soy… vegetariano. 

–Oh. 

–Bueno, ya podemos empezar. ¿Te gusta el jugo de naranja? 

–Seguro –le sonreí. 

–Bien. 

Miré mi comida, y tomé el tenedor y el bisturí. Corté mi pedazo de carne y me lo metí a la boca. Lo degusté. Delicioso. 

– ¿Tú lo hiciste? 

– ¿Por qué? ¿No te gustó?

–No, de hecho sabe delicioso. 

–Bueno, sí lo hice yo. 

–Vaya, te quedó rico. 

–Me ayudó mi novia. 

–Ah, pues dile que estuvo delicioso. 

–Le diré. 

Sonreímos y seguimos comiendo. 

Pasaron los minutos, en silencio, sólo los cubiertos resonaban porque chocaban con el plato. 

Finalmente, le pregunté lo que todo el tiempo, desde que llegué, quise:

–¿Vives solo?

–No, vivo con mi novia. Y bueno, ahora viviré contigo. 

– ¿Con tu novia? –Pregunté algo sorprendida. 

– ¿Te molesta? 

–No, más bien, ¿no le molesta a ella? ¿Que la prima de su novio se vaya a vivir con él? Yo sería como un mal trío. 

–No, no le molesta, créeme que le estuve preguntando eso todo el tiempo, no quería incomodarla a ella. Pero dice que no le molesta. 

– ¿Seguro? 

–Sí, dice que no eres molestia, eres mi familia y te acepta. Es una buena chica, pronto la conocerás. 

–Bueno, espero que no lo sea. Y claro, quisiera conocerla –le respondí sonriendo. 

Comió una verdura y luego me miró. 

– ¿Cómo vas en la escuela?

–Bien, supongo, acabo de entrar, es nueva escuela para mí. Y me está gustando. 

–Qué bueno, ¿y tienes novio?

Juro que casi me atragantaba con la comida. Me había sorprendido un poco. 

–¿Qué?

– ¿Tienes novio?

–Eh, no… ¿por qué la pregunta?

–Pues quiero saber de ti, ¿sabes? Tenía un poco de miedo porque no quería que me tocara una niña rebelde y con la que batallara con calificaciones, chicos y esas situaciones. 

–Bueno, no te preocupes, no soy nada de eso, me va bien en la escuela… 

– ¿Y sobre los chicos?

–Eh… 

– ¿Segura que no tienes novio? 

–No, digo, sí… sí, estoy segura. –Dije algo nerviosa. ¿Pero qué me pasa?

–Bueno, ya no preguntaré nada más. –Rió él levemente. –Mejor, pregúntame sobre mí. 

–Claro, eh… ¿cuántos años tienes? 

–Veintiocho, ¿tú? 

–Dieciséis, en un mes, o debería decir, unas semanas, cumplo los diecisiete. 

–Muy bien, ahora debo comprar un regalo –reímos. 

–No tienes que hacerlo. –Tomé jugo – ¿Cómo se llama tu novia? 

–Katherine. Y bueno, es mi prometida. 

–Oh, vaya, ¿cuándo te casas?

–En tres meses. 

–Genial. 

–Sí, lo es. –Sonrió y por un momento se fue a otro mundo. Creo que sí está muy enamorado de ella. 

–Ya terminé –dije dejando una servilleta sobre mi plato. 

– ¿Te gustó?

–Mucho. 

–Muy bien. Yo también terminé. 

Se puso de pie y yo también lo hice. 

–Deja que ayude. 

–No, para nada, yo recojo. 

–Oh, vamos no es nada, yo ayudo. –Tomé los platos y vasos. Él tomo los cubiertos y los manteles. La mesa era de caoba. Linda. 

Llevé las cosas a la cocina y las dejé sobre el fregadero. 

–Gracias –me dijo él. 

–Gracias a ti. 

Y luego, allí al terminar y limpiar todo nos pusimos a platicar. Supe mucho de él y él mucho de mí. Es muy agradable. Luego, me enseñó mi habitación, era linda. Acogedora. Igual que toda la casa. Creo que será bueno vivir aquí. 

Finalmente, me despedí de él. El señor James vino por mí y me dejó en mi casa. Lo único que hice fue hacer las maletas y llorar un poco. No olvidaré este lugar. 

Nunca. 

Ellos no saben de nosotros. -(Cancelada) Josh Hutcherson & __________ -DaanyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora